Barajas, 10.50, sana y salva

Las c¨¢maras afinan el objetivo junto a la cancela cerrada. Decenas de periodistas aguardan a una mujer que se ha visto envuelta en los atentados de Bombay. No es un personaje an¨®nimo. Debe salir por la puerta de la vieja sala de autoridades de Barajas. Su segundo vuelo de la noche, un avi¨®n de Swissair que despeg¨® de Z¨²rich, aterriza con m¨¢s de media hora de retraso a las 9.50. La cancela sigue cerrada. El Gobierno regional deniega el permiso para que la prensa la cruce. Dentro del edificio, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, est¨¢ con sus hijos Fernando y ?lvaro, y con su marido, Fernando Ram¨ªrez de Haro.

A muchos kil¨®metros de all¨ª, en Bombay, a¨²n asediada por explosiones y tiroteos, quedan 12 miembros de la delegaci¨®n de empresarios y colaboradores que dirig¨ªa la presidenta en un viaje oficial. Anoche todav¨ªa dos de ellos, ?lvaro Rengifo, un directivo de la compa?¨ªa Isolux, y Alejandro de la Joya, consejero delegado de Ferrovial, segu¨ªan atrapados en sus habitaciones del hotel Oberoi, objetivo del ataque terrorista. Dien en total han pasado la noche en la calle, entre disparos y bombas.

Pasan los minutos, contin¨²a el fr¨ªo que mantiene tapados hasta las cejas a los tres polic¨ªas nacionales que custodian la cancela de salida. A las 10.50 se abre la cancela. Sale un coche oficial. Cuesta identificar a la mujer rubia vestida con el mismo traje de las fotos oficiales del d¨ªa anterior. Est¨¢ sentada sola en la parte trasera. Apenas lleva maquillaje y habla por el m¨®vil. El coche sale despacio, pero no se para, rumbo a la Puerta del Sol. All¨ª, como est¨¢ previsto, la esperan otros periodistas.