S¨®lo es el principio

La econom¨ªa espa?ola necesitaba imperiosamente un plan de choque para mitigar los terribles efectos de la recesi¨®n que se confirmar¨¢ en el ¨²ltimo trimestre de este a?o y que se prolongar¨¢ y agudizar¨¢ durante el a?o pr¨®ximo, quiz¨¢ hasta el primer semestre de 2010. El m¨¢s grave de esos efectos ser¨¢ un crecimiento agobiante del paro -tanto peor cuanto m¨¢s tarde se corrija la falta de liquidez de las empresas-, cuya tasa puede llegar hasta el 15% en el peor momento de la recesi¨®n seg¨²n las voces moderadas y hasta un poco soportable 18% seg¨²n las menos optimistas. El presidente del Gobierno present¨® ayer su plan para combatir la recesi¨®n. Propone b¨¢sicamente un programa de gasto p¨²blico de 11.000 millones de euros, equivalentes al 1,1% del PIB, para reactivar la actividad y con el objetivo de crear 300.000 empleos en 2009. De ellos, 8.000 millones ir¨¢n a un Fondo de Inversi¨®n P¨²blica Local para financiar nuevas obras de ejecuci¨®n inmediata y un programa de 800 millones para el sector del autom¨®vil.

?Es este el plan de choque que la econom¨ªa necesita? Lo es en su orientaci¨®n y prop¨®sitos. Si se parte del supuesto que evitar un colapso de la actividad y el empleo es el bien superior al que debe aspirar el Gobierno, y que cualquier temor sobre el d¨¦ficit es secundario, inyectar 11.000 millones es una de las pocas soluciones plausibles. Lo dice, adem¨¢s, el consenso de Washington. Est¨¢ bien visto que el grueso de la inversi¨®n se canalice por los municipios; los ministerios han demostrado bien poca agilidad en el tr¨¢mite de la inversi¨®n que exceda las modestas cuotas de aumento anual y las decisiones municipales estar¨¢n m¨¢s pr¨®ximas a los ciudadanos en lo que concierne a infraestructuras y servicios.

Dicho lo cual, el Gobierno y los ciudadanos tienen que entender, en primer lugar, que ¨¦ste no es el "arsenal in¨¦dito" que nos librar¨¢ de la recesi¨®n -no llega al 10% de los 200.000 millones anunciados por la CE-, sino s¨®lo el primer tramo o entrega de las inyecciones de gasto p¨²blico que el Gobierno tendr¨¢ que aplicar a la econom¨ªa para sostener la actividad durante al menos 2009. Tiene margen, ya que es una de las sociedades menos endeudadas de la OCDE. Y, no menos importante, debe aceptar la responsabilidad de aplicar el plan, no s¨®lo de enunciarlo. El caso del Fondo de compra de activos bancarios es un buen ejemplo de una decisi¨®n bien tomada... y hasta el momento fracasada.