El goteo de la memoria
La aplicaci¨®n de la ley estatal camina a paso muy lento en Andaluc¨ªa
Desenterrar la historia y sus puntos oscuros cuando durante d¨¦cadas se ha querido retener en el olvido es una labor lenta y minuciosa. Requiere valor, perseverancia y, sobre todo, decisi¨®n. Pronto har¨¢ un a?o que la Ley de la Memoria Hist¨®rica super¨® su ¨²ltimo tr¨¢mite en el Senado y en Andaluc¨ªa a¨²n se est¨¢ muy lejos de poder ofrecer un balance con algo de enjundia. Valor y perseverancia -demostrada con creces por asociaciones y familiares- no han faltado; cosa distinta es la decisi¨®n, que ha de llegar necesariamente de la mano de la pol¨ªtica.
Hasta ahora la recuperaci¨®n de la memoria ha sido un goteo lento de peque?as acciones desperdigadas, aisladas, espaciadas, sueltas. La ley, por ejemplo, obliga a todas las administraciones a retirar los s¨ªmbolos franquistas que perduran en calles y plazas, y s¨®lo unos pocos ayuntamientos y diputaciones (los gobernados por la izquierda) han empezado, pero sin apenas diligencia y con desesperantes lagunas que no permiten nunca completar el c¨ªrculo. El Ayuntamiento de Ja¨¦n se anticip¨® al aprobar el cambio de los nombres de 44 calles. De eso hace ya un a?o. Esta semana, cuando se le ha preguntado al concejal de Cultura, la respuesta resume la actitud com¨²n: "Tenemos m¨¢s asuntos que hacer que cambiar el nombre de las calles". Sevilla resolvi¨® lo mismo en julio y los r¨®tulos siguen en sus muros. Un paso: los generales Francisco Franco y Gonzalo Queipo de Llano han perdido sus medallas.
La Junta gastar¨¢ en 2009 un mill¨®n de euros y ha cifrado las fosas en 630
Las capitales gobernadas por el PP ni siquiera han movido un dedo. Todo lo m¨¢s, retirar a Franco los honores (C¨¢diz), o acordar constituir una comisi¨®n para que estudie los callejeros, en el caso del resto. Entre medias se encadenan imaginativas y variadas excusas para desviar, aburrir, cansar.
La Junta andaluza presume de ser pionera en el impulso de la memoria. En 2001 fue sacando decretos para indemnizar a represaliados y subvencionar monolitos, estudios y publicaciones. Sin embargo, cuando ha conseguido por fin un instrumento -la ley estatal entr¨® en vigor el 27 de diciembre pasado- se ha movido con ademanes so?olientos y ha sido incapaz de ensartar con celeridad las cuentas del collar que hab¨ªa ido reuniendo. "No hemos dejado de aplicar la ley en este tiempo", se defiende la consejera de Justicia, Evangelina Naranjo, cuando se le pregunta qu¨¦ ha hecho desde que se aprob¨® la ley. Semanas atr¨¢s anunci¨® un plan estrat¨¦gico de 2009 hasta 2013 para desarrollar la ley de forma global y reagrupar las medidas a¨²n esparcidas. Habr¨¢ cambios en la legislaci¨®n de la Junta y se crear¨¢ un consejo andaluz, en el que estar¨¢n presentes la Federaci¨®n Andaluza de Municipios y Provincias, sindicatos, asociaciones y partidos. La idea es implicar a todos y poner orden. "Tendremos un ¨®rgano de gesti¨®n, uno de expertos y otro de participaci¨®n", explica Naranjo, quien avala su determinaci¨®n con la cifra del presupuesto para 2009: 1.048.000 euros. El plan est¨¢ sin hacer, si bien ya se han adoptado decisiones de alcance como destinar al Centro de la Memoria el cuartel de Sevilla desde el que Queipo de Llano inici¨® la sublevaci¨®n en Andaluc¨ªa, proteger las fosas como lugares de inter¨¦s especial o recopilar en un cat¨¢logo todos los edificios, est¨¦n o no en pie, que fueron construidos por presos.
La consejera admite que los avances son lentos, pero recuerda que la Junta no puede apremiar a otras administraciones (ayuntamientos) o a entidades privadas (Iglesia) para que retiren s¨ªmbolos o nombres de calles porque carece de competencias. En cuanto a las fosas -sin duda lo que m¨¢s urge por el problema moral que supone saber que hay restos de v¨ªctimas sin identificar diseminados por campos y cunetas-, la consejer¨ªa ya ha contado 630, seg¨²n lo que han ido aportando las asociaciones. "Falta que lo validen los investigadores de las universidades para dar a conocer el mapa". De momento, la Junta s¨®lo ha colaborado en la apertura de tres. Tres de 630, apenas una gota en la memoria.
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