"S¨¦ el camino para ser campe¨®n"
"Cuando las ¨®rdenes son razonables, justas, sencillas, claras y consecuentes, existe una satisfacci¨®n rec¨ªproca entre el l¨ªder y el grupo". Esta sentencia atribuida a Sun Tzu en el libro El Arte de la Guerra, de hace m¨¢s de 2.500 a?os, la debi¨® de tener muy en cuenta Paco Chaparro (Sevilla, 1942), entrenador del Betis, aquella ma?ana de principios de octubre en que su equipo ocupaba la ¨²ltima posici¨®n de la tabla.
"El Arte de la Guerra de Sun Tzu forj¨® mi mentalidad ganadora. Ese libro y los manuales de psicolog¨ªa de David Goleman me ofrecieron flexibilidad mental para encajar ¨¦xitos y reveses en la vida", explica Chaparro. El Betis estaba con s¨®lo dos puntos tras seis partidos. Chaparro no se descompuso. "Jugadores y entrenador avanzan por un mismo camino. El entrenador no camina ni delante ni detr¨¢s, sino al lado de sus jugadores, s¨®lo que tiene la obligada funci¨®n de tomar decisiones constantemente. Si demuestra equidad, justicia y ponderaci¨®n en sus dict¨¢menes, el respeto hacia el entrenador est¨¢ garantizado", comenta.
"He aprendido mucho de libros de t¨¦cnicos de baloncesto, balonmano y hockey"
Chaparro intenta ayudar a sus jugadores no s¨®lo deportivamente y afirma sin rubor que "los valores y los principios ¨¦ticos son universales y transmitidos de generaci¨®n en generaci¨®n". "Me responsabilizo de seguir esta cadena para que mis jugadores no s¨®lo se comprometan a ser profesionales en el f¨²tbol, sino a crecer tambi¨¦n como personas", dice. Esa responsabilidad y ese compromiso con el f¨²tbol vienen desde la ¨¦poca en que, de ni?o, so?aba con ser Luis del Sol; en que iba solo con nueve a?os a ver a un Betis de Tercera, y desde que una lesi¨®n en su rodilla izquierda trunc¨® su carrera como extremo cuando estaba en la cantera b¨¦tica. Chaparro no se rindi¨®. Se hizo entrenador y sali¨® a buscarse la vida por esos campos de f¨²tbol sin nombre y sin gloria. "Agresiones f¨ªsicas e insultos de aficionados de equipos contrarios. En alg¨²n momento recuerdo haber recibido patadas y empujones de manera contundente", apunta.
"El Quijote, que le¨ª cuando era jugador, me ense?¨® a so?ar", a?ade. Ese sue?o se hizo realidad cuando, con m¨¢s de 60 a?os, le lleg¨® la oportunidad de entrenar a su equipo de toda la vida. Un Betis del que quiere hacer un equipo campe¨®n: "S¨¦ perfectamente lo que digo. S¨¦ lo que quiero, s¨¦ lo que no quiero y s¨¦ el camino que hay que seguir para tener muchas posibilidades de hacer un equipo campe¨®n. Aunque hablamos de un deporte e influyen muchas variables, tengo claro la l¨ªnea de trabajo a seguir".
Un trabajo que busca adem¨¢s otro objetivo: "Ser b¨¦tico es un sentimiento que desde tu infancia adquieres y lo vas alimentando con el tiempo. Como entrenador del Betis, ser b¨¦tico es intentar autoalimentar ese sentimiento al mismo tiempo que haces felices a los que son b¨¦ticos como t¨². Quiero implantar en el Betis un estilo de juego capaz de lograr tantos ¨¦xitos como para dar gusto a la afici¨®n".
Los libros se mezclan con el f¨²tbol en la conversaci¨®n: "La vieja sirena, de Jos¨¦ Luis Sampedro, en la que el autor, con una delicadeza exquisita, te sumerge en un mundo de fantas¨ªa haci¨¦ndolo real, ?impresionante!". Como impresionante le parece su jugador Mehmet Aurelio: "No me ha impresionado en cuanto a su calidad t¨¦cnica, sino por su adaptaci¨®n tan r¨¢pida y sobre todo por su profesionalidad, humildad, sencillez, personalidad y calidad humana. Es extraordinario".
Su preparaci¨®n t¨¦cnica la fundamenta en varias fuentes: "Principalmente, he aprendido mucho de los entrenadores a los que me dediqu¨¦ a observar en sus pretemporadas siendo yo entrenador. He viajado mucho para adquirir conocimientos variados en cuanto a metodolog¨ªas innovadoras y he sacado provecho a las lecturas profundas sobre libros de entrenadores de otros deportes como el baloncesto, el balonmano y el hockey sobre hierba. En mi forma de trabajar hay una mezcla de todo, incluida la edad y la experiencia de la vida, y esto quiz¨¢s pueda hacer que d¨¦ un toque diferente a mis jugadores de f¨²tbol".
Chaparro, el disc¨ªpulo de Sun Tzu, sale a correr como cada ma?ana antes del entrenamiento con el mismo ¨¢nimo que cuando iban ¨²ltimos. Su equipo, que hoy visita al Valencia, es ya octavo. "Los fracasos no existen. Son simplemente hechos que forman parte del vivir", concluye.
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