Obama quiere hacer historia en la econom¨ªa
El presidente electo aparca la ideolog¨ªa y trabaja en el mayor plan desde la posguerra
Barack Obama ha aparcado la ideolog¨ªa y ha optado por el pragmatismo. Sin esperar a tomar posici¨®n como presidente de EE UU ha puesto a trabajar a las brillantes mentes de su equipo en el dise?o de un plan de rescate de la econom¨ªa real, que est¨¢ llamado a ser el m¨¢s costoso desde la Segunda Guerra Mundial. El dem¨®crata espera as¨ª crear 2,5 millones de empleos y colocar a Main Street sobre los ra¨ªles. El resto del programa electoral queda para m¨¢s adelante.
La carga para hacer frente a la peor crisis desde la Gran Depresi¨®n estaba concentrada hasta ahora en restaurar la estabilidad en el sector financiero y en hacer circular el cr¨¦dito, la sangre que da vida al sistema sobre el que se construye Wall Street. Para ello la Reserva Federal, el Tesoro, el Congreso y el fondo de garant¨ªa han comprometido m¨¢s de 7,5 billones de d¨®lares: 1,7 billones con el gobierno actuando como prestamista, 2,8 billones como inversor y 3,1 billones como avalista.
Las ayudas comprometidas equivalen a la mitad del PIB
La deuda supera los 10 billones y reduce el margen del nuevo equipo
Crear los 2,5 millones de empleos costar¨¢ un bill¨®n de d¨®lares
Obama respalda los planes para Wall Street, en una se?al de continuidad
Un astron¨®mico esfuerzo realizado desde septiembre de 2007 con el dinero del contribuyente y que equivale a la mitad del Producto Interior Bruto (PIB) estadounidense, diez veces m¨¢s que el dinero que se gasta en las guerras de Irak y Afganist¨¢n y con el que se podr¨ªa enviar un cheque de 24.000 d¨®lares a cada habitante de EE UU -ni?os incluidos- o pagar la mitad de las hipotecas del pa¨ªs. El 60% de esos fondos est¨¢ saliendo de la m¨¢quina de fabricar dinero del banco central.
La Reserva Federal ha incrementado los pr¨¦stamos a todo tipo de entidades y las operaciones de compra de deuda durante el ¨²ltimo a?o hasta los 4,4 billones de d¨®lares. La ¨²ltima medida se anunci¨® esta semana, con un doble programa de 800.000 millones que pretende, por un lado, reactivar los cr¨¦ditos al consumo y, por otro, comprar activos hipotecarios de las maltrechas Fannie Mae y Freddie Mac. A esa cantidad habr¨ªa que a?adir 755.000 millones en d¨®lares en l¨ªneas de intercambio de divisas puestos a disposici¨®n de otros pa¨ªses.
El otro pilar es el masivo plan de estabilizaci¨®n del sistema financiero, dotado con 700.000 millones, que se concibi¨® para que el Tesoro pudiera comprar los activos t¨®xicos que contaminan los balances de los bancos y que desde hace tres semanas se dirige a recapitalizarlos. Adem¨¢s, se han otorgado 25.000 millones a los tres gigantes de Detroit para que desarrollen veh¨ªculos m¨¢s eficientes.
En el ¨¢mbito de la vivienda, se han aprobado cambios legales que incluyen 300.000 millones para garantizar hipotecas m¨¢s baratas a propietarios con problemas financieros. Eso despu¨¦s de que el Tesoro se haya hecho con el control de Fannie y Freddie, con la consiguiente cobertura a 200.000 millones de sus activos. Por no dejar de citar los 29.000 millones gastados para poner Bear Stearns en manos de JP Morgan Chase, los 122.800 millones del rescate de AIG o los 326.000 millones de Citigroup.
Se calcula que de los cerca de ocho billones comprometidos hasta la fecha, 1,4 billones ya est¨¢n gastados. Y el grifo no parece que vaya a cerrarse pronto. Barack Obama tiene sus propios planes, aunque esta vez quiere invertir el dinero p¨²blico en rescatar a Main Street, la econom¨ªa real. A¨²n se trabaja en ello pero en el entorno del presidente electo se habla de una dotaci¨®n de entre 500.000 millones y 700.000 millones, lejos de los 175.000 millones que dijo en la campa?a.
Goldman Sachs calcula que para crear los dos millones y medios de empleo que pretende crear Obama habr¨ªa que invertir un bill¨®n de d¨®lares, repartidos en dos a?os. Con esas cifras, seg¨²n sus analistas, la econom¨ªa podr¨ªa recuperar la senda positiva en la segunda mitad de 2009 y situarse cerca del 3% del potencial. Ni eso ser¨ªa suficiente para sacar al sector privado de la trinchera. La inversi¨®n p¨²blica tarda en trasladarse al resto de la econom¨ªa as¨ª que el paro seguir¨ªa creciendo hasta 2010.
El dem¨®crata sugiri¨® esta semana algunos de los elementos que incorporar¨¢ el plan: inversi¨®n para la reconstrucci¨®n de infraestructuras, la modernizaci¨®n de escuelas, el fomento de energ¨ªas alternativas y la competitividad industrial, junto a recortes fiscales para la clase media y medidas a favor de la vivienda. Y dijo que dar¨¢ continuidad a las medidas para estabilizar de Wall Street, aunque habla de "una nueva forma de pensar".
Los economistas destacan la importancia de que el plan est¨¦ dise?ado para que tenga un "efecto multiplicador", es decir, que los fondos que se movilicen produzcan retornos a la econom¨ªa por la v¨ªa del incremento del consumo y de la inversi¨®n. Para ello, recomiendan que se destinen 250.000 millones a la reconstrucci¨®n de puentes, carreteras y otro tipo de infraestructuras obsoletas, porque eso alimentar¨¢ la creaci¨®n de empleo y el consumo.
Tambi¨¦n quieren ver ayudas directas a las administraciones estatales y locales, para que puedan tener el dinero que necesitan para financiar proyectos. Fondos que han dejado de recaudar por la crisis. En este punto se?alan que el plan podr¨ªa utilizarse tambi¨¦n para elevar el gasto en salud y extender las ayudas por desempleo.
Los economistas no est¨¢n tan preocupados por el coste como por lo que puede pasar a la econom¨ªa si el plan llega con retraso. Por eso Obama urgi¨® esta semana al Congreso de EE UU que act¨²e r¨¢pido y con pragmatismo. "No tenemos un minuto que perder", reiter¨® en la primera de las tres ruedas de prensa -todas econ¨®micas- que dio esta semana. "Debemos restaurar la confianza en los mercados y en la econom¨ªa", remach¨®.
El nuevo Congreso entra en funciones el 6 de enero. La idea es que Barack Obama pueda estampar su firma dos semanas despu¨¦s, nada m¨¢s llegar al Despacho Oval. Esta inyecci¨®n masiva de fondos p¨²blicos se sumar¨ªa a los 168.000 millones ya movilizados la pasada primavera para reactivar el crecimiento por la v¨ªa del consumo. El efecto de ese primer plan fue muy limitado, poco productivo y se evapor¨® enseguida, al empeorar la crisis financiera.
Todos estos planes tienen un claro impacto en las cuentas p¨²blicas. La deuda nacional asciende a 10,6 billones, comparados con los 5,7 billones que se encontr¨® el republicano George Bush cuando lleg¨® a la Casa Blanca. El d¨¦ficit fiscal alcanz¨® los 455.000 millones en el ejercicio 2008, frente a los 161.500 millones de 2007, y se espera alcance el bill¨®n en 2009.
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