?En qu¨¦ trabaja su se?or¨ªa?
Los intentos de reformar el Reglamento del Congreso han chocado con los partidos - 315 diputados tienen actividades al margen del esca?o
Varios centenares de personas corren por los pasillos de un edificio vetusto, mientras suena una especie de campana, insistente y prolongada. Salen de despachos o de la cafeter¨ªa y dan la impresi¨®n de que van apurados hasta que entran en un hemiciclo y se sienta cada uno en un sill¨®n. A una orden del que est¨¢ enfrente de todos miran a uno de ellos que levanta uno, dos o tres dedos y, en funci¨®n de la indicaci¨®n, aprietan un bot¨®n determinado de los tres que tienen delante. No tienen necesidad de pensar si deben pulsar el que pone s¨ª, no o abstenci¨®n, porque alguien se lo da resuelto.
Cuando terminan se levantan de sus asientos y, ya sin premura, vuelven a sus lugares de procedencia hasta que suene de nuevo la machacona campana. Algunos se quedan a escuchar desde sus asientos a los que hablan desde la tribuna y otros charlan con los cercanos. Los que se quedan deben responder a otro est¨ªmulo autom¨¢tico: aplaudir cuando termina de hablar al que se sienta en el mismo lado que ellos.
Torres (PSOE) ten¨ªa asesor¨ªas fiscales mientras era ponente de impuestos
Michavila (PP) es uno de los que m¨¢s alternan actividades p¨²blicas y privadas
Los grupos multan a los diputados por faltar sin motivo a una votaci¨®n
El funcionamiento de la C¨¢mara baja es anticuado y est¨¢ encorsetado
Son los diputados. Son 350 y sobre sus espaldas la Constituci¨®n ha puesto la capacidad de aprobar leyes y la de controlar al poder ejecutivo. Las fotos repetidas con los esca?os vac¨ªos han descargado sobre ellos el foco cr¨ªtico y las acusaciones de absentismo. Su respuesta es que gran parte de su actividad est¨¢ fuera del pleno y que puede resultar m¨¢s pasivo el que permanece en el pleno sin moverse. Por ejemplo: el jueves pasado, durante la comparecencia de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero para exponer nuevas medidas econ¨®micas, un diputado del PP, del equipo m¨¢s pr¨®ximo a Rajoy, dedic¨® la tarde desde el esca?o a participar en foros de Internet sobre el debate. ?Estando en el hemiciclo trabajaba m¨¢s que otros diputados ausentes? En todo caso, en esta legislatura ning¨²n diputado ha sido sancionado por su grupo por ausencias.
El diputado-internauta serv¨ªa de atrezzo del pleno. Utilizaba los ordenadores que Manuel Mar¨ªn hizo instalar en cada esca?o para que los diputados trabajaran en el hemiciclo y no en sus despachos. No lo consigui¨®. Y ahora la mayor¨ªa de esas pantallas incrustadas en las maderas nobles permanecen apagadas, testigos mudos de una instituci¨®n que, seg¨²n la coincidencia general, requiere un ba?o de modernidad.
Su actividad m¨¢s visible es la que se produce en el hemiciclo, con unas 20 horas en plenos a la semana, tres d¨ªas por semana, tres semanas al mes y ocho meses al a?o. Algo menos llamativo es el trabajo en una media de 15 comisiones por semana, y media docena de subcomisiones. Hay otro trabajo reservado a la negociaci¨®n entre los grupos parlamentarios, preparaci¨®n de iniciativas, actividad pol¨ªtica en las circunscripciones y presencia ante los medios de comunicaci¨®n.
Los portavoces de los grupos admiten que el funcionamiento de la C¨¢mara ha quedado anticuado y encorsetado. F¨¦lix Pons, Luisa Fernanda Rudi, Federico Trillo y Manuel Mar¨ªn, los ¨²ltimos presidentes del Congreso, intentaron cambiar el Reglamento para actualizar y dinamizar su funcionamiento. Llegaron a pactar propuestas y, finalmente, renunciaron al topar con el inter¨¦s de los partidos. Jos¨¦ Bono ha abandonado esa reforma e intenta vencer las resistencias para hacer los cambios de forma sutil. Incluido el de colocar a las nueve de la ma?ana los plenos de control al Gobierno.
Las reformas pactadas en otras legislaturas inclu¨ªan novedades como la reducci¨®n del debate t¨¦cnico a las comisiones, dejando para el pleno el debate pol¨ªtico; permitir las intervenciones de diputados a t¨ªtulo personal, al margen de los portavoces, y facilitar la creaci¨®n de comisiones de investigaci¨®n y multiplicar las interpelaciones al presidente del Gobierno. PSOE y PP bloquearon las reformas que, en la pr¨¢ctica, pod¨ªan incomodar a los Gobiernos.
En el Reino Unido, adem¨¢s de que la conformaci¨®n de las circunscripciones vincula a los diputados con sus electores, se permite la improvisaci¨®n en los debates. En Espa?a no hay preguntas orales al Gobierno sin presentaci¨®n por escrito d¨ªas antes. Ni en Reino Unido ni en Estados Unidos hay disciplina de voto y en Espa?a se les sanciona y pagan multas por votar de manera distinta a la direcci¨®n del grupo.
Hasta en la Segunda Rep¨²blica espa?ola, el Reglamento de las Cortes favorec¨ªa el debate improvisado y la presencia del presidente del Gobierno en un debate, en cualquier momento, incluso en comisi¨®n. Manuel Aza?a relata en sus diarios la forma en la que acud¨ªa de improviso a las Cortes y participaba en un debate sobre un hecho de la v¨ªspera. Ahora, eso es imposible.
"La sociedad siempre va m¨¢s deprisa que las normas, pero si hay una ley desfasada es el Reglamento del Congreso", asegura Jos¨¦ Luis Ayll¨®n, secretario del Grupo Parlamentario Popular, que defiende un cambio profundo para dinamizar el Congreso. El n¨²mero dos del Grupo Socialista, Ram¨®n J¨¢uregui, va m¨¢s all¨¢ y reconoce que le resulta muy dif¨ªcil "repartir juego" entre sus diputados.
Ayll¨®n matiza que en el PP s¨ª existe libertad de los diputados para presentar iniciativas y que, adem¨¢s, se han establecido f¨®rmulas como las de responsables de asuntos concretos, m¨¢s all¨¢ de las portavoc¨ªas de las comisiones, para intervenir en cada asunto. Por ejemplo, adem¨¢s del portavoz en la Comisi¨®n de Industria, hay un responsable de las ayudas al sector del autom¨®vil. Hasta ahora ya han intervenido en el pleno y en comisiones 120 de los 153 diputados del PP. En el pleno han hablado 92. El PSOE no tiene estad¨ªsticas sobre intervenciones de sus diputados, pero la cifra es notablemente inferior, al renunciar a una parte sustancial de su cupo.
En este momento hay s¨®lo 35 diputados con dedicaci¨®n exclusiva. El resto compatibiliza el esca?o con distintas actividades, desde un despacho de abogados a la organizaci¨®n del partido o la participaci¨®n en tertulias de medios de comunicaci¨®n, conferencias o actividades docentes.
Oficialmente, toda actividad remunerada al margen de la de diputado debe ser expresamente autorizada; pero se ha aplicado siempre un criterio laxo. As¨ª, en la anterior legislatura se permiti¨® que el entonces portavoz del PSOE en la Comisi¨®n de Presupuestos, Ricard Torres, ponente en todas las normas sobre impuestos, abriera en la Comunidad Valenciana despachos de asesor¨ªa fiscal. A 67 de los diputados que declararon otra actividad se les pidi¨® aclaraci¨®n en junio y a¨²n no han respondido todos.
Esos datos de actividades son reservados. A instancias del diputado de ICV Joan Herrera se va a incluir en el debate sobre una hipot¨¦tica reforma de la ley electoral una propuesta para que los diputados tengan dedicaci¨®n exclusiva o, al menos, que sea transparente la concesi¨®n de compatibilidades.
Pese a que en el Parlamento se pide luz y taqu¨ªgrafos y se invoca la transparencia, es una de las instituciones m¨¢s opacas. Es imposible conocer oficialmente las estad¨ªsticas de ocupaci¨®n de los diputados. Este peri¨®dico solicit¨® al responsable de prensa del Congreso, hace m¨¢s de un mes, datos sobre los viajes oficiales de los parlamentarios, pagados con dinero p¨²blico y remunerados con dietas; a d¨ªa de hoy, no ha sido posible acceder a esa informaci¨®n.
J¨¢uregui asegura que son pocos los que en el Grupo Socialista compatibilizan su actividad como diputados con la de un despacho de abogados, la m¨¢s frecuente. El Grupo Socialista no establece ning¨²n control espec¨ªfico sobre la actividad de sus diputados, pero muchos, por su cuenta, remiten a la direcci¨®n sus trabajos, art¨ªculos o conferencias. J¨¢uregui asegura que deber¨ªa crearse una especie de registro voluntario de actividad, pero no le parecer¨ªa mal la dedicaci¨®n exclusiva y, en todo caso, una total transparencia.
Jos¨¦ Mar¨ªa Michavila, ex ministro de Justicia y diputado del PP, es un ejemplo de parlamentario que compatibiliza su actividad p¨²blica con otras privadas. Tiene abierto un despacho de abogados, act¨²a como representante de artistas reconocidos y mantiene una fundaci¨®n. Su tesis es que la exigencia de dedicaci¨®n exclusiva empobrecer¨ªa el Parlamento e impedir¨ªa su contacto con la sociedad. Se jacta de no haber faltado a ninguna votaci¨®n del pleno.
Ferran Bono mantiene a¨²n la visi¨®n del reci¨¦n llegado a la pol¨ªtica. Es periodista y no est¨¢ afiliado al PSOE. Diputado por Valencia, se dedica exclusivamente al esca?o. "Se podr¨ªa optimizar el funcionamiento del Congreso porque, por ejemplo, en el reciente debate de Presupuestos se duplican debates que ya se han producido en las comisiones, que son m¨¢s din¨¢micas y operativas", asegura.
Otro caso es el de los diputados con portavoc¨ªas, es decir, con responsabilidad en asuntos concretos y, adem¨¢s, en su partido. Por ejemplo, Carmen Mont¨®n, diputada socialista por Valencia, es miembro del comit¨¦ federal del PSOE, responsable de la sectorial de participaci¨®n ciudadana de su partido y portavoz de Igualdad en el Congreso. Es portavoz en las subcomisiones de reforma de la ley del aborto y de violencia de g¨¦nero, que se celebran a puerta cerrada. Asegura que hay un trabajo no visible de preparaci¨®n de intervenciones, de estudio de comparecencias, de coordinaci¨®n con el Gobierno, de negociaci¨®n de enmiendas y de presencia en esas subcomisiones que, al ser a puerta cerrada, carecen de proyecci¨®n p¨²blica. Se completa con la actividad en el partido y el contacto con la circunscripci¨®n.
Otro caso completamente distinto es el de los diputados de grupos minoritarios. En esos casos la actividad parlamentaria les obliga a multiplicarse. Por ejemplo, Joan Tard¨¤, diputado de ERC, interviene varias veces en el pleno sobre asuntos dispares y en varias comisiones para fijar posici¨®n; para lo que, adem¨¢s, debe negociar y pactar detalles de las propuestas.
Seg¨²n la explicaci¨®n de J¨¢uregui, la semana de los diputados socialistas se inicia el lunes por la ma?ana con las reuniones org¨¢nicas en cada una de las sedes del partido. Por la tarde se re¨²ne la direcci¨®n del Grupo Socialista para preparar las proposiciones, mociones y debates de los plenos y fijar la estrategia de la semana. El martes por la tarde y el mi¨¦rcoles por la ma?ana hay pleno. En teor¨ªa, el jueves por la ma?ana tambi¨¦n, pero en esta legislatura la producci¨®n legislativa del Gobierno es tan escasa que pocas son las semanas con plenos los jueves. El viernes queda reservado a las respectivas circunscripciones.
El n¨²mero dos del grupo socialista distingue tres escalones: los miembros de la direcci¨®n, los 30 portavoces y los diputados de a pie. Los portavoces de cada una de las comisiones son para J¨¢uregui la "columna vertebral del grupo" y, en la mayor¨ªa de los casos, tienen plena dedicaci¨®n.
Los "diputados rasos" provocan mayor preocupaci¨®n a J¨¢uregui por los problemas para darles participaci¨®n. Por ejemplo, el encorsetado reglamento dificulta que, al margen de comisiones y subcomisiones, se celebren conferencias de un solo d¨ªa o jornadas parlamentarias en las que acudan miembros de la sociedad civil, empresarios, asociaciones, etc¨¦tera. El modelo ser¨ªa el estadounidense, que termina con la aprobaci¨®n de libros blancos que sirven de gu¨ªa a la C¨¢mara.
Los grupos controlan s¨®lo con recomendaciones la asistencia de los diputados a plenos y s¨®lo fijan sanciones para las ausencias en votaciones. De los dos partidos mayoritarios, s¨®lo el PSOE proporciona el reglamento interno completo, mientras que el PP se limita a informar de las sanciones que contempla. Hay coincidencia en que muchos diputados admiten no tener conocimiento de tales normas internas.
El del PSOE prev¨¦ una multa de "200 euros por ausencia no autorizada a votaciones en ponencia o comisi¨®n", "400 euros por ausencia no autorizada a votaciones en pleno" y "600 euros por ausencia no autorizada a votaciones del pleno que requieran mayor¨ªa cualificada o tenga singular importancia y as¨ª se haya indicado previamente".
En lo que va de legislatura s¨®lo se ha multado con 600 euros al diputado Juan Antonio Barrio de Penagos, por romper la disciplina de voto a prop¨®sito de una moci¨®n que censuraba el paso del ex responsable de la Oficina Econ¨®mica de La Moncloa, David Taguas, al lobby de las firmas constructoras.
En el PP, la ausencia no justificada a votaciones se sanciona con 100 euros de multa; pero al igual que en el PSOE, en esta legislatura no se ha impuesto ninguna. La multa por romper la disciplina de voto en el PP es de 300 euros y se han impuesto tres: a dos diputados de Murcia por no apoyar el estatuto de Castilla-La Mancha y a uno de UPN en la votaci¨®n del Presupuesto. La diputada por Zaragoza Luisa Fernanda Rudi rompi¨® la disciplina de voto sobre el minitrasvase a Barcelona, pero no fue sancionada; s¨®lo hubo un apercibimiento casi simb¨®lico.
Los populares preparan un nuevo reglamento interno. En su caso, el absentismo tiene que ver a veces con sus tensiones internas. As¨ª, es normal que diputados considerados cr¨ªticos no acudan a las sesiones de control al Gobierno en las que interviene Mariano Rajoy. Son, por ejemplo, Juan Costa, ?ngel Acebes, Gabriel Elorriaga, Carlos Aragon¨¦s e Ignacio Astarloa, entre otros. La direcci¨®n del Grupo Popular no se da por enterada.
Del r¨¦gimen de los diputados, lo ¨²nico plenamente transparente son los sueldos, cuyo baremo est¨¢ colgado en la web del Congreso, accesible para todos los ciudadanos. Los salarios est¨¢n en funci¨®n del grado de responsabilidad. Todos reciben una asignaci¨®n m¨ªnima e id¨¦ntica de 3.126,52 euros al mes, con complementos mensuales que var¨ªan seg¨²n el cargo y que pueden llegar hasta los 9.000 euros en el caso del presidente de la C¨¢mara.
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