?xito
En los pa¨ªses anglosajones el deporte es la base de la educaci¨®n. El esfuerzo, la audacia, el juego limpio, no dar nunca nada por perdido hasta el final, aceptar la victoria o la derrota con elegancia son valores que se desarrollan primero en el patio de los colegios, se transforman en conocimiento en las aulas y de ellos se nutre luego la moral ciudadana. En la cultura anglosajona el pensamiento se genera a trav¨¦s de la acci¨®n. Con esta regla crearon su imperio. En la educaci¨®n latina, en cambio, queda establecido que en el principio era el verbo, que siempre termina haci¨¦ndose carne. Espa?a ha sido tradicionalmente un pa¨ªs verborreico, tierra propicia para leguleyos, abogados, tribunos, predicadores y sacamuelas. Durante el franquismo, un mando falangista daba la asignatura de formaci¨®n del esp¨ªritu nacional en la escuela. Con soflamas patri¨®ticas, que eran puro flato, llevaba a los alumnos por el imperio hacia Dios y desde los luceros se bajaba despu¨¦s al recreo donde un instructor desganado y fond¨®n dirig¨ªa una tabla de gimnasia rudimentaria con un bocadillo de chorizo en la mano. Los charlatanes apenas han cambiado de tarima, pero de forma casi milagrosa Espa?a ha generado hoy una floraci¨®n de campeones del mundo en el deporte. Mientras este pa¨ªs sigue produciendo, en general, pol¨ªticos, artistas, escritores y cient¨ªficos sin ning¨²n significado en el orden internacional, unos deportistas de ¨¦lite no cesan de generar victorias que obligan una y otra vez en cualquier parte del planeta a tocar el himno e izar en el m¨¢stil la bandera espa?ola, que aqu¨ª ha representado lo m¨¢s rancio y nefasto del patriotismo. El ¨¦xito mundial en el deporte comienza a ser una costumbre en esta tierra de perdedores. Los j¨®venes han comenzado a asociar la patria, no con un desfile militar ni con un acto pol¨ªtico institucional, sino con la figura de cualquiera de nuestros campeones subido en lo m¨¢s alto del podio. En Grecia se sol¨ªa derribar parte de la muralla de una ciudad para que entrara con todo esplendor el atleta que hab¨ªa triunfado en los juegos ol¨ªmpicos. Pero eso suced¨ªa cuando en el principio era la acci¨®n y el verbo no se hab¨ªa convertido todav¨ªa en nuestra carne.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.