Dopaje, corrupci¨®n y otras aventuras de Petrini
Todo acaba sabi¨¦ndose: esta semana hemos aprendido un poco m¨¢s sobre el dopaje en el f¨²tbol. El ex futbolista italiano Carlo Petrini apareci¨® en un programa de televisi¨®n contando c¨®mo les pon¨ªan las inyecciones en el vestuario y la prensa internacional recogi¨® puntualmente sus declaraciones. Petrini, que fue un ariete trotaequipos (G¨¦nova, Milan, Roma, Verona, Bolonia y otros), habl¨® del dopaje en su ¨¦poca profesional, los a?os setenta. Quiz¨¢ dentro de 30 a?os, si vive a¨²n, vuelvan a invitarle a una televisi¨®n para que comente lo que ocurre ahora mismo. No hay que perder la esperanza.
Carlo Petrini encarna a la perfecci¨®n la figura del arrepentido. Sabe de qu¨¦ habla porque lo vivi¨® en primera persona. ?El esc¨¢ndalo de las quinielas totocalcio? En 1980, Petrini recibi¨® una de las condenas m¨¢s duras por ama?ar partidos: tres a?os y seis meses de descalificaci¨®n que pusieron fin a su carrera. ?Las consecuencias del dopaje? Petrini est¨¢ afiliado desde 2004 a la asociaci¨®n de futbolistas presuntamente damnificados por los estimulantes y sufre glaucoma en un ojo. Es un hombre triste (la muerte de su hijo por c¨¢ncer, a los 19 a?os, fue un golpe dur¨ªsimo) y un proscrito del calcio porque desde hace tiempo, adem¨¢s de revelar lo que sabe, se dedica a investigar los asuntos m¨¢s cenagosos del f¨²tbol italiano.
Su autobiograf¨ªa En el fango del dios bal¨®n (2001) ya dejaba bastante claro ese tema del dopaje que ha repetido esta semana. Cualquiera que lea el libro comprobar¨¢ adem¨¢s que los arreglos arbitrales y la compraventa de resultados, que estallaron poco tiempo despu¨¦s con el procesamiento de Luciano Moggi y el descenso por sanci¨®n del Juventus, se realizaban sin disimulo. En otros libros, como Sin camiseta y sin bandera, Scudetti dopati (de traducci¨®n innecesaria), Los cuernos del Diablo y Calcio nei coglioni (literalmente, "patada en los cojones"), Petrini reitera y ampl¨ªa sus denuncias.
En Los cuernos del Diablo, dedicado al Milan de Berlusconi, aparecen algunas novedades sobre el dopaje contempor¨¢neo en el f¨²tbol. Eso que, como sabemos todos, no existe.
En 2004, la Federaci¨®n Italiana de F¨²tbol impuso a los futbolistas los controles cruzados de sangre y orina, lo mismo que se impone a los ciclistas. Cada jornada, por sorteo, unos cuantos jugadores deb¨ªan someterse al frasquito y al pinchazo. En realidad, no deb¨ªan, sino que pod¨ªan: la letra peque?a del nuevo reglamento establec¨ªa que los an¨¢lisis eran "voluntarios". Pronto se comprob¨® que muy pocos futbolistas aceptaban voluntariamente la prueba y Adriano Galliani, vicepresidente ejecutivo del Milan y presidente de la Liga de F¨²tbol, se puso entonces duro. "Los an¨¢lisis se har¨¢n obligatorios y quien los rechace ser¨¢ castigado", proclam¨®.
El 5 de marzo de 2005, el milanista Seedorf sali¨® agraciado en el sorteo de los controles. Y se neg¨® a pasarlos. El 20 de marzo sali¨® en el bombo el nombre de otros dos milanistas, Gattuso y Pancaro, que tambi¨¦n se negaron. El asunto salt¨® a la prensa y el Milan protest¨® por "la vulneraci¨®n de la intimidad" de los futbolistas implicados. Poco despu¨¦s, la Fiscal¨ªa de Tur¨ªn descubri¨® que, de todas formas, los an¨¢lisis eran poco ¨²tiles porque la orina no se refrigeraba. Le toc¨® al mism¨ªsimo Silvio Berlusconi, presidente del Milan y de casi todo lo dem¨¢s, dar por cerrado el asunto: "El dopaje es un invento de la izquierda". Ah¨ª se acab¨® el tema.
Esto, por supuesto, ocurre en Italia. S¨®lo en Italia. Aqu¨ª ser¨ªa imposible porque se realizan an¨¢lisis cruzados por sorpresa todas las semanas. Supongo.
![Portada de un libro de Carlo Petrini.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DL6YWH53KFOZWGCIGWPANIONQM.jpg?auth=b2d0d724ee06de874ee193303ae7c46c55ae3dd3f97c0ebca76144968f0116c8&width=414)
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