"Sab¨ªa que pod¨ªa pasar algo"
El subdirector de Quatre Camins en 2004 evoca los minutos previos al mot¨ªn
"Est¨¢n calentando el patio. Nos est¨¢n buscando". Eso es lo que le espet¨® el preso Francisco de Paula Hidalgo D¨ªaz al subdirector de Quatre Camins, Manuel Tall¨®n, para referirse a la actitud de los funcionarios la tarde del 30 de abril de 2004. A los pocos minutos, Tall¨®n recibi¨® una brutal paliza y se organiz¨® el mot¨ªn que se juzga estos d¨ªas en la Audiencia de Barcelona.
Las palabras del preso se explican porque acababa de ver a dos funcionarios golpear a un compa?ero, al que se llevaron sangrando de en medio del patio del m¨®dulo 1, seg¨²n explic¨® ayer el propio Tall¨®n. ?l orden¨® el traslado del recluso al departamento especial y volvi¨® al m¨®dulo 1 con el jefe de servicio.
"Sab¨ªa que habr¨ªa problemas, que pod¨ªa pasar algo", declar¨® Tall¨®n al tribunal. ?Por qu¨¦?, se le pregunt¨® en su declaraci¨®n. "En la c¨¢rcel nunca se sabe. Son cosas que has pasado", respondi¨® el subdirector de entonces, con 25 a?os de funcionario de prisiones a sus espaldas, 17 de ellos en la cuarta galer¨ªa de la Modelo. No le fall¨® el olfato.
Al poco de pedir refuerzos de personal, Hidalgo D¨ªaz le propin¨® un pu?etazo que tumb¨® a Tall¨®n y los presos la emprendieron a golpes con ¨¦l. Le clavaron un pincho de 20 cent¨ªmetros que estuvo a punto de acabar con su vida. ?l asegura que no vio el objeto punzante, pero estuvo un mes y medio hospitalizado y m¨¢s de un a?o de baja. "Ya nada es igual que antes", dijo.
Su tesis, as¨ª como la de los tres funcionarios que resultaron heridos y la del que fue secuestrado durante el mot¨ªn es que los presos se revelaron porque puso fin al tr¨¢fico de drogas. La situaci¨®n que describi¨® Tall¨®n cuando lleg¨® a Quatre Camins a mediados de 2002 es poco menos que espeluznante.
"No hab¨ªa rondas, ni vigilancia, era normal que un interno sacara una jeringa y se pinchara en medio del patio. Nunca hab¨ªa visto nada igual", explic¨®. Tall¨®n increment¨® los controles a los familiares para evitar el tr¨¢fico de drogas y vet¨® la entrada de cualquier preso a la lavander¨ªa, el lugar donde se traficaba, seg¨²n explic¨® ¨¦l mismo. Eso le cost¨® las enemistades de los reclusos, dijo. Los presos cuestionaron el lunes esa versi¨®n y relataron que lo que calde¨® el ambiente durante meses eran los malos tratos que protagonizaban algunos funcionarios.
El olfato de Tall¨®n sobre la posibilidad de un mot¨ªn se reflejaba, adem¨¢s, en las paredes de la c¨¢rcel y en los lavabos, donde abundaban las amenazas de muerte. El funcionario que fue secuestrado y apaleado durante el mot¨ªn identific¨® a los nueve presos, igual que hizo Tall¨®n. "?Y c¨®mo atribuye usted una cara o un f¨ªsico a un nombre", pregunt¨® el presidente del tribunal al subdirector. "Mi obligaci¨®n es conocer a los presos, llevo 25 a?os en esto", respondi¨®. Unos instantes despu¨¦s, sin embargo, no pudo precisar si antes del mot¨ªn hab¨ªa con ¨¦l dos o tres funcionarios y qui¨¦nes eran.
La consejera de Justicia, Montserrat Tura, no pudo evitar ayer opinar sobre el caso. "Se est¨¢ juzgando a unos presos que rompieron el r¨¦gimen disciplinario, secuestraron durante m¨¢s de cinco horas a unos funcionarios, a quienes sometieron a maltratos y vejaciones y agredieron al subdirector", informa Josep Garriga. Tura subray¨® que lo ¨²nico que persigue el Gobierno de la Generalitat es que la justicia "condene a estos presos" porque "lo que hicieron carece de explicaci¨®n" y exigi¨® no "desviar" la atenci¨®n con otros temas, en alusi¨®n a las supuestas palizas que recibieron algunos amotinados tras sofocarse el mot¨ªn.
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