La Ley de Barrios cierra la primera fase con 990 millones de inversi¨®n

Tarde pl¨¢cida la de ayer en el Parlament para Joaquim Nadal, consejero de Pol¨ªtica Territorial. Presentaba las actuaciones realizadas en Catalu?a durante cuatro a?os, al amparo de la Ley de Barrios, y se fue casi con elogios de la oposici¨®n. Le sent¨® bien tras 48 horas siendo despellejado por la subida de tarifas del transporte. Lo cierto es que todos los grupos que asistieron a la comisi¨®n parlamentaria dieron su aprobaci¨®n tanto a la ley como a su desarrollo hasta el momento, que ha supuesto una inversi¨®n p¨²blica de 990 millones de euros en 92 barrios de 77 localidades catalanas. Se puede mejorar, convinieron el propio Nadal y el diputado Josep Rull (CiU), pero se est¨¢ en el buen camino. Nadie grit¨® "?que se besen!", pero hubiera cabido.

Y es que la ¨²nica sugerencia de la oposici¨®n (que se aumente la aportaci¨®n de la Generalitat y se reduzca la municipal) ya la llevaba Nadal en el bolsillo y la puso sobre la mesa desde el primer momento. A partir de ahora, en funci¨®n del proyecto, la Generalitat podr¨¢ financiar hasta el 75% de la intervenci¨®n y el Consistorio quedarse en el 25%. Esto abre las puertas a actuaciones en localidades de menor tama?o y escaso presupuesto.

La sesi¨®n de ayer fue un rosario de cifras. Pero hubo una, que sali¨® a relucir ya en la serie de d¨²plicas, que rese?a lo que para las poblaciones significa esta ley. La primera de las cinco convocatorias de ayudas preve¨ªa 99 millones p¨²blicos (a partes iguales entre la Generalitat y los ayuntamientos). Benefici¨® a 13 barrios de 12 municipios (en Barcelona hab¨ªa dos: Santa Caterina y Roquetes). A fecha de ayer, la inversi¨®n realmente realizada era del 71% de lo previsto y a¨²n quedan dos a?os para agotar el plan. Pero lo verdaderamente importante es que al lado de esa inversi¨®n p¨²blica se ha producido una inversi¨®n inducida de otras administraciones y, tambi¨¦n, privada. El resultado es que los 99 millones iniciales se han convertido en 789 millones de euros de inversi¨®n real.

Los 13 primeros barrios presentan un desarrollo de planes desigual debido, reconoci¨® Nadal a petici¨®n de Rull, a que algunos tr¨¢mites son muy largos. Es el caso del barrio del Erm, en Manlleu, que supone la expropiaci¨®n de un bloque de pisos que a¨²n no est¨¢ consumada. El resultado es que Manlleu presenta el grado m¨¢s bajo de realizaci¨®n: s¨®lo el 36% de la inversi¨®n aprobada, pero se completar¨¢, afirm¨® Nadal, cuando concluya la expropiaci¨®n, cuyos plazos tienden a ser garantistas respecto a los propietarios.

Rull sugiri¨® tambi¨¦n que se solapen las ayudas de la ley de barrios con las prometidas por el Gobierno central. No ser¨¢ posible, explic¨® Nadal, porque el decreto del Gobierno central prev¨¦ la financiaci¨®n ¨ªntegra del proyecto; no caben, pues, otros ya programados y cofinanciados.

En cambio, se ha previsto que las poblaciones que terminen la inversi¨®n puedan suscribir un contrato con la Generalitat para disponer de una partida de mantenimiento durante un periodo de dos a?os, de modo que se consoliden los beneficios del plan, que ha favorecido, record¨® Nadal, a centros hist¨®ricos deprimidos, pol¨ªgonos de viviendas de las d¨¦cadas de los sesenta y setenta, y ¨¢reas de urbanizaci¨®n sin planificaci¨®n previa y, por tanto, con fuertes d¨¦ficit de equipamientos.

De los 990 millones p¨²blicos aprobados, 452 millones se destinan a mejoras en los espacios p¨²blicos y dotaci¨®n de zonas verdes, y 216 millones a equipamientos de uso colectivo. A partir de ahora, con las nuevas ayudas se seguir¨¢ otro sistema: las convocatorias se har¨¢n a medida que se terminen actuaciones iniciadas, de modo que el n¨²mero de intervenciones en toda Catalu?a se mantenga en torno al centenar de modo constante.