Piqu¨¦, acosado por Guant¨¢namo: "No tengo ning¨²n problema moral"
El ex ministro afirma que no pudo prever "lo que iba a pasar" en la prisi¨®n ilegal
Ning¨²n diputado de la oposici¨®n ni periodista -apenas da entrevistas- hab¨ªa sacado de sus casillas a Josep Piqu¨¦ tanto como una jovenc¨ªsima estudiante de Ciencias Pol¨ªticas que, ya al final de un tormentoso acto en la facultad de la Complutense, en Madrid, una de las m¨¢s activas de Espa?a, le apret¨® por su papel en el Gobierno de Aznar. La joven cit¨® a Samuel Huntington y su guerra de civilizaciones, explic¨® la informaci¨®n de EL PA?S sobre la autorizaci¨®n que dio Piqu¨¦ a las escalas espa?olas de los vuelos hacia Guant¨¢namo, y con voz pausada sentenci¨®: "?C¨®mo pudo usted colaborar con lo de Guant¨¢namo? ?Es capaz de justificarlo aqu¨ª? Es incre¨ªble, e imperdonable". Piqu¨¦ se encar¨®: "Como usted es muy clarividente, seguro que en febrero de 2002 usted habr¨ªa sabido lo que iba a pasar en Guant¨¢namo despu¨¦s. Seguro que si usted hubiera estado en mi sitio, lo habr¨ªa sabido".
"A tu edad pensaba como t¨², pero eso fracas¨®", dijo Piqu¨¦ a un estudiante
Esta enorme tensi¨®n dial¨¦ctica entre Piqu¨¦ y una alumna de Pol¨ªticas es s¨®lo una peque?a muestra de toda la quina que tuvo que tragar ayer el ex ministro de Asuntos Exteriores, invitado por el catedr¨¢tico y ex senador socialista Enrique Curiel a dar una conferencia sobre la crisis econ¨®mica. Piqu¨¦ tuvo mala suerte. Coincidi¨® con la protesta del plan Bolonia, que tiene en armas a la universidad -hay 40 alumnos encerrados en esa facultad- y con la publicaci¨®n de las informaciones de Guant¨¢namo.
Casi 45 minutos tard¨® el ex ministro en poder empezar a hablar, entre insultos -asesino, fascista, criminal de guerra- y c¨¢nticos anticapitalistas y en contra de la guerra de Irak. Cuando intent¨® empezar, nueve alumnos vestidos con monos naranjas y capuchas, como los presos de Guant¨¢namo, en una protesta organizada por la asamblea aut¨®noma de la universidad, que dirige las movilizaciones anti-Bolonia (y no por ning¨²n grupo pol¨ªtico, seg¨²n coincid¨ªan varios j¨®venes), se sentaron junto al ex ministro con una pancarta: "Con Vueling [la empresa que ahora preside Piqu¨¦], vuelos a Guant¨¢namo".
El ex ministro pretend¨ªa, como ha hecho su compa?ero Federico Trillo, entonces responsable de Defensa, escabullirse de la prensa y no hablar de Guant¨¢namo. Pero los alumnos le forzaron con sus preguntas. Y al final se moj¨®: "De las decisiones que he tomado, me arrepiento de mis errores, pero no tengo ning¨²n problema moral con esas decisiones". Volvieron los abucheos. "Eso, eso, duerme tranquilo despu¨¦s de haber apoyado Guant¨¢namo", le gritaban. "El grueso de los vuelos se produjo con el actual Gobierno, que ha dicho que en ning¨²n momento se cometi¨® ninguna irregularidad, me quedo ah¨ª", se defend¨ªa Piqu¨¦.
Ya a la salida, mientras le segu¨ªan los encapuchados, Piqu¨¦ trat¨® de eludir de nuevo a la prensa, pero al final, al ser preguntado sobre el informe de Exteriores que public¨® EL PA?S, sentenci¨®: "No existe". El ex ministro dec¨ªa esto despu¨¦s de que Exteriores no haya encontrado en ning¨²n archivo el informe oficial. Nada dijo sobre una posible eliminaci¨®n, lo que ser¨ªa un delito. Piqu¨¦ habl¨® el domingo con el actual ministro, Miguel ?ngel Moratinos, y con este peri¨®dico, y no desminti¨® la noticia sobre el informe. En medio de la tensi¨®n, Curiel tuvo incluso que desmentir que la universidad hubiera pagado 6.000 euros a Piqu¨¦ por la conferencia, ante las cr¨ªticas inclementes de los alumnos: "Pasamos fr¨ªo en la facultad y se gastan el dinero en esto". "Le he tra¨ªdo yo en mi coche", trat¨® de calmarlos Curiel.
Los alumnos se dividieron en dos. Los que no le dejaban hablar -"fascismo es tambi¨¦n no respetar la libertad de expresi¨®n, y las condenas sin juicio", les respondi¨® el empresario, "?D¨®nde est¨¢n los juicios en Guant¨¢namo?", le gritaron ellos- y los que prefirieron escucharle y esperar al final para lanzarle sus pullas.
En tono pausado aunque vibrante, y utilizando todo tipo de citas que mostraban su preparaci¨®n, la mayor¨ªa de los alumnos le reprocharon su defensa del liberalismo. "Los neoliberales han fracasado", dijo uno. "Yo he estado en ?frica, nuestro crecimiento se hace a costa de sus muertos", otro. "Cuando yo ten¨ªa tu edad pensaba como t¨²", le espet¨® Piqu¨¦, militante comunista en su juventud. "Pero la prosperidad viene de la econom¨ªa de mercado. Lo otro ya lo probamos, y fue un desastre".
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