Los divorcios descienden un 17% en seis meses por efecto de la crisis econ¨®mica
Los expertos opinan que las parejas aguantan al no poder cambiar de piso
Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Con ese mensaje se bendicen las bodas por la Iglesia Cat¨®lica. La crisis econ¨®mica lleva ahora camino de convertirse en otro aliado para que las uniones resulten de verdad indisolubles. Ante la inestabilidad laboral y la carest¨ªa de la vivienda, las parejas optan por aguantar bajo el mismo techo, aunque los lazos afectivos se encuentren irremediablemente rotos, comentan los expertos consultados por EL PA?S. S¨®lo en el primer semestre de este a?o los divorcios y las separaciones han ca¨ªdo en Euskadi un 17,5% con respecto al mismo periodo del a?o anterior. La l¨ªnea de descenso es similar a la que se registra en el resto de Espa?a, seg¨²n los ¨²ltimos datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), publicados a finales del pasado octubre.
"La crisis podr¨ªa influir en la decisi¨®n de tener m¨¢s de un hijo"
"Los divorcios est¨¢n pensados para los que tienen dinero, no para la clase media"
Se trata de un cambio de tendencia, aunque habr¨¢ que esperar a conocer los resultados del conjunto de 2008 para poder confirmarla plenamente. Despu¨¦s de a?os de alzas (en 2005 se introdujo lo que popularmente se conoce como divorcio expr¨¦s), en 2007 se produjo una bajada y los datos del primer semestre de este a?o la confirman, ya con la crisis sacudiendo de firme. La confluencia de un paro que no deja de crecer y unas hipotecas que permanecen invariablemente altas est¨¢n resultando el mejor pegamento para las parejas.
Ram¨®n del Valle, miembro de la Asociaci¨®n Espa?ola de Abogados de Familia, con despacho en Vitoria, resume gr¨¢ficamente la situaci¨®n: "El divorcio no est¨¢ inventado para las parejas de clase media. Es para los que tienen mucho dinero y se pueden permitir la separaci¨®n y vivir cada uno en una casa". A medida que desciende la clase socioecon¨®mica, los efectos de la separaci¨®n resultan m¨¢s devastadores.
La clave de lo que est¨¢ ocurriendo es la imposibilidad de acceder a un nuevo piso. Si en una situaci¨®n normal, la ruptura ya implica el empobrecimiento de los dos miembros del matrimonio, en un contexto de crisis ese empobrecimiento se multiplica. Quien deja la casa tiene que costearse otro alojamiento y, adem¨¢s, hay que seguir pagando la hipoteca de la primera vivienda, en la que, por lo general, sigue residiendo la mujer con los hijos.
La profesora de Sociolog¨ªa de la UPV Elisa Usategui apunta que "todos los lazos est¨¢n rotos, pero se aguanta por la hipoteca". Sin embargo, advierte del peligro que conlleva seguir viviendo bajo el mismo techo cuando se ha deshecho por completo la comunicaci¨®n y los miembros de la pareja no se aguantan. "Cuando deciden romper es porque han llegado al final del camino. Si siguen juntos, aunque hagan vidas paralelas, hay un riesgo evidente de que se terminen por perder los papeles y sea el caldo de cultivo para algo peor".
Del Valle destaca en este punto que esa "cohabitaci¨®n", que no convivencia, s¨®lo resulta posible en el caso de que exista una relaci¨®n "m¨¢s o menos normalizada", sin maltrato.
Para Juan Luis Mart¨ªn, psic¨®logo de Familia y miembro de Etxadi-Centro Universitario de Psicolog¨ªa de la Familia, mantener la uni¨®n si est¨¢ rota cuando hay hijos de por medio puede suponer un mayor fracaso a medio plazo. "Parece que la crisis econ¨®mica est¨¢ haciendo de freno al crecimiento de los divorcios, pero seguir juntos cuando no queda nada es contraproducente. El coste humano si hay ni?os puede ser mayor que el econ¨®mico". Mart¨ªn recuerda el caso reciente de una persona que requiri¨® los servicios de Etxadi. "Me dijo que separarse le supon¨ªa caer en la indigencia, pero tal vez, a pesar de todo, le compensaba".
Ana Irene del Valle, profesora de Sociolog¨ªa de la Familia, del Departamento de Sociolog¨ªa de la UPV, considera que todav¨ªa resulta prematuro relacionar directamente la bajada en los divorcios con la crisis econ¨®mica. "Es indudable que puede influir, pero pueden estar jugando otros factores. Es necesario algo m¨¢s de tiempo para certificarlo", precisa.
"El elemento que ralentiza la decisi¨®n del divorcio es la dificultad de acceder a un piso", asegura. Adem¨¢s de las separaciones, la crisis podr¨ªa jugar un papel importante en una congelaci¨®n de la natalidad, ya de por si baja en el caso de Euskadi. "M¨¢s que en la decisi¨®n de no tener hijos, la crisis s¨ª puede influir en que las parejas no vayan a por el segundo o el tercero", aventura la soci¨®loga. S¨®lo una potente red de servicios sociales y las medidas de conciliaci¨®n laboral y familiar podr¨¢n impedir la ca¨ªda, concluye.
Divorcios
- Durante el primer semestre de este a?o se produjeron un total de 2.677 divorcios y separaciones (tanto de mutuo acuerdo como sin consenso). La mayor parte de ellos (un total de 1.663) son divorcios consensuados. A lo largo del primer semestre del a?o pasado, los divorcios y las separaciones alcanzaron la cifra de 3.247.
- En uno de cada tres casos se incumplen las medidas impuestas por el juez en materia del pago de las pensiones alimenticias, compensatorias y r¨¦gimen de visitas a los hijos comunes. La reforma legal aprobada en 2005 para simplificar los tr¨¢mites de la ruptura han propiciado un descenso radical de las separaciones, ya que se eliminaron como paso previo al divorcio.
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