Tomarse la Constituci¨®n en serio
El 6 de diciembre conmemoramos los espa?oles el 30 aniversario de la Constituci¨®n. La primera de consenso muy mayoritario asentada en la lealtad de la mayor¨ªa y en un espacio libre para la cr¨ªtica y la mejora. La defensa y el elogio de la Constituci¨®n de 1978 es compatible con la reforma en aquellos aspectos que parezcan obsoletos, superados o innecesarios. Se han se?alado varios, la correcta organizaci¨®n del Senado como C¨¢mara de representaci¨®n territorial (art¨ªculo 69), la igualdad del hombre y la mujer en la sucesi¨®n a la Corona, a partir del reinado futuro de don Felipe de Borb¨®n y Grecia (art¨ªculo 57.1), una referencia relevante a la Uni¨®n Europea (en el contexto de los art¨ªculos 94 y siguientes) y una modificaci¨®n del T¨ªtulo VIII, en su Cap¨ªtulo Tercero De las Comunidades Aut¨®nomas, para suprimir todos los art¨ªculos que se refieren al acceso a la autonom¨ªa, situaci¨®n ya superada con todas las comunidades aut¨®nomas constituidas. En cambio, se debe a?adir un texto que describa con su nombre a todas las comunidades para dejar claro el car¨¢cter fijo e inamovible de ¨¦stas y la imposibilidad de secesi¨®n o de organizarse al margen de la Constituci¨®n. De estas reformas se viene hablando desde hace a?os y parece que cabr¨ªa un acuerdo suficiente sobre ellas. Teniendo en cuenta que para llevarlas a cabo hay dos procedimientos diferentes (art¨ªculo 167 y 168), si se realiza de una sola vez, lo que parece procedente, agrupando las cuatro reformas, el procedimiento ser¨¢ el m¨¢s exigente (art¨ªculo 168) y ser¨¢ preceptivo el refer¨¦ndum.
A mi juicio, procede una quinta reforma, la de la Ley Electoral, que tambi¨¦n exige una leve reforma de la Constituci¨®n. Creo que ser¨ªa el camino ¨²nico posible para superar el excesivo papel de los partidos nacionalistas, que cuentan mucho m¨¢s de lo que sus votos y sus esca?os permitir¨ªan en una situaci¨®n de normalidad. En las circunscripciones donde se presentan esos partidos, Euskadi, Catalu?a y Galicia, en la distribuci¨®n de esos esca?os no desperdician casi ning¨²n voto. Sin embargo, los dos grandes partidos, PSOE y PP, e IU desperdician muchos votos en cada circunscripci¨®n electoral una vez utilizados los que sirven para obtener un esca?o. Por eso se deber¨ªa ampliar el n¨²mero de esca?os, hasta los 400 que permite la Constituci¨®n y utilizarlos para aplicar en esos 50 que se a?aden los votos no utilizados en las circunscripciones provinciales y distribuirlos entre los partidos que los hubieran recibido. Los beneficiarios ser¨ªan los ya citados PSOE, PP e IU, lo que restablecer¨ªa la justicia del reparto y permitir¨ªa un relanzamiento de IU, con reforzamiento de un sentido institucional. Quiz¨¢s ese nuevo escenario permitir¨ªa a IU despegarse de su colaboraci¨®n con el separatismo de Ibarretxe en el Pa¨ªs Vasco.
En todo caso, todas estas propuestas de reforma no afectar¨¢n al n¨²cleo central del consenso en el gran pacto social que se estableci¨® en 1978, que se debe mantener y reforzar con ocasi¨®n de este aniversario. Continuidad y profundizaci¨®n deben ser expectativas para la celebraci¨®n y tambi¨¦n para la toma de conciencia del valor de las reglas de juego y de las instituciones, valores, principios y derechos que nos rigen y la necesidad de reforzar la lealtad y la eficacia de sus normas. ?Hay que tomarse la Constituci¨®n en serio!
Es tambi¨¦n ocasi¨®n para identificar comportamientos y actitudes que rompen con la lealtad, que se desv¨ªan de una interpretaci¨®n y de una aplicaci¨®n correcta de nuestra Carta Magna, que representan ideolog¨ªas antimodernas incompatibles y que incluso impulsan desobediencias que cuestionan y se apartan del juego limpio de nuestras reglas de juego, e intentan evitar una educaci¨®n que las comunique a las nuevas generaciones. 30 a?os son suficientes para valorar las experiencias vividas, las desviaciones y las traiciones, que de todo ha habido, aunque en verdad debemos estar satisfechos por el seguimiento muy mayoritario y por la obediencia habitual a las normas. Naturalmente que se puede discrepar de la Constituci¨®n, del n¨²cleo central de valores y de principios que la identifican desde la palabra y no desde la violencia, aunque no se pueden rechazar los procedimientos de toma de decisiones basadas en los principios de las mayor¨ªas y de la negociaci¨®n.
En la tipolog¨ªa de los comportamientos rebeldes y desviados los m¨¢s chocantes son los m¨¢s toscos y groseros, como los que ha protagonizado el lehendakari Ibarretxe y sus socios del tripartito, que han arrastrado al PNV, un partido que siempre hab¨ªa acatado la legalidad. El hecho de que el principal representante del Estado en la comunidad aut¨®noma vasca encabece un movimiento secesionista al margen de los procedimientos es una felon¨ªa incalificable, una irresponsabilidad y una forma de irracionalidad que ha llevado a ese pa¨ªs a un callej¨®n sin salida. Los vascos, con sus votos, son los que deben reorientar ese itinerario imposible. S¨®lo la locura de los criminales de ETA supera, por su violencia a los desvar¨ªos que acabamos de describir.
Por lo ampliamente que se desvi¨® de lo que representa la Constituci¨®n, sigue en el ranking la jerarqu¨ªa de la Iglesia espa?ola encabezada por Rouco Varela y por los movimientos integristas afines, que disimulan mal su rechazo de los valores constitucionales, especialmente los que se refieren a la libertad personal y de conciencia, esa que un Papa del siglo XIX, Gregorio XVI, llamaba un pestilente error. Tambi¨¦n entienden de manera sesgada la laicidad, porque pretenden ventajas en relaci¨®n con las restantes Iglesias y confesiones, privilegios otorgados s¨®lo a ellos, que no caben en nuestro marco constitucional, y que expresan su ignorancia de la historia europea, su tradicionalismo y su antimodernidad, su inocencia hist¨®rica y su capacidad de olvido de las atrocidades del integrismo de su pensamiento, de su complacencia con los pr¨ªncipes y sus "sagrados derechos", y su alianza estable con totalitarismos modernos, como el franquismo. La afirmaci¨®n de la pastoral colectiva de los obispos en 1937 es la mayor traici¨®n posible a una Iglesia libre y defensora de la libertad, como muy juiciosamente se?ala Maritain en sus Reflexiones sobre las cosas de Espa?a con las que prologa el libro del profesor Mendizabal, Aux Origines de la Tragalie, publicado en Francia en aquellos a?os de Guerra Civil.
Por su poca relevancia, pasamos por alto a los grup¨²sculos de extrema derecha y de extrema izquierda, que suelen coincidir en el rechazo a nuestro modelo de Constituci¨®n, y dedicaremos la reflexi¨®n final en este aniversario a los presuntos defensores de la Constituci¨®n que no la toman en serio, y que con esa instrumentalizaci¨®n pueden tambi¨¦n hacer un da?o irreparable. Son los que la utilizan como trueque o como elemento de cambio para obtener ventajas, pensado en el ¨¦xito inmediato, desde el Gobierno o desde la oposici¨®n, aunque lo primero es m¨¢s grave. Son los que evitaron recurrir ante el Tribunal Constitucional la segunda ley ling¨¹¨ªstica catalana cuando gobernaba el PP, y los que han permitido en los ¨²ltimos a?os un proceso de reformas de los estatutos, que en su situaci¨®n actual han podido sobrepasar por exceso los l¨ªmites constitucionales. En algunos casos por ligereza se ha llegado a alimentar la supresi¨®n de los l¨ªmites. Adem¨¢s, mayor¨ªa y oposici¨®n han practicado la pol¨ªtica de los dos raseros, valorando de distinta manera las reformas de los estatutos, y viendo conforme a Derecho en un sitio lo que parec¨ªa un exceso escandaloso en otros. La culpa "in vigilando" con poco cuidado y poca profesionalidad han sido tambi¨¦n signos de ligereza y de falta de responsabilidad. El juego limpio en relaci¨®n con la Constituci¨®n exige vigor y escrupuloso cuidado en su garant¨ªa y en su mantenimiento, especialmente de quienes tienen obligaci¨®n prioritaria de defenderla. Es el mayor homenaje que se puede hacer, desde el poder pol¨ªtico e institucional m¨¢s all¨¢ de las ret¨®ricas y de las grandes palabras. Adem¨¢s, siempre queda el Tribunal Constitucional.
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