?Del pleno empleo al paro masivo?
Cuando todav¨ªa algunos pregonaban que la sociedad valenciana estaba a punto de alcanzar el pleno empleo la realidad se nos ha desplomado encima con un aumento espectacular de las cifras de paro. ?Qu¨¦ ha sucedido para pasar en tan poco tiempo del milagro al derrumbe? Pues, para empezar, que seguramente no hab¨ªa tal milagro, sino s¨®lo un espejismo sobre el que han cabalgado durante un tiempo president, consellers, l¨ªderes empresariales y muchos analistas. Pero, como todos sabemos, los espejismos desaparecen. Los intensos cambios que se estaban produciendo en la econom¨ªa valenciana deb¨ªan haber hecho reflexionar por encima de simplificaciones y triunfalismos.
La situaci¨®n actual no es s¨®lo el resultado de una crisis financiera. No nos confundamos, los problemas laborales del presente, que no se limitan al paro, son en gran medida el resultado de los cambios estructurales que han tenido lugar en las ¨²ltimas d¨¦cadas, que han acabado conformando una determinada realidad del mercado laboral valenciano y que, m¨¢s all¨¢ de las turbulencias financieras, condicionan su din¨¢mica futura. El fuerte aumento de la poblaci¨®n activa, la mayor presencia de poblaci¨®n inmigrante o el cambio sectorial son algunas de las transformaciones m¨¢s relevantes. El estallido de la crisis no puede hacernos caer en el coyunturalismo de pensar que la situaci¨®n actual, y la que se avecina, son exclusivamente un problema de desequilibrio cuantitativo y transitorio en el mercado laboral.
Es cierto que en los ¨²ltimos a?os el empleo valenciano ha crecido m¨¢s que el espa?ol, pero tambi¨¦n es cierto que en las crisis nuestra destrucci¨®n de empleo es mayor. El empleo valenciano es m¨¢s sensible a los ciclos econ¨®micos, lo cual est¨¢ directamente relacionado con las caracter¨ªsticas del sistema productivo y con las estrategias de gesti¨®n empresarial. Si miramos s¨®lo al mercado laboral (de nuevo los salarios, los contratos y los costes de despido en danza) dif¨ªcilmente entenderemos lo que realmente pasa. Mejor si atendi¨¦ramos a nuestra especializaci¨®n productiva, a c¨®mo producimos y a la (in)cultura especulativa que tanto se ha extendido en el mundo de los negocios.
Las debilidades de la din¨¢mica sectorial son evidentes. Las actividades que han creado m¨¢s empleo en los ¨²ltimos a?os han sido la construcci¨®n y los servicios de bajo valor a?adido. En ambos casos, actividades muy intensivas en trabajo y poco exigentes en cualificaciones. La construcci¨®n es una actividad con un elevado componente c¨ªclico y cuyo modelo de expansi¨®n se muestra a todas luces insostenible, por mucho que nuestros gobernantes se empe?en en hacernos creer lo contrario. El sector con m¨¢s crecimiento del empleo, el terciario, presenta tambi¨¦n insuficiencias claras para ser un sector s¨®lido y con capacidad de generar sinergias hacia otras actividades. En este sentido, cabe destacar la escasa presencia de servicios cualificados o la fuerte dependencia del turismo. Unas bases muy d¨¦biles para la estabilidad y la calidad del empleo generado.
A este escenario hemos de a?adir las carencias de buena parte del tejido industrial valenciano, con estructuras productivas en muchos casos precarias y que condicionan su solidez futura. Buena muestra de esta debilidad son los datos de las actividades de innovaci¨®n, por debajo de la media espa?ola y a a?os luz de Europa. As¨ª es muy dif¨ªcil conseguir un modelo s¨®lido de competitividad, lo que repercute negativamente en la capacidad de generar y mantener puestos de trabajo y en la calidad y cualificaci¨®n del empleo.
Si esta situaci¨®n es preocupante, no lo es menos la vertiente cualitativa de nuestro mercado laboral. La negativa realidad de las mujeres o de los j¨®venes, los desequilibrios territoriales o la situaci¨®n laboral de los inmigrantes ya introduc¨ªan sombras sobre los logros de los a?os de expansi¨®n. Y, por encima de todas ellas, la extensi¨®n de la precariedad laboral como elemento m¨¢s preocupante. M¨¢s all¨¢ de las cifras de creaci¨®n de empleo encontramos una realidad de trabajo precario, fuertemente degradado en sus condiciones laborales y sobre el que se ha edificado el milagro. Especulaci¨®n improductiva y laboral estrechamente entrelazadas. No estar¨ªa de m¨¢s preguntarse por la segmentaci¨®n social derivada de este modelo en la crisis actual.
El peligro es que medidas coyunturales de respuesta a la crisis agraven todav¨ªa m¨¢s los aspectos negativos de un modelo productivo en gran medida agotado. La salida r¨¢pida es sobrevivir reduciendo costes y ahondar m¨¢s en la precarizaci¨®n del empleo, trasladando los problemas a los trabajadores. Si no atendemos al car¨¢cter estructural de la crisis y aprovechamos para cambiar de modelo, insistiremos en los errores y a esperar a la pr¨®xima. Pero para ello hace falta una pol¨ªtica decidida (?d¨®nde est¨¢ la Generalitat?) que mire m¨¢s all¨¢ del mercado laboral y propicie unas estrategias empresariales m¨¢s activas. El riesgo: que la ciudadan¨ªa empeore sus condiciones de vida y ante las preguntas sobre sus problemas s¨®lo tenga por respuesta el eco de sus palabras.
Josep Banyuls es profesor del Departamento de Econom¨ªa Aplicada de la Universitat de Val¨¨ncia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.