?A la sueca o a la japonesa?
Frente a las actuaciones llevadas a cabo para frenar el deterioro econ¨®mico y financiero cabe plantearse qu¨¦ conclusiones podemos extraer a partir de la experiencia hist¨®rica. La comparaci¨®n debe ser medida: el sistema financiero actual tiene poco que ver con el que exist¨ªa en otras situaciones de crisis con similares caracter¨ªsticas. Resulta, en particular, de utilidad evaluar las medidas que fueron puestas en pr¨¢ctica en el pasado y cu¨¢l fue su grado de ¨¦xito. Si centramos nuestro an¨¢lisis en dos casos concretos, Jap¨®n y Suecia, los contrastes resultan evidentes. La evoluci¨®n experimentada por Jap¨®n desde 1990 es conocida: una crisis bancaria mal resuelta (y no reconocida) ha tenido consecuencias negativas a largo plazo. En contraposici¨®n, la crisis sueca y su r¨¢pida resoluci¨®n a principios de la misma d¨¦cada resultan de especial relevancia.
El ¨²ltimo fichaje del consorcio es el ex presidente finland¨¦s Lipponen
La magnitud de la situaci¨®n a la que se enfrentaron las autoridades suecas no debe ser minusvalorada. Entre 1990 y 1993, el PIB cay¨® un 6%, la tasa de paro se multiplic¨® por cuatro, y cinco de los siete mayores bancos pasaron a ser insolventes. ?Cu¨¢l fue la primera acci¨®n concertada por las autoridades? Reconocer la situaci¨®n, devolver la confianza a los mercados (garantizando pasivos bancarios) y dar manos libres al banco central para inyectarles liquidez. El paso siguiente, antes de comprometer capital p¨²blico por un total del 4% del PIB, fue exigir el reconocimiento de p¨¦rdidas por parte de cualquier entidad que quisiese obtenerlo. La r¨¢pida recuperaci¨®n posterior de los mercados financieros no fue correspondida con la misma celeridad a la hora de otorgar financiaci¨®n. Pero el crecimiento acumulado del 50% visto en Suecia desde 1994 hasta 2007 debe ser atribuido en parte, frente al 20% experimentado por la econom¨ªa japonesa, al impacto de las medidas adoptadas.
Las r¨¢pidas y contundentes medidas aplicadas en Suecia funcionaron de manera m¨¢s efectiva que aquellas adoptadas en Jap¨®n. Sin embargo, ello no implica que, para hacer frente a situaciones como la actual, la mejor estrategia sea replicarlas. No existe un patr¨®n com¨²n aplicable a cualquier crisis, a cualquier econom¨ªa, a cualquier sociedad y en cualquier momento. Pero s¨ª que parece existir un denominador que aparenta ser com¨²n: la relevancia del sistema financiero en el funcionamiento y entramado de la econom¨ªa. Pensar que puede resolver por s¨ª solo sus problemas no es la mejor forma de solventarlos. Por ello resulta necesario articular medidas que los resuelvan. Junto a las medidas financieras, no menos relevantes son los paquetes de est¨ªmulo fiscal. Su articulaci¨®n tambi¨¦n debe ser llevada a cabo con celeridad, pero respetando las caracter¨ªsticas que definen a cada econom¨ªa en funci¨®n de su estructura sectorial y efectos de transmisi¨®n. Por ¨²ltimo, cabe atribuir la mejor o peor resoluci¨®n de una crisis al factor humano: la experiencia y capacidad de los gestores al frente de cualquier actuaci¨®n tambi¨¦n son relevantes. -
Carlos Maravall y Paula Papp son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.
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