Se baja el tel¨®n en Habitat
El concurso de la empresa recrudece m¨¢s la guerra entre accionistas
"?Por qu¨¦ esa fijaci¨®n con Habitat?". Es la pregunta que Bruno Figueras, presidente de Habitat, hace constantemente a sus asesores. No entiende por qu¨¦ ¨¦l, poco dado a aparecer en los medios, ha copado tantos titulares en el ¨²ltimo a?o por m¨¢s que le explicaran que Habitat ten¨ªa todos los ingredientes para ser todo un culebr¨®n. Es una empresa con m¨¢s de 50 a?os de historia, la compra de Ferrovial Inmobiliaria fue una operaci¨®n ins¨®lita en Catalu?a, participaron ilustres familias, ¨¦l es un promotor inusual y el final del ¨²ltimo acto es tr¨¢gico.
Bruno Figueras trabaj¨® la imagen de marca de su empresa para convertirla en un referente de la sostenibilidad y la modernidad. Levant¨® iconos de Barcelona de la mano de William McDonough, Dominique Perrault, Arata Izozaki o Alejandro Zaera-Polo. "Daba una imagen de gran seriedad y solvencia", dice un accionista minoritario. A finales de 2006 se propuso crecer. Y lo consigui¨®. Tras una puja en la que, seg¨²n fuentes del sector, participaban Lubasa o
Los minoritarios exigen a Figueras que demande a Ferrovial
Don Piso tambi¨¦n se ha visto abocada al proceso concursal
Renta Corporaci¨®n, se qued¨® con la divisi¨®n inmobiliaria de Ferrovial, por la que deb¨ªa abonar 2.200 millones de euros y asumir una deuda de 600 millones.
La operaci¨®n se firm¨® el d¨ªa 28, pero durante todo el mes Figueras estuvo buscando el capital.
La Caixa lider¨® un pr¨¦stamo sindicado con otras 38 entidades financieras por 1.715 millones. El resto de la operaci¨®n deb¨ªa cubrirla mediante socios. Durante el puente de la Constituci¨®n lo at¨® todo. ?l se encarg¨® de ofrecer acciones a Isak Andic, propietario de
Mango, y a las familias Cuatrecasas y Rod¨¦s, amigas de la familia. Los Rod¨¦s declinaron aportar 30 millones y comprometieron s¨®lo seis. A Dolores Ortega, sobrina de Amancio Ortega, la conoc¨ªan porque hab¨ªa participado en un proyecto de Barcelona, mientras que a Jos¨¦ Antonio Castro, cuenta su entorno, lo convenci¨® el entonces director general de Habitat, Fernando Cirera, cuando le inform¨® de la compra jugando al golf en el Empord¨¤.
Todo fue r¨¢pido. Seg¨²n coinciden tres minoritarios, apenas pudieron leerse el informe elaborado por N+1, que proyectaba unos beneficios de 30 millones y una compra de la inmobiliaria con un 7% de descuento sobre el valor de los activos. Pronto depositaron un aval por el capital en septiembre de 2007, cuando se realiz¨® la ampliaci¨®n de capital. "S¨®lo al empezar nos mosqueamos. En el paquete iba Don Piso. Nadie nos hab¨ªa dicho nada de eso. Bruno nos dice: 'Tranquilos, lo vamos a vender por unos noventa millones", aseguran fuentes accionariales. Hoy, Don Piso tambi¨¦n est¨¢ en concurso.
En septiembre de 2007, Cirera dej¨® la sociedad. "Era un buen capataz para la empresa familiar, pero no para ese monstruo", sostienen fuentes financieras. A pesar de ello, los minoritarios se inquietaron. "Nos reunimos para examinar las desinversiones. Eran correctas. Como hab¨ªa un beneficio de ocho millones de euros, pensamos que todo estaba bien", dice otro minoritario.
El 27 de ese mes estaba prevista la ampliaci¨®n de capital por 225 millones. La documentaci¨®n lleg¨® al correo de los asesores de los minoritarios la noche del viernes 21, lo cual les irrit¨®: no lo examinar¨ªan hasta el d¨ªa 25, puesto que esas fechas son festivas en Barcelona. Los cinco minoritarios no daban cr¨¦dito: los fondos propios, dicen, eran negativos. Aun as¨ª, firman la ampliaci¨®n de capital y entran en el Consejo de Administraci¨®n. Pronto llega otro malentendido: varios accionistas reciben una llamada de un banco que les pide que pignoren sus acciones. Se niegan.
La relaci¨®n se deteriora cuando aparece el fantasma de un quebranto de 96 millones a ra¨ªz de unos activos de Ferrovial valorados a un precio, pero comprometidos por otro inferior. Preguntado al respecto meses despu¨¦s, Figueras admiti¨® que hab¨ªa permutas que deb¨ªan saldarse. "Ferrovial lo resolvi¨®", ataj¨®. Pero la desconfianza hab¨ªa hecho mella. Tambi¨¦n en la banca. "Los documentos que me tra¨ªan eran proyecciones, s¨®lo eso. La tesorer¨ªa me interesa controlarla para ver si entra y sale dinero, nada m¨¢s", explica una entidad financiera.
En diciembre, Habitat comunic¨® que cerrar¨ªa el a?o con unas p¨¦rdidas de 313 millones y un patrimonio negativo de 23,6 millones. Tampoco pod¨ªa afrontar el devengo de la deuda. Estaba a un paso del concurso. Los minoritarios llevaron a Figueras al juzgado para que se impugnara la composici¨®n del Consejo y se anularan las negociaciones con la banca, lo que abocaba a la compa?¨ªa al concurso. El juez lo desestim¨®.
Habitat logr¨® refinanciar la deuda en el ¨²ltimo momento. Fuentes cercanas a Figueras explican que un abogado estaba en el juzgado con la solicitud del concurso por si Barclays decid¨ªa rechazar el acuerdo. El banco brit¨¢nico lleg¨® tarde y Habitat tuvo que presentar y retirar el concurso. Tras ese proceso, Figueras estaba desgastado. Vendi¨® sus grandes edificios, realiz¨® despidos y puso en marcha un plan de negocio muy duro. "La gesti¨®n no era buena. No se tomaban decisiones o se hac¨ªa con mucha lentitud", dicen fuentes bancarias.
Los minoritarios estaban enfurecidos porque Ferrovial aparec¨ªa como salvador al transformar su cr¨¦dito subordinado a participativo y al comprar un terreno en Valdebebas, seg¨²n ellos, con descuento. "Dolores dijo: '?Pues este terreno ya lo compro yo y que me dejen salir de la compa?¨ªa!", dice un minoritario. As¨ª que volvieron a los tribunales, esta vez s¨®lo Ortega y Castro, con una querella criminal por estafa. Tras el concurso, el resto de minoritarios estudia sumarse a ellos. "Bruno debe entender que la culpa es de Ferrovial, que lo enga?¨®. Y debe querellarse contra ellos. Si no act¨²a, no nos quedar¨¢ m¨¢s remedio que sumarnos a la querella", dicen fuentes accionariales. Se baja el tel¨®n, hasta el pr¨®ximo acto.
![Bruno Figueras, presidente del Grupo Habitat.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7A66DBFC4WOM3ZCSRQEVYD7TGY.jpg?auth=54a40b9d68b98efa28a258bc6cdd0f4c35ffc3df3a606e7f5338d832c6557453&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Llu¨ªs Pellicer](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fauthor-service-images-prod-us-east-1.publishing.aws.arc.pub%2Fprisa%2F8637de43-099c-4286-88b4-c9f9bee7aef4.png?auth=82040deb3439031e0d256b8645213966a9dea96c692822d55159f99bb27009c8&width=100&height=100&smart=true)