Mejor m¨¢s pr¨¦stamos que pr¨¦stamos m¨¢s baratos

?Qu¨¦ debe haber, pr¨¦stamos m¨¢s baratos o m¨¢s pr¨¦stamos? Parece que el Gobierno brit¨¢nico no acaba de decidirse.

Despu¨¦s de la enorme bajada de los tipos de inter¨¦s efectuada recientemente por el Banco de Inglaterra -que sit¨²a la base del tipo de pr¨¦stamo en su nivel m¨¢s bajo en m¨¢s de medio siglo-, los pol¨ªticos piden a los bancos que reflejen el recorte m¨¢s reciente en los pr¨¦stamos que hagan a sus clientes, en especial a los propietarios de viviendas con hipotecas de tipo variable.

HSBC, Lloyds y Barclays han aceptado. Pero algunos bancos -principalmente el HBOS- no est¨¢n siguiendo todas las reglas del juego. Y no deber¨ªan tener que hacerlo.

El coste de los pr¨¦stamos no deber¨ªa confundirse con su disponibilidad. El verdadero problema en Reino Unido no es que los consumidores y las peque?as empresas no puedan permitirse el endeudamiento. Es que los bancos no quieren prestar. Los bancos de todo el mundo est¨¢n sometidos a presiones para que consoliden su posici¨®n financiera, y la reducci¨®n del pr¨¦stamo puede contribuir a alcanzar ese objetivo. Tambi¨¦n perciben que las peque?as empresas en particular son m¨¢s arriesgadas en el momento ¨¢lgido de una recesi¨®n. Hacer bajar el precio de los pr¨¦stamos podr¨ªa aumentar la demanda, pero tambi¨¦n har¨ªa que probablemente los prestamistas los denegasen.

Y los bancos tampoco tienen el deber obligatorio de prestar barato a sus consumidores s¨®lo por haber recibido fondos estatales. El objetivo de esa inyecci¨®n de dinero era garantizar que los bancos mantuviesen el nivel de pr¨¦stamo del a?o pasado. Pero ¨¦sa es la obligaci¨®n: prestar a los clientes a un precio competitivo, no a cualquier precio.

A no ser que se abran las espitas del cr¨¦dito, empresas viables se vendr¨¢n a pique s¨®lo por falta de cr¨¦dito. Pero el modo de abrirlas es permitir que los bancos cobren un margen sobre sus pr¨¦stamos que los compense por los riesgos de prestar en una recesi¨®n, y les d¨¦ un verdadero incentivo para hacerlo. Eso tal vez sea impopular. Pero ahora que cada residente en Reino Unido es propietario de hecho de acciones bancarias por valor de 690 euros, lo que es bueno para los m¨¢rgenes de los prestamistas lo es, en cierto sentido, para todos.