Pavlovsky deja a su famosa diva para ser solamente ?ngel
El actor argentino crea un mon¨®logo "tierno, divertido e intimista"
Durante muchos a?os, ?ngel Pavlovsky encarn¨® en los escenarios a una diva desenfadada, elegante y de clase trabajadora. Ahora, el c¨®mico argentino ha abandonado a su famoso personaje para crear un mon¨®logo, Alas furtivas, donde muestra al actor y a la persona, m¨¢s que a un personaje. "Es un espect¨¢culo muy en primera persona del singular", comenta Pavlovsky, "y la propuesta m¨¢s dif¨ªcil de encarar para m¨ª hasta ahora. En realidad, la funci¨®n habla de lo que quisimos ser y lo que somos, de ese espacio indefinido entre adolescentes perpetuos y mayores desilusionados, en el que se mueve tanta gente. Lo m¨¢s dif¨ªcil siempre es reconocer lo que somos y, desde esa perspectiva, he montado este mon¨®logo o soliloquio que pretende ser tierno, divertido e intimista para el espectador".
"Hablo del poder, del paso del tiempo, de amores y desamores, de los sue?os..."
Nacido en Buenos Aires, donde "debut¨® en el teatro un d¨ªa por la noche", seg¨²n sus propias notas biogr¨¢ficas que omiten las fechas, ?ngel Pavlovsky se instal¨® hace tres d¨¦cadas en Espa?a donde populariz¨® el personaje de la se?ora Pavlovsky, "una fulgurante estrella de clase trabajadora", que interpret¨® en varios montajes, tanto de gran formato como en piezas m¨¢s pensadas para peque?as salas. No obstante, el actor considera que la Pavlovsky ya se hab¨ªa convertido en un r¨®tulo y su evoluci¨®n art¨ªstica le exig¨ªa cambiar. Ha alternado papeles para otros montajes -como la Palas Atenea de Las troyanas durante los ¨²ltimos meses- con los espect¨¢culos que ¨¦l mismo dise?a.
En Alas furtivas, estrenada esta semana en el teatro Espa?ol y que permanecer¨¢ en cartel hasta el pr¨®ximo 11 de enero, ?ngel Pavlovsky sale a escena sin un gui¨®n previo, sin un texto concreto.
"Debo reconocer que los t¨¦cnicos est¨¢n aterrados conmigo", confes¨® el actor con una sonrisa, "porque es un tipo de pieza que no se puede ensayar. El espect¨¢culo no est¨¢ aprendido, no hay texto, aunque s¨¦ perfectamente de lo que voy a hablar: del poder, de la soledad, del paso del tiempo, de amores y desamores, de los sue?os... Pero en cada funci¨®n busco unas palabras u otras, que cambian incluso la intenci¨®n o la carga emocional. Lo ¨²nico que doy es unos pies de entrada al t¨¦cnico de luces en una pieza que cuenta con una iluminaci¨®n muy cuidada. Adem¨¢s los espectadores pueden estar tranquilos porque no voy a bailar ni a cantar".
El director del Espa?ol, Mario Gas, se mostr¨® muy satisfecho por ofrecer este espect¨¢culo -que estuvo m¨¢s de un a?o en cartel en Barcelona y en otras ciudades- y por acoger la calidad y el amor al teatro de un actor como ?ngel Pavlovsky.
Al comentar la pasi¨®n por la escena del c¨®mico argentino, Gas destac¨® unas frases de Fabi¨¤ Puigserver, el carism¨¢tico hombre de teatro catal¨¢n fallecido en el a?o 1991, que definen muy bien al creador de Alas furtivas: "?Qu¨¦ se puede esperar de una cuadrilla de francotiradores locos que confunden el teatro con una aventura personal? ?Qu¨¦ se puede esperar de unos incontrolables que hacen del teatro una manera de vivir y del lugar de trabajo su propia casa?".
Pavlovsky declar¨® muy serio que en Alas furtivas "exageraba, pero no ment¨ªa". "He bajado de los tacones de la diva", a?adi¨®, "y me he despojado del maquillaje para contagiar mis emociones al p¨²blico. Represento el papel de un so?ador que, al fin y al cabo, es el que me ha tocado en la vida. Y sin alas furtivas, de ah¨ª el t¨ªtulo, nunca podr¨ªas abrir tu coraz¨®n ni salir a un escenario".
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