Los pl¨¢tanos azules
Los pl¨¢tanos son amarillos para los ojos y azules para el cerebro. Lo descubri¨® un estudio realizado por unos cient¨ªficos alemanes. El color en el que vemos los objetos depende de si los conocemos o no. Cuando alguien observa un tomate lo ve de color rojo, al igual que ve amarillo los pl¨¢tanos. Por eso si pintas un tomate amarillo, tu cerebro tardar¨¢ un poco m¨¢s en verlo, ya que la memoria le pone color por acostumbramiento. Qu¨¦ pasa, sin embargo, si el experiment¨® te exige que intentes ver el pl¨¢tano en blanco y negro. Para sorpresa de los investigadores, ninguno de los participantes lo consigui¨®: el pl¨¢tano sigui¨® teniendo color, aunque no fuera el original. El pl¨¢tano, en la mayor¨ªa de los casos, fue azul. La memoria colorea la percepci¨®n de la realidad, sostiene el estudio.
En apenas una semana ha habido dos alcaldes andaluces que han mostrado su preocupaci¨®n por la percepci¨®n que tienen sus ciudadanos de su entorno. Los vecinos, seg¨²n ambos alcaldes, est¨¢n viendo de color azul los pl¨¢tanos amarillos. El primero en lamentarse fue el alcalde de Sevilla, Alfredo S¨¢nchez Monteseir¨ªn, quien advirti¨® sobre el hecho de que muchas cosas que hace en su ciudad no llegan a los sevillanos, a pesar de que algunas son reconocidas en circuitos internacionales. El segundo ha sido el alcalde de M¨¢laga, Francisco de la Torre, en el ¨²ltimo debate sobre el Estado de la ciudad. De la Torre dijo en su intervenci¨®n que no entend¨ªa tampoco por qu¨¦ los malague?os tienen muchas veces una apreciaci¨®n inferior del nivel de calidad de los equipamientos y de la visi¨®n general de la ciudad respecto al que tienen los que observan desde fuera con admiraci¨®n y envidia. En definitiva, por qu¨¦ los for¨¢neos ven rojos los tomates que los malague?os y los sevillanos ven de de color amarillo, se lamentan los alcaldes.
Quiz¨¢s s¨®lo sea un problema de percepci¨®n. No de colores. El mundo, seg¨²n este experimento, no es nunca blanco y negro para la memoria, pero si parece que lo puede ser para la realidad. Y all¨ª donde algunos ven colores primarios, otros s¨®lo distinguen tonalidades del gris. De la Torre asegur¨® en ese debate que "si hay una ciudad en Espa?a que tiene claro donde est¨¢, es M¨¢laga, que se ha colocado entre las grandes ciudades europeas por su fortaleza". Y lo dijo con la misma seguridad que hubiera defendido que los tomates son de color rojo. Y ah¨ª est¨¢ el problema. En la percepci¨®n sobre la ciudad, no sobre los tomates y los pl¨¢tanos.
El color del que vemos las cosas depende de si las conocemos o no. El cerebro act¨²a por acostumbramiento. Cuando De la Torre anuncia que va a reclamar al Gobierno una expo tecnol¨®gica para M¨¢laga, lo que realmente est¨¢ anunciando es el ansiado evento que los empresarios llevan a?os reclamando para impulsar las infraestructuras de la provincia. Pero cuando se conoce que en el mejor de los casos esta expo se celebrar¨¢ en 2023, en la memoria y el acostumbramiento de los ciudadanos aparece un color distinto al futuro rosa que percibe el alcalde.
La pol¨ªtica est¨¢ llena de promesas incumplidas, obras eternas e iniciativas que no tienen color, ya que s¨®lo est¨¢n en el blanco y negro del papel. Se podr¨ªa decir que la percepci¨®n que cada persona tiene de ellas es tan diferente como la que se tiene del tiempo que tardar¨¢n en realizarse o de la experiencia sobre las muchas que no se realizaron. Otro ejemplo de distinta percepci¨®n puede ser el que tienen el alcalde de Sevilla y los sevillanos sobre la duraci¨®n de algunas obras municipales. All¨ª donde Monteseir¨ªn ve que la ciudad tiene un color especial, los ciudadanos no distinguen nada. Y es que en la percepci¨®n no cuenta s¨®lo lo que ven los ojos, dicen los cient¨ªficos. Tambi¨¦n es muy importante el recuerdo de quien percibe, que modela la realidad con su feedback y reproduce algo totalmente nuevo. Por ejemplo, pl¨¢tanos de color azul.
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