Iriondo lleg¨® por sorpresa a una cita que la Guardia Civil supo por Txeroki
La operaci¨®n corta de ra¨ªz la reorganizaci¨®n que planeaba el nuevo jefe militar
Las inmediaciones de la iglesia de San Juli¨¢n de Brioude, en el centro de Gerde (Francia), estaban controladas desde el domingo por una veintena de agentes de la Guardia Civil y de la Brigada de B¨²squeda e Intervenci¨®n (BRI) de Bayona. Ten¨ªan informaci¨®n precisa del Centro Nacional de Inteligencia de que en la puerta de la iglesia estaban citados miembros de ETA. Paralelamente, un grupo de guardias segu¨ªa el viaje desde Getxo a Gerde de Aitor Artetxe, cuyo rastro se hab¨ªa perdido en julio, tras la ca¨ªda del comando Vizcaya. Los dos operativos coincidieron en el templo, donde los investigadores se llevaron una sorpresa: uno de los asistentes a la cita era Aitzol Iriondo, Gurbitz, el sustituto en la jefatura etarra de Garikoitz Aspiazu, Txeroki.
Iriondo fue el primero en llegar, en un Peugeot 306 conducido por Eneko Zarrabeitia. Muy cerca de all¨ª, en unas dependencias municipales, aguardaba el grueso del dispositivo. El coche de la novia de Artetxe, uno de los dos usados en el traslado a Gerde del etarra, estaba controlado previamente. La novia y otras dos personas est¨¢n huidas desde la operaci¨®n en Francia, seg¨²n fuentes policiales. La polic¨ªa cree que ese c¨ªrculo es el que ha mantenido escondido a Artetxe durante estos seis meses.
Los agentes desplegados en la iglesia vieron bajarse a Iriondo, sin saber a¨²n que era ¨¦l. De hecho, aunque conoc¨ªan el lugar y la hora de la cita gracias a un correo electr¨®nico obtenido en la captura de Txeroki, ignoraban el n¨²mero e identidad de quienes iban a acudir. El conductor de Gurbitz se qued¨® esperando en el coche. Poco antes de las 18.00, un Skoda y un Opel Zafira llegaron a la iglesia. De uno de ellos se baj¨® Artetxe, quien, al reconocer a Zarrabeitia, se fundi¨® con ¨¦l en un abrazo. Para entonces, Gurbitz hab¨ªa sido identificado. Los agentes no esperaron m¨¢s y cayeron sobre los reunidos. El jefe de ETA intent¨® empu?ar la pistola, pero un agente de la BRI le cort¨® el movimiento enca?on¨¢ndolo.
Los etarras se resistieron al arresto, lo que oblig¨® a los funcionarios a tirarlos al suelo y reducirlos. Mientras los polic¨ªas cacheaban a Gurbitz y le esposaban, palparon sus pantalones mojados. El miedo que sinti¨® el principal sospechoso del crimen de Capbreton le hizo orinarse encima.
La celada fue detectada por las tres personas que hab¨ªan acompa?ado a Artetxe y que se dieron a la fuga. Durante cerca de 200 kil¨®metros fueron seguidos hasta ser neutralizados en un control nada m¨¢s pasar a Espa?a, en Ir¨²n.
Artetxe ten¨ªa previsto quedarse en Francia, previsiblemente para incorporarse al nuevo aparato militar que Gurbitz planeaba ya. Llevaba una mochila llena de ropa. Los tres detenidos en Ir¨²n (Ibai Egurrola, n¨²mero 23 en la lista de ANV por Getxo; Amets Ladislao Gonz¨¢lez y Javier Guti¨¦rrez Jim¨¦nez) lo hab¨ªan tenido oculto hasta que le lleg¨® el mensaje de Txeroki, enviado antes de su arresto. Gurbitz llevaba en su coche tres pistolas, documentos de identidad falsos, componentes electr¨®nicos, material para robo de veh¨ªculos, placas falsas de matr¨ªculas, documentaci¨®n de ETA, memorias USB y dos agendas. "Un coche muy pertrechado", dijo ayer el ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba.
Las investigaciones buscan ahora cortar la reorganizaci¨®n de la c¨²pula etarra y aclarar si alguna de las armas fue usada en atentados, sobre todo en Capbreton.
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