El Zenit, al servicio de Juande

En partido valle de camino hacia el Camp Nou, Juande Ramos, sin respiro desde su desayuno con Pedja Mijatovic del martes, dej¨® algunas pistas. No todas le valdr¨¢n. Sobre todo, porque en los pr¨®ximos seis meses el Real Madrid dif¨ªcilmente tendr¨¢ un rival escu¨¢lido, extraviado y con tantas agujetas como el Zenit de San Petesburgo. Un masaje en tiempos de histeria madridista. Con s¨®lo horas en Valdebebas Juande a¨²n no puede ser juzgado. S¨®lo cabe examinar sus intenciones.

Frente a un equipo de trapo, Juande ensay¨® con un 4-4-2 frente al 4-3-3 de Schuster. A los dos les gustan las orillas, ya sean pobladas por extremos o interiores de largo recorrido. Pero ninguno de los dos tiene el cesto necesario: Robben y el desierto. El holand¨¦s fue el mejor con Schuster ante el Sevilla y con Ramos frente al Zenit. Al lado contrario, Van der Vaart, el primero en ser relevado.

A un paso del viaje a Barcelona, Juande pudo buscar en el fondo del vestuario y afrontar el tr¨¢mite con los teloneros, o ensayar c¨®mo remendar a un equipo que llegar¨¢ al Camp Nou deshilachado por los convalecientes y los sancionados. El nuevo t¨¦cnico se inclin¨® por el primer equipo, el mejor posible en tiempos de rebajas. Con una extra?a excepci¨®n: Casillas fue el ¨²nico titular relegado al banquillo y al t¨¦rmino del choque el m¨ªster no confirm¨® su titularidad en el Camp Nou. S¨ª envid¨® con Robben y Marcelo, ausentes el pr¨®ximo s¨¢bado. Juande prim¨® lo an¨ªmico, una victoria para reforzar la autoestima de un vestuario en el que su ex t¨¦cnico ya no cre¨ªa.

Atar el triunfo no le result¨® complicado. Le bast¨® cierta intensidad, m¨¢s orden que de costumbre y Robben. Cada aparici¨®n del holand¨¦s destripaba al Zenit, acorralado en el per¨ªmetro de su ¨¢rea por el adelantamiento de l¨ªneas ordenado por Juande. Y por su falta de ox¨ªgeno para desplegarse en un campo tan maratoniano como Chamart¨ªn. Demasiadas hect¨¢reas para un equipo que nada se jugaba y que baj¨® el tel¨®n de su Liga hace unas cuantas semanas. Ni Arshavin tuvo empe?o en una pasarela semejante. Malafeev, el portero, que no tiene tanto escaparate, entreg¨® r¨¢pido la cuchara. Convirti¨® un sencillo centro de Van der Vaart en el 64? gol de Ra¨²l en la Liga de Campeones. El capit¨¢n cerr¨® la cuenta con un tanto de cuchara antes de que Juande le concediera un pase¨ªllo triunfal ante una hinchada escasa, pero abrazada a su capit¨¢n. Entre Ra¨²l y Ra¨²l, Robben, pillo ¨¦l, se ayud¨® de un bache para peinar al meta ruso.

Sellada la goleada blanca, el partido se convirti¨® en la probeta de Juande. Con la vista en Barcelona, el sustituto de Schuster enhebr¨® la defensa con Metzelder de lateral derecho y M¨ªchel Salgado en la izquierda. Sin Torres y Marcelo, el gallego se perfila como el cuartelero de Messi. Al argentino, cuando parte desde la izquierda hacia el ¨¢rea, le incomodan aquellos marcadores que tampoco juegan en su lado natural, que le cierran el paso con su mejor pierna. Si repite el esquema ante el l¨ªder de la Liga, tampoco ser¨ªa una novedad para el central alem¨¢n, que ya en ocasiones ejerci¨® de lateral en la Bundesliga. Frente al cuadro ruso no sufri¨® apretones, como el resto de sus compa?eros, que pudieron abanicarse cuanto quisieron, por mucho que el Zenit se estrellara dos veces en los postes de Dudek. Sin embargo, en Madrid no ha habido puesto en el que Metzelder haya despuntado.

Destensado el choque, Robben cerr¨® la noche como la empez¨®, plet¨®rico. No se le recuerdan dos partidos consecutivos con tanta pujanza desde que lleg¨® al Real Madrid. Ahora, todos cruzan los dedos en el club. El holand¨¦s, ayer concreto en todo su repertorio, es capital. En Barcelona, Juande le perder¨¢ el rastro y tendr¨¢ que agudizar su ingenio para buscarle sustituto, o para cambiar el molde del equipo. Anoche ya pudo echar el primer vistazo. De nada m¨¢s sirvi¨® la cita. La hora de Juande empieza hoy.