"El Gobierno nos ha dejado solos en la revuelta anti-Bolonia"
Es mi¨¦rcoles por la tarde y fuera corre un viento g¨¦lido cuando Francisco Tom¨¢s (Valencia, 1943) sale de su despacho. La primera impresi¨®n es que el rector de la Universitat de Val¨¨ncia est¨¢ muy cansado. Hace dos meses que un pu?ado de alumnos inici¨® un encierro en Filosof¨ªa para pedir la paralizaci¨®n del proceso de Bolonia, la integraci¨®n de las universidades en el Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior (EEES). Desde entonces las acampadas se han propagado a siete facultades; un consejo de gobierno fue ocupado; siete profesores, retenidos en Derecho, y dos alumnos, arrestados.
Pregunta. ?Son sus semanas m¨¢s dif¨ªciles como rector?
Respuesta. S¨ª, han sido duras por una raz¨®n. Hace unas semanas comparec¨ª en un debate sobre este proceso y entend¨ª que pod¨ªa ser el inicio de un di¨¢logo permanente en el que cabr¨ªa la concordancia y la discrepancia. Desgraciadamente, aquel encuentro no lleg¨® lejos, y desde entonces hemos tenido un clima de no entendimiento. Cada quien asume la cuota de responsabilidad, yo no descarto la m¨ªa. Pero me hubiera gustado transmitir que no estamos frente a nadie. Hay una protesta y una responsabilidad de gobierno que no son incompatibles. Se deber¨ªan conjugar en beneficio de algo que ambas partes aseguramos querer mucho, que es la universidad p¨²blica. Esa defensa pasa por el futuro de la universidad, pero tambi¨¦n por su imagen presente. La situaci¨®n debiera evolucionar hacia el di¨¢logo porque algunas reivindicaciones pueden, si no ser asumibles en su integridad, s¨ª generar sinergias ante el ministerio.
"Algunas reivindicaciones de los alumnos son asumibles"
"Tal vez el lanzamiento de la reforma sea duro"
"Si un m¨¢ster hace falta para ejercer un oficio, debe costar igual que la carrera"
P. ?Qu¨¦ reivindicaciones de los alumnos ve asumibles?
R. Algunas reivindicaciones carecen de fundamento. Como que los grados son m¨¢s caros que las actuales licenciaturas. Pero, por ejemplo, creo que en los m¨¢steres que hay que cursar para ejercer una profesi¨®n (los de ingenier¨ªas o el de profesor de secundaria) las tasas no debieran ser mayores que las del grado. Eso hay que abordarlo cuanto antes.
P. ?Cu¨¢nto m¨¢s caro puede ser un m¨¢ster que una carrera?
R. Para todos los t¨ªtulos oficiales el Gobierno central fija cada a?o una horquilla de precios y el Gobierno auton¨®mico fija el precio dentro de ella. Creo que el cr¨¦dito de un m¨¢ster est¨¢ entre lo que vale el cr¨¦dito del grado, o un poco m¨¢s, y dos o tres veces ese precio, pero en m¨¢steres muy contados, muy tecnol¨®gicos. Lo cual no significa que vaya a ser as¨ª en el futuro.
P. El Gobierno ha reaccionado tarde a la protesta, y a la Generalitat, que tiene gran parte de las competencias universitarias, todav¨ªa no se la ha o¨ªdo.
R. El proceso del EEES tiene tres niveles. El primero empez¨® con la decisi¨®n de implantarlo por los gobiernos europeos. Ah¨ª est¨¢ la filosof¨ªa de la convergencia europea, un debate que no se ha tenido. El segundo nivel es c¨®mo cada pa¨ªs regula ese proceso: Son las normas legales que ha producido el Gobierno espa?ol para desarrollar la integraci¨®n. El tercero es c¨®mo esas normas legales se aplican en las universidades.
En la protestas hay cosas opinables sobre su filosof¨ªa. Pero hay otras incontrovertibles: las normas del Gobierno dicen lo que dicen, y a quien compete dar aclaraciones sobre ellas es al Gobierno. Echamos en falta un pronunciamiento contundente. No se trata de lo que un rector opine. Hay respuestas que tiene el Gobierno, que debe decir si esto es o no es un proceso de futuro para nuestro pa¨ªs. Lo que no puede hacer es no hacer nada. Algunos gobiernos auton¨®micos se han pronunciado, pero m¨¢s t¨ªmidamente que otra cosa.
P. ?Cree que el Gobierno les ha dejado solos ante la protesta?
R. Nos ha dejado bastante solos. Alguna llamada de solidaridad... pero eso no obsta para tomar alguna medida pol¨ªtica, que no sea represiva, claro. Hay cosas sencillas de aclarar. Si dicen que un cr¨¦dito de grado es m¨¢s caro que el de licenciatura, el Gobierno puede desmentirlo f¨¢cilmente porque est¨¢ en su decreto. Pero tiene que decirlo el Gobierno, no yo. Para empezar, porque yo a¨²n no tengo grados. Los rectores podemos decir lo que hemos aprendido, pero no somos la doctrina. La doctrina est¨¢ en las declaraciones firmadas por los ministros europeos y en los decretos del Gobierno. La universidad s¨®lo aplica.
P. ?Se ha planteado paralizar la implantaci¨®n del EEES?
R. ?Y qu¨¦ har¨ªamos con nuestros estudiantes en el a?o 2010? ?D¨®nde los mandar¨ªamos? ?A la Cat¨®lica, que ya tiene grados? Mientras el Gobierno no cambie el decreto que fija 2010, que no lo va a cambiar, la universidad no se puede quedar al margen. Nos dicen: hagamos un refer¨¦ndum para parar Bolonia. ?Y si sale que s¨ª, qu¨¦ hago yo, lo paro? Eso quiere decir que el alumno que est¨¢ a dos a?os de llegar a la facultad ya sabe que a la Universitat de Val¨¨ncia no va a entrar, que tendr¨¢ que gastarse el dinero con el arzobispo, irse a la Polit¨¦cnica o a Alicante, porque aqu¨ª nadie ha parado. La Carlos III y otras universidades p¨²blicas ya lo han implantado, las privadas tambi¨¦n... El par¨®n es muy, muy dif¨ªcil.
?Y qu¨¦ hay de la mercantilizaci¨®n?
La conversaci¨®n con el rector recorre buena parte de la compleja movilizaci¨®n que para resumir llamamos anti-Bolonia. Va del fortalecimiento de la protesta por parte de algunos profesores o centros -"Esta es una universidad grande, en la que hay intereses contrapuestos, y para m¨ª todos los intereses son leg¨ªtimos. Otra cosa es c¨®mo esos intereses se tratan de proyectar"-, hasta los problemas (por la baja demanda y por la dif¨ªcil inserci¨®n laboral) que padecen las ramas de Humanidades y Ciencias B¨¢sicas debido a la aparici¨®n de otras carreras "que tienen una proyecci¨®n profesional m¨¢s definida".
Tom¨¢s considera "sobreabundantes u ociosos" algunos requisitos que la agencia nacional de acreditaci¨®n (Aneca) exige para dar el visto bueno a las carreras -"?Por qu¨¦ tendremos que justificar la idoneidad de impartir Derecho cuando llevamos 500 a?os imparti¨¦ndolo?"-.
Y admite que implantar "a coste cero" el nuevo modelo de ense?anza se antoja imposible en las grandes facultades, que pueden requerir refuerzos de personal y obras para adecuar las aulas de 200 alumnos (creadas para dar lecciones magistrales) a los grupos de 40 o 60 estudiantes que exige la m¨¢s participativa forma de dar clase. "Tal vez el lanzamiento de la transformaci¨®n sea duro". Cree, sin embargo, que la introducci¨®n del grado por el primer curso -lo que permitir¨¢ a quienes ya hayan empezado la carrera terminarla con el plan de estudios actual, si as¨ª lo quieren- posibilitar¨¢ a las administraciones "programar los recursos que hagan falta".
?Y qu¨¦ hay de la mercantilizaci¨®n de la universidad? "Es una impresi¨®n que algunos formulan como una amenaza de futuro. Esa cautela est¨¢ bien pero creo que en la universidad espa?ola y en la nuestra est¨¢ muy lejos de ser realidad. Es m¨¢s, no van a ser realidad", contesta. Y a?ade: "Hay dos tipos de relaci¨®n universidad-empresa. La primera parte de la empresa como agente de crecimiento econ¨®mico, como una entidad que debe optar por la mejora tecnol¨®gica y la innovaci¨®n. En eso empresa y universidad deben ir de la mano y nuestro pa¨ªs tiene mucho trecho por recorrer. La segunda, que el rector tampoco desea, es una relaci¨®n de dependencia: mi opini¨®n es que la universidad debe siempre tener el control de la docencia y de las l¨ªneas de investigaci¨®n que vaya a desarrollar".
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