Imaginaci¨®n al poder en el Primavera Club
Las promesas de The Dodos y Manel protagonizan el inicio del festival
Dicen que en la variedad reside el gusto. Si ¨¦sta va acompa?ada de originalidad, el c¨®ctel resulta irresistible. El festival Primavera Club, hermano peque?o del Primavera Sound, ofreci¨® esta mixtura en su jornada de ayer en Barcelona, deparando una excelente sesi¨®n mediante un cartel que hoy se podr¨¢ ver en Madrid. Hubo de todo, desde el folk y pop de Manel -¨²nico grupo que hoy no act¨²a en Madrid al haberlo hecho el mi¨¦rcoles- y The Dodos, al oscuro lirismo de Wovenhand, el rock reseco de Giant Sand o el recogimiento de Isobel Campbell y Mark Lanegan. Seis horas de m¨²sica pautadas por el buen gusto.
Buen gusto e imaginaci¨®n alimentan a dos bandas en principio diferentes como Manel y The Dodos. Unos, los primeros, son de Barcelona, los segundos de San Francisco. Unos cantan en catal¨¢n, los otros en el todopoderoso ingl¨¦s, pero ambos coinciden en el gusto por la melod¨ªa, el tono ac¨²stico de sus composiciones, un cierto aire de optimismo que deja la sonrisa en el rostro y unas ra¨ªces que tienen en el folk y el pop sus se?as de identidad. Los Dodos a?aden aromas de blues, un ritmo de bater¨ªa que lejos de estrechar los m¨¢rgenes de las canciones les abre campo hasta el horizonte y un tono de delicadeza que comparten con Manel. ?stos, un poco m¨¢s noveles que Dodos, ofrecen unas letras estupendas ba?adas por una fina iron¨ªa distante del descreimiento, un aire delicado y dulce en los arreglos y una inteligencia que no cae en lo espeso. Ambos grupos, separados por el concierto oscuro de Wovenhand, una letan¨ªa apache mezclada con Nick Cave y la densidad de los Pearl Jam menos monol¨ªticos, marcaron las primeras horas de esta sesi¨®n de m¨²sica que depar¨® el Primavera Club en un Auditori del Forum y que acogi¨® a unas 2.000 personas.
Isobel Campbell y Mark Lanegan fueron el broche ¨ªntimo de la sesi¨®n
Luego lleg¨® Giant Sand, la banda de Howe Gelb. Decir que practican rock polvoriento entreverado con country resulta una manera algo vaga de ubicar su m¨²sica. Si se a?ade que las canciones de su ¨²ltimo trabajo, proVisions, servir¨ªan para ilustrar No es pa¨ªs para viejos, quiz¨¢s sea posible hacerse una idea m¨¢s exacta del tono fronterizo y polvoriento de una m¨²sica que parece compuesta para ser susurrada. La voz maciza de Gelb son¨® m¨¢s ¨ªntima que nunca en temas como Increment of love o Spiral, dos de las incursiones en su ¨²ltimo disco.
Y ya en t¨¦rminos de intimidad, fue un acierto cerrar la sesi¨®n con Isobel Campbell y Mark Lanegan, algo as¨ª como dos r¨ªos desembocando en el mismo mar, el de la quietud, el de las orillas que invitan al sosiego. Ella tiene una voz aterciopelada, hermosa y dulce. ?l puede evocar a un Cohen menos cavernoso. Juntos despacharon las canciones de su disco conjunto, un estupendo Sunday at devil dirt que centr¨® la actuaci¨®n y sirvi¨® para arrancar los ¨²ltimos aplausos de una jornada cuyas horas pasaron en un suspiro.
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