?Extra! ?Eli ha llegado a la ciudad!
Reed es un chaval blanco con un vozarr¨®n como el de un negro de 50 a?os
Los te¨®ricos del apocalipsis seguir¨¢n persuadi¨¦ndonos de que la industria musical se hunde definitivamente y nos espera un futuro aterrador, sin una triste canci¨®n decente que meternos en el iPod. Pero en ¨¦sas, aparece un tipo como este Eli Reed Paperboy y se nos caen los pantalones. Hasta los tobillos.
Reed es un mozalbete de Chicago, bajito, patizambo y repeinado, que jam¨¢s habr¨ªa superado una selecci¨®n como integrante de, pongamos por caso, Take That. No ensaya coreograf¨ªas, no muestra una porci¨®n significativa de masa pectoral, no practica el chismorreo entre canci¨®n y canci¨®n. Sin embargo, en cuanto abre la boca y comienza a rugir frente al micr¨®fono, se hace dif¨ªcil no sentir un escalofr¨ªo correteando por la m¨¦dula espinal.
ELI 'PAPERBOY' REED & THE TRUE LOVES
Festival Primavera Club 08. Joy Eslava. Madrid, 12 de diciembre. Casi lleno (900 personas).
Se hace dif¨ªcil no sentir un escalofr¨ªo cuando abre la boca y empieza a rugir
Debe haber o¨ªdo a Cooke, Brown y Redding hasta para comprar el pan
Este muchacho tiene 25 a?os y es tan blanco como la leche, pero el muy bandarra canta como un negro cincuent¨®n. Quiz¨¢s como una negra.
Cuentan que aprendi¨® escuchando los discos de vinilo de pap¨¢, dedicado al proceloso ejercicio de la cr¨ªtica musical. Seguro que al padre tambi¨¦n le mandaban morralla, pero el chaval supo escoger lo sustancial. Debe de haber escuchado a Sam Cooke, James Brown y Otis Redding hasta ir a comprar el pan. A los tres les encantar¨ªa haberle conocido. Y sin posibilidad ya de escuchar a nuestros mayores, el advenimiento de este muchacho se antoja como una bendici¨®n del cielo.
Para Eli carece de inter¨¦s todo cuanto haya sucedido durante las cuatro ¨²ltimas d¨¦cadas. Se la traen al fresco el hip hop, la grabaci¨®n con ProTools y los productores titulados en alguna ingenier¨ªa. ?l prefiere dejarse los pulmones con ese vozarr¨®n abrumador, desga?itarse al frente de una banda, tan pipiola como ¨¦l, que se comporta con la salvaje precisi¨®n de una apisonadora.
No, a ellos tampoco les admitir¨ªan en ning¨²n concurso televisivo; al guitarrista, desgarbado y con visera, le confundir¨ªan con un repartidor de pizzas grasientas a domicilio. Pero, por Dios, con esa secci¨®n de metales entran ganas de pedir la intervenci¨®n del cuerpo de bomberos.
A¨²n tiene poco repertorio y el disco Roll with you son¨® en su totalidad. Si la grabaci¨®n resulta soberbia, escuchar Doin' the boom boom o It's easier sobre un escenario deber¨ªa recetarse como el mejor ant¨ªdoto contra la depresi¨®n prenavide a. Eli se retuerce, agarra la toalla, bufa como un aut¨¦ntico animal. Junto a la divina Alice Russell -una rubita de la campi?a inglesa que compite en negritud con Aretha Franklin-, encarna lo mejor que nos puede haber sucedido en este 2008. ?Qui¨¦n demonios dijo crisis?
Le apodan Paperboy por sus a?os como repartidor de peri¨®dicos en plena calle. Deb¨ªan escucharle corear las noticias en cuatro manzanas a la redonda. Ahora que ha encontrado un oficio m¨¢s provechoso con el que ganarse las lentejas, entran ganas de pedirle prestada la gorrita al guitarrista y berrear en plena Puerta del Sol: "?Extra, extra! ?Eli ha llegado a la ciudad!". Anoche fue s¨®lo su primera visita, y de una hora justa. Estaremos encantados de que repita, y se explaye, cuantas veces le plazca.

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