El f¨²tbol es de los ambiciosos
El Bar?a abate a un defensivo Madrid en una ¨¦pica carga en las postrimer¨ªas del partido
Un c¨®rner abati¨® al Madrid en el Camp Nou. Las jugadas de estrategia tambi¨¦n valen, m¨¢xime cuando el contrario decide que el partido se resuelva a bal¨®n parado. Muri¨® el Madrid v¨ªctima de su propia medicina, superados los centrales en el salto por la bravura del capit¨¢n Puyol y entregado Casillas ante el gatillo de Eto'o. Negado est¨¦ticamente, el Bar?a acept¨® decidir el partido por la v¨ªa ¨¦pica y sali¨® igualmente ganador avalado por sus jugadores m¨¢s f¨ªsicos y sentimentales, m¨¢s ambiciosos. El peor desenlace posible para un heroico Madrid.
Al Bar?a se le ped¨ªa que cumpliera la orden de ejecuci¨®n futbol¨ªstica del Madrid con la mayor de las solemnidades y acab¨® siendo v¨ªctima de sus expectativas hasta que apareci¨® la cabeza de Puyol y la pierna de Eto'o. Entonces ya no le quedaba siquiera el consuelo de remitirse al ¨¢rbitro, que hab¨ªa pitado un penalti que Casillas par¨® a Eto'o. Vencido Casillas, incluso reapareci¨® Messi, fuera de onda todo el encuentro, para rubricar el ¨¦xito en una contra muy vista en el Arsenal por el pase de Hleb y el toque de Henry.
BARCELONA 2 - REAL MADRID 0
Barcelona: Vald¨¦s; Alves, Puyol, M¨¢rquez, Abidal; Xavi (Keita, m. 90), Tour¨¦, Gudjohnsen (Busquets, m. 63); Messi, Eto'o (Hleb, m. 88) y Henry. No utilizados: Jorquera; C¨¢ceres, Sylvinho y Bojan.
Real Madrid: Casillas; Salgado, Metzelder, Cannavaro, Sergio Ramos; Sneijder (Palanca, m. 36), Gago, Guti (Javi Garc¨ªa, m. 72), Drenthe; Higua¨ªn (Van der Vaart, m. 76) y Ra¨²l. No utilizados: Dudek; Ant¨®n, Agus, Bueno y Saviola.
Goles: 1-0. M. 82. Eto'o remata un servicio de cabeza de Puyol tras un c¨®rner. 2-0. M. 91. Messi, de vaselina, a pase de Henry.
?rbitro: Medina Cantalejo. Amonest¨® a Metzelder, Sergio Ramos, M¨¢rquez, Drenthe, Salgado, Eto'o, Casillas y Messi.
96.059 espectadores en el Camp Nou. Casillas par¨® un penalti a Eto'o (m. 69).
Ante un equipo tan futbolero como el Bar?a, el Madrid domin¨® largo tiempo cuantas cosas rodean al juego, factores propios de un equipo menor y, sin embargo, estimables en situaciones de desesperaci¨®n como las que se viven en Chamart¨ªn. Actu¨® al l¨ªmite del reglamento, se defendi¨® con diez y perdi¨® el tiempo que pudo. Funcion¨® un buen rato como el mejor anti-Bar?a para desdicha de la afici¨®n azulgrana. La carga ambiental afect¨® excesivamente al Bar?a, que actu¨® con demasiada calentura. Pero la misma excitaci¨®n que le neg¨® la goleada le sirvi¨® para ganar en un ¨²ltimo arrebato que provoc¨® el delirio.
Atac¨® el Bar?a con la determinaci¨®n de cada jornada y la rutina de siempre, sin reparar en el rival. La normalidad es hoy signo de salud en el Bar?a. Tambi¨¦n el Madrid particip¨® de cierta cordura despu¨¦s de jugar durante un tiempo desordenado a prop¨®sito. La acumulaci¨®n de lesionados llev¨® a Juande a montar una alineaci¨®n m¨¢s o menos convencional, presidida por un detalle extraordinario como la ubicaci¨®n de Ramos de lateral izquierdo para tomar a Messi.
La marca al argentino se convirti¨® en un asunto capital para el Madrid. A Messi le dieron mucha cera los zagueros y medios blancos, muy bien colocados, convencidos de que parar al argentino significaba desactivar al Bar?a. Messi no marc¨® cuando pudo armar el remate y el Madrid se creci¨® hasta levantar un muro. Los azulgrana se desquiciaron ante el partido de pierna fuerte planteado por el Madrid. Enjaulado Messi y anulado Xavi por la camisa de fuerza que le puso Gago, el Bar?a atacaba tan mal como bien se defend¨ªa el Madrid. Los blancos trabaron y trampearon el choque ante la complacencia arbitral.
Las faltas se suced¨ªan, las interrupciones del juego eran continuas, los saques de porter¨ªa de Casillas se alargaban y no s¨®lo no aparec¨ªa Messi, sino que Vald¨¦s sac¨® un remate de gol a Drenthe a la salida de una contra del Madrid, intimidador tambi¨¦n en las transiciones que pudo organizar. Ni siquiera la lesi¨®n de Sneijder destempl¨® al Madrid, que alcanz¨® el descanso incluso con cierta comodidad. Hab¨ªa enfriado el encuentro y el Bar?a se aceleraba con exceso, presa de la precipitaci¨®n, falto de lucidez, cegado por meter cuanto antes un gol.
Aunque futbol¨ªsticamente el encuentro continuaba perteneciendo al Bar?a, a nivel psicol¨®gico giraba a favor del Madrid. Hasta Xavi perd¨ªa la pelota en su cancha y Palanca enfilaba con reiteraci¨®n a Abidal. La ansiedad le pod¨ªa al Bar?a, tan perseverante y ambicioso como est¨¦ril porque los jugadores corr¨ªan m¨¢s que la pelota. Ni siquiera una concesi¨®n de M¨ªchel Salgado, que cometi¨® un ingenuo penalti sobre Busquets, redimi¨® al Bar?a porque Casillas sac¨® el tiro a Eto'o. Aguantaron Casillas y Vald¨¦s en sus porter¨ªas hasta que Xavi bot¨® el c¨®rner que Eto'o mand¨® a la red. El Madrid se qued¨® sin argumentos ni respuesta, definitivamente empeque?ecido porque hab¨ªa jugado para empatar y sal¨ªa derrotado. Ten¨ªa raz¨®n Schuster. Al Bar?a le dio tiempo incluso para que Messi recuperara la sonrisa despu¨¦s de que Eto'o aumentara su cuenta como pichichi y Vald¨¦s certificara su liderato como zamora. As¨ª de racional acab¨® el cl¨¢sico. El l¨ªder le pudo al campe¨®n y el Bar?a ya le saca 12 puntos al Madrid.
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