Europa deja solo al trabajador
Dos modelos se enfrentan ma?ana en la UE: la jornada de 48 horas y la flexibilidad - El acuerdo privado entre empresas y empleados que propugna Brown puede dinamitar el sistema de protecci¨®n
?Europa es s¨®lo un mercado o es tambi¨¦n un espacio de protecci¨®n social? ?Las relaciones laborales deben establecerse entre el trabajador de manera individual y el empresario como si tuvieran igual capacidad para negociar o deben fijarse de manera colectiva? ?Las leyes laborales deben ser s¨®lo estatales o tambi¨¦n europeas?
Todas estas cuestiones son las que est¨¢n en el fondo del debate que estos d¨ªas se dilucida en el Parlamento Europeo y que va a poner en tensi¨®n las fuerzas pol¨ªticas. El incierto resultado de la votaci¨®n de ma?ana -se requiere mayor¨ªa absoluta y las posturas est¨¢n muy ajustadas- marcar¨¢ tambi¨¦n el camino futuro que emprender¨¢ la Uni¨®n. Y, de manera especial, la participaci¨®n y el debate de las pr¨®ximas elecciones europeas de junio de 2009.
El plan puede liquidar el r¨¦gimen de convenios colectivos en vigor
"Luego vendr¨¢n los salarios y otros derechos", dice un eurodiputado
Reino Unido y los ex comunistas del Este enarbolan la bandera liberal
Las largas jornadas suponen riesgo cardiovascular y de enfermedad mental
Muchos brit¨¢nicos, griegos y polacos trabajan ya m¨¢s de 48 horas
Los sindicatos se movilizar¨¢n hoy en Estrasburgo para parar la iniciativa
La piedra de toque es la discusi¨®n sobre la duraci¨®n m¨¢xima de la jornada laboral, que actualmente es de 48 horas semanales. Si prosperan las tesis liberales que impulsan el Reino Unido y sus aliados, los nuevos pa¨ªses del antiguo bloque comunista, hoy se impondr¨¢ la llamada "libertad de opci¨®n", que implica que la duraci¨®n del tiempo de trabajo la pactar¨¢n "libremente" el empresario y el trabajador, y la jornada se podr¨¢ alargar hasta las 60 o 65 horas seg¨²n los casos.
"Con esto renace la idea de que el contrato de trabajo ser¨¢ un acuerdo entre el trabajador y el empresario", advierte Alejandro Cercas, eurodiputado socialista espa?ol, ponente de la directiva, quien ha organizado la defensa de los derechos laborales desde la trinchera del Parlamento Europeo. Cercas asegura que si se generaliza la exclusi¨®n voluntaria, "no habr¨¢ leyes, no habr¨¢ convenios, y ser¨¢ el fin de los sindicatos". "Esto es s¨®lo la punta del iceberg. Empezamos por la jornada y luego vendr¨¢n los salarios y los dem¨¢s derechos laborales", advierte.
En su opini¨®n, la desregulaci¨®n laboral supone dinamitar los principios del primer convenio internacional sobre las condiciones de trabajo. Cuando se cre¨® la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT) en 1919, estableci¨® la jornada laboral de un m¨¢ximo de ocho horas y la semana laboral de 48 horas.
La batalla entre las dos ideas de Europa est¨¢ siendo muy intensa. M¨¢s de 50 diplom¨¢ticos brit¨¢nicos han sido movilizados por toda la UE para lograr que los diputados de los dem¨¢s pa¨ªses hagan avanzar el modelo liberal. La pugna ha provocado la divisi¨®n interna entre los grandes partidos PPE y PSE, y parece que el frente se establecer¨¢ m¨¢s bien entre el Reino Unido y los nuevos pa¨ªses de la ampliaci¨®n, excepto Hungr¨ªa, por un lado, y la vieja Europa por otro.
Los brit¨¢nicos intentan atraerse los votos de los antiguos pa¨ªses comunistas del Este europeo advirti¨¦ndoles de que la UE les quiere quitar las ventajas competitivas al disponer de una legislaci¨®n laboral menos exigente.
En Espa?a, sin embargo, todos los grupos parlamentarios del Congreso votaron el pasado oto?o de manera un¨¢nime en contra de la introducci¨®n del opting out o libertad de opci¨®n.
El ponente se?al¨® que "los temores ante la globalizaci¨®n y los intentos de ciertos pa¨ªses de lograr ventajas competitivas gracias a largas jornadas de trabajo pueden contar con apoyos en las instituciones europeas, hasta ahora comprometidas con ganar la batalla de la competencia sobre la base de la excelencia y no sobre la base de desmantelar el modelo social de la posguerra, ni sobre el dumping social entre Estados".
"El debate", sostiene uno de los negociadores comunitarios, "es un asunto ideol¨®gico, es entre los que quieren m¨¢s regulaci¨®n o menos regulaci¨®n, entre los que quieren m¨¢s Europa o menos Europa". "Estoy convencido", a?ade, "de que el 70% de los que votar¨¢n en contra del informe Cercas son euroesc¨¦pticos".
La historia reciente se remonta a 1993, cuando la UE aprob¨® una directiva que, por primera vez, estableci¨® el m¨¢ximo de 48 horas de trabajo a la semana, y defini¨® los tiempos de descanso y vacaciones. El Gobierno de John Major obtuvo el opting out o exclusi¨®n voluntaria por un periodo temporal de 10 a?os. Los resultados que ha arrojado en el Reino Unido son ilustrativos: m¨¢s de 3,2 millones de trabajadores trabajan m¨¢s de 48 horas, de los que cerca de medio mill¨®n trabaja m¨¢s de 60 horas.
Un estudio de la Comisi¨®n Barnard, Deakin y Hobbs, de la Universidad de Cambridge, ha puesto de relieve el alargamiento de la jornada laboral y sus efectos sobre la salud de los trabajadores tras la aprobaci¨®n del opting out individual en el Reino Unido. La tasa de trabajadores con horarios de m¨¢s de 48 horas semanales se eleva al 17%, aunque es superado por Grecia (32%) y Polonia (23%).
Una investigaci¨®n realizada por encargo de los sindicatos brit¨¢nicos TUC indica que quienes "trabajan m¨¢s de 60 horas semanales, y quiz¨¢ m¨¢s de 50, tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular". El mismo trabajo refleja que "el exceso de jornadas superiores a las 48 horas, reduce la satisfacci¨®n laboral y aumenta significativamente el riesgo de problemas de salud mental".
En el conjunto de la Uni¨®n, las largas jornadas laborales son un fen¨®meno predominantemente masculino, con una tasa que llega al 29% de la poblaci¨®n ocupada, el doble que las mujeres. En este sentido, la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos (CES) se?ala que "volver a jornadas laborales largas e insalubres, as¨ª como a una divisi¨®n tradicional del trabajo entre hombres y mujeres, obstaculizar¨ªa la plena participaci¨®n de ¨¦stas en el mercado laboral y tendr¨ªa una influencia negativa en los j¨®venes padres a la hora de tratar de conciliar el trabajo con la vida familiar".
El CES y otras organizaciones sindicales europeas han convocado para hoy una manifestaci¨®n en Estrasburgo en la que participar¨¢n miles de sindicalistas de toda Europa y que reproduce el clima de malestar laboral que ya se suscit¨® con la directiva de servicios, conocida tambi¨¦n como directiva Bolkestein, por el nombre del comisario que la promovi¨®, y que muchos asocian al rechazo de la Constituci¨®n europea en Francia.
El conflicto ha implicado a fondo a las organizaciones empresariales, que subrayan las ventajas de la contrataci¨®n individual. Un documento suscrito por las patronales europeas Businesseurope y UAEMP, junto a Euroc¨¢maras y el Centro Europeo de Estudios Profesionales, se?ala que "los responsables de las empresas no emplean la posibilidad de hacer trabajar constantemente a los empleados m¨¢s horas, sino s¨®lo para tratar de atender las fluctuaciones temporales de la demanda". Para los empresarios "los asalariados que firmen el opting out tambi¨¦n se benefician en la medida en que pueden trabajar horas extra, por ejemplo, y complementar sus ingresos, lo que es una consideraci¨®n significativa en las actuales circunstancias econ¨®micas".
La duraci¨®n del tiempo de trabajo ha sido especialmente pol¨¦mica en algunos colectivos como los m¨¦dicos y los bomberos. En el caso de los m¨¦dicos, que junto a los estudiantes de medicina forman un colectivo de m¨¢s tres millones de profesionales, el recurso a los tribunales ha supuesto un importante respaldo para la defensa de sus intereses.
El Tribunal de las Comunidades Europeas, con sede en Luxemburgo, ha fallado a favor de los profesionales de la medicina en tres sentencias; Sindicato de M¨¦dicos de Asistencia P¨²blica (Simap), en 2000; y, posteriormente, en los fallos judiciales de los casos Jaeger y Pfeiffer. En estas tres resoluciones judiciales del tribunal de la UE ha quedado establecido que el tiempo de guardia deber¨ªa considerarse tiempo de trabajo porque el empleado estaba a disposici¨®n del empresario y, por tanto, no pod¨ªa disponer del tiempo libre. Los Estados sosten¨ªan que la consideraci¨®n del tiempo de guardia de los m¨¦dicos como tiempo de trabajo provocar¨ªa la quiebra de los sistemas de salud p¨²blica en muchos pa¨ªses.
En las negociaciones entre Comisi¨®n y Consejo para revisar la directiva de 1993 y tener en cuenta las mencionadas sentencias han introducido el concepto de tiempo de guardia distinguiendo entre un periodo activo y un periodo inactivo. Seg¨²n el Consejo, este ¨²ltimo no debe ser considerado como trabajo.
Por su parte, la propuesta elaborada por el Parlamento considera que todo el tiempo de guardia "incluida la parte inactiva" debe ser considerada como tiempo de trabajo. Sin embargo, admite que a trav¨¦s de convenios entre las partes o regulaciones laborales este tiempo de guardia puede ser computado de manera distinta de manera que no infrinja el m¨¢ximo de las 48 horas semanales. Ayer varios cientos de m¨¦dicos se manifestaron en Estrasburgo, y varios miles en toda Europa, para lograr que se reconozca su trabajo. Claude Wetzel, presidente de la Federaci¨®n Europea de M¨¦dicos Asalariados, manifest¨®: "Las medidas de la directiva amenazan claramente a nuestra salud y a la de nuestros pacientes". Cit¨® un estudio de 2002, que demostraba que "despu¨¦s de 24 horas de trabajo una persona tiene las reacciones equivalentes a alguien que tenga una tasa de alcoholemia del 0,8% [de alcohol en sangre]".
El comisario de Empleo y Asuntos Sociales, Vlad¨ªmir Spidla, intervino ayer en el pleno para exigir un acuerdo entre los diputados y los Estados para acabar con la inseguridad jur¨ªdica sobre las guardias m¨¦dicas, y apel¨® al "realismo de los euro-diputados". Para los facultativos, la soluci¨®n est¨¢ en ampliar las plantillas para poder realizar el trabajo en las condiciones debidas.
La directiva hab¨ªa permanecido bloqueada hasta ahora por la oposici¨®n de Espa?a, Francia e Italia. Con la llegada de Nicolas Sarkozy y Silvio Berlusconi al poder en sus respectivos pa¨ªses se quebr¨® la defensa ante la oleada de liberalismo y desregulaci¨®n.
En la ¨²ltima decisi¨®n del Consejo del pasado junio s¨®lo Espa?a y Grecia votaron en contra. Se abstuvieron B¨¦lgica, Chipre, Malta, Portugal y Hungr¨ªa. Insuficientes para detener el opting out.
El pulso se ver¨¢ ma?ana en el pleno del Parlamento. Para evitar que se rompa el tope de 48 horas y la semana laboral pueda alargarse hasta las 65, es preciso que prospere alguna de las enmiendas presentadas, lo que requiere la mayor¨ªa absoluta, equivalente a 393 votos. Las encuestas est¨¢n muy ajustadas, pendientes de 15 o 20 votos.
Si prospera alguna enmienda habr¨¢ que abrir un periodo de conciliaci¨®n que puede durar hasta tres meses. Cuanto m¨¢s se alargue, m¨¢s se acerca la discusi¨®n a las elecciones del Parlamento Europeo del pr¨®ximo junio, y por tanto las posibilidades de que influya en las opiniones de los votantes, en su mayor¨ªa trabajadores y profesionales afectados por la directiva.
En su intervenci¨®n ayer, Cercas subray¨®: "Tenemos ante nosotros una oportunidad para conectar con las preocupaciones de nuestra ciudadan¨ªa". "Europa no es un oscuro laberinto de ego¨ªstas ilustrados ni pol¨ªticos sin coraz¨®n y no estamos sordos ni mudos. Al contrario, nuestros ciudadanos ver¨¢n que sabemos poner los derechos de la mayor¨ªa por delante de la codicia y el desvar¨ªo de unos pocos ide¨®logos de la extrema desregulaci¨®n".
Val¨¦rie L¨¦tard, secretaria de Estado del Ministro de Trabajo y Relaciones Sociales de Francia, defendi¨® el compromiso alcanzado en la posici¨®n com¨²n, auspiciado por la mayor¨ªa de Estados. En su opini¨®n, se "trata de un avance para la situaci¨®n de los trabajadores de Europa".
La propuesta del Parlamento elaborada por Cercas ofrece una amplia flexibilidad como que el opting out no desaparezca hasta dentro de tres a?os.
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