Felices cuentas
Bernard Madoff tiene m¨¢s probabilidades de acabar colgado de un puente como Roberto Calvi -una depresi¨®n a esas edades puede tener consecuencias fatales- que de purgar una temporada entre rejas por haberse llevado al huerto a lo mejor de cada casa. La ingenier¨ªa financiera es la tecnolog¨ªa punta de la delincuencia contempor¨¢nea. Tambi¨¦n aqu¨ª las autoridades desoyeron las denuncias contra las pr¨¢cticas del venerable broker, hasta que fue demasiado tarde. La historia se repite, como en la g¨¦nesis del descalabro financiero que nos aflige. A unos m¨¢s que a otros, huelga decir. Del extenso cat¨¢logo de basura financiera, no se sabe que ninguno de sus creadores resida ya en Sing Sing. Y no ser¨¢ por falta de m¨¦ritos o porque los da?os no est¨¦n bien a la vista. Se dir¨ªa que la judicatura, aqu¨ª y all¨¢, anda enzarzada dirimiendo pleitos por letras protestadas entre fabricantes de mecedoras, mientras la organizaci¨®n Spectra hace tiempo que aplica a rajatabla el nexo entre innovaci¨®n y prosperidad. En esto de la contabilidad, por usar terminolog¨ªa dom¨¦stica, siempre ha habido categor¨ªas.
Dentro de quince d¨ªas mal contados la prensa nos obsequiar¨¢ con vistosos pasajes del tradicional informe de la Sindicatura de Comptes, donde se narra con amable literatura la gesti¨®n econ¨®mico-financiera de la Generalitat. No la del a?o en curso, que llegar¨¢ a su tiempo como una versi¨®n adaptada de Ultim¨¢tum a la Tierra, sino de lo que aproximadamente aconteci¨® en los vaivenes presupuestarios de 2007. Aproximadamente, porque estas auditor¨ªas, que me corrija V¨ªctor Fuentes si me equivoco, se realizan por muestreo. Es decir, que es posible, incluso probable, que tal o cual documento capaz de hacer las delicias del Chicago Tribune, haya escapado de los t¨¦cnicos que elaboran el informe. Mala suerte. Sucede que en medio de la no menos tradicional alharaca entre Gobierno y oposici¨®n a prop¨®sito de estas cuentas, el informe se aprueba sin m¨¢s, como si la arquitectura del mismo fuese ajena a las pr¨¢cticas que se relatan. Es como inquirir a pie de calle si usted est¨¢ a favor de la supervivencia del oso palmero. Y, claro, qu¨¦ va a decir. Ocurre, sin embargo, que desde el a?o del catap¨²n, ah¨ª est¨¢n las hemerotecas, el ¨®rgano fiscalizador cuestiona, reprende y aconseja sobre los malos h¨¢bitos que se repiten o innovan, a?o tras a?o, con gran quebranto para la hacienda p¨²blica. Entre lo que no aparece, tal vez existan episodios tan oscuros como una mancha de alquitr¨¢n dentro de un t¨²nel en una noche sin luna. Cualquier profano podr¨ªa considerar que la primera vez, tira que te va, pero cuando las trapisondas financieras van a m¨¢s, alguien tendr¨ªa que dar parte. ?A qui¨¦n? Si la Sindicatura no quiere pasar a mayores, que est¨¢ visto que no, deber¨ªa ser el Tribunal de Cuentas, que se sit¨²a por encima en el escalaf¨®n. ?C¨®mo? De oficio, por indicaci¨®n del S¨ªndic o mediante reclamo por parte de diputados o senadores, ya que este ¨®rgano depende de las Cortes Generales y cualquiera de sus se?or¨ªas con esca?o puede llamar la atenci¨®n de la autoridad sobre la naturaleza del quebranto. Y de la Guardia Civil, si se opone resistencia. He aqu¨ª, pues, otra tarea donde pueden demostrar su utilidad diputados y senadores, sin necesidad de horas extra. ?Por qu¨¦ no se ha hecho? A lo mejor porque nadie quiere perderse la cuchipanda interclasista navide?a, ni faltar a la masclet¨¤ fallera desde el balc¨®n municipal. Pero visto lo visto, el tal Madoff habr¨ªa cosechado aqu¨ª m¨¢s de una cartera. De valores, faltar¨ªa m¨¢s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.