Se busca una televisi¨®n p¨²blica de calidad
Concursos, folclor, misas, f¨²tbol... ?Qui¨¦n define qu¨¦ es el servicio p¨²blico? - Espa?a atiende la reforma de Sarkozy: canales estatales sin publicidad, pero que sufragan los privados
La Uni¨®n Europea lleva a?os enfrascada en la reforma de las televisiones p¨²blicas. Se pregunta si tiene sentido que programas insulsos como Se llama copla o ?Mira qui¨¦n baila! se paguen con los impuestos de los ciudadanos. Pero los Veintisiete todav¨ªa no han dado con la f¨®rmula. El modelo de financiaci¨®n y los contenidos que deben albergar las parrillas p¨²blicas para diferenciarse de las meramente comerciales son los grandes escollos. La UE ha abierto una ronda de conversaciones para definir el correoso concepto del "servicio p¨²blico". La vicepresidenta Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega tiene intenci¨®n de acudir a Bruselas para abordar de primera mano la cuesti¨®n. No en vano, saber lo que cabe dentro del saco de inter¨¦s social es el primer paso para iniciar la reforma audiovisual.
Bruselas quiere aclarar qu¨¦ contenidos pueden ser subvencionados
El modelo de referencia es la BBC, que financian los hogares
Cuando se hayan decidido sus par¨¢metros ya no valdr¨¢n trucos como el que utiliza Espa?a: declarar todos los contenidos de TVE como servicio p¨²blico. De los informativos a las corridas de toros y de la retransmisi¨®n de la misa a Operaci¨®n Triunfo. Es m¨¢s, ning¨²n otro pa¨ªs ha declarado por ley que el f¨²tbol es de inter¨¦s general. Quiz¨¢ por eso los canales p¨²blicos hacen pi?a para comprar por cifras multimillonarias la Liga de Campeones, el torneo m¨¢s atractivo del continente.
Mientras se busca un sistema que contente a todos y defina lo que son contenidos de servicio p¨²blico (y, por tanto, susceptibles de ser financiados con fondos oficiales), Francia ha tomado la delantera. La Asamblea Nacional debate a marchas forzadas la reforma de la televisi¨®n p¨²blica para que est¨¦ lista el 5 de enero. Es el regalo de Reyes de Nicolas Sarkozy.
El nuevo modelo audiovisual franc¨¦s ha causado un terremoto de similar potencia al que en 1986 provoc¨® la privatizaci¨®n de TF-1, todo un s¨ªmbolo patrio que, adem¨¢s, era l¨ªder de audiencia y muy rentable econ¨®micamente. Muchos franceses vieron aquella operaci¨®n como una expropiaci¨®n de su identidad. Fue como "vender la Comedia Francesa a Coca-Cola o dejar el palacio de Versalles en manos de IBM".
Francia quiere parecerse lo m¨¢s posible a la BBC brit¨¢nica. Reverenciada por todos, es la madre de las televisiones p¨²blicas, un conglomerado que lleva a gala su independencia del poder pol¨ªtico, que se financia con el canon que aportan los hogares brit¨¢nicos por tenencia de televisor (195 euros) y que no tiene publicidad. Nadie discute la calidad de la programaci¨®n del venerable grupo. Cultiva su funci¨®n de servicio p¨²blico y evita la competencia salvaje con los operadores comerciales. Por si fuera poco, est¨¢ a la vanguardia tecnol¨®gica, es la locomotora de la televisi¨®n digital terrestre (TDT) y tiene una proyecci¨®n internacional irrefutable. Su canal informativo tutea a la mism¨ªsima CNN.
Por el momento, Francia se acerca a la BBC en una cosa: la desaparici¨®n de la publicidad. La operaci¨®n se consumar¨¢ por etapas. Desde principios de a?o, los anuncios desaparecer¨¢n en el horario de m¨¢xima audiencia. Se cierra el grifo desde las 20.00 a las 6.00. Y a finales de 2011, con el apag¨®n anal¨®gico, se extender¨¢ a toda la emisi¨®n. ?De qu¨¦ vivir¨¢ entonces France T¨¦l¨¦visions?
Como muchos pa¨ªses europeos, Francia sufraga el ente con el pago de un canon (116 euros anuales). Para compensar la p¨¦rdida de ingresos por la prohibici¨®n de emitir publicidad, el Estado abrir¨¢ la mano y ampliar¨¢ la subvenci¨®n. Adem¨¢s, el holding recibir¨¢ el dinero recaudado de un nuevo impuesto sobre la facturaci¨®n publicitaria de las cadenas privadas. Inicialmente se plante¨® el 3%, aunque se ha optado por una tasa variable (entre el 1,5% y el 3%) seg¨²n la salud del mercado. Tambi¨¦n se prev¨¦ que las operadoras de telecomunicaciones electr¨®nicas (Internet, telefon¨ªa m¨®vil) arrimen el hombro; en este caso con una tasa del 0,9%. El mundo de Internet no ha tardado en poner el grito en el cielo.
Con este plan, la televisi¨®n p¨²blica vecina ser¨¢, en parte, financiada por las privadas, que podr¨¢n acceder a una porci¨®n mayor del pastel publicitario. La renuncia a emitir anuncios desde el prime time dejar¨¢ libres en torno a 450 millones de euros. El Estado garantizar¨¢ esta cantidad en los Presupuestos de 2009, 2010 y 2011. Con todo, la publicidad seguir¨¢ siendo un alivio (mucho menor, es cierto) para France T¨¦l¨¦visions, que el a?o pasado amas¨® gracias a los espacios publicitarios 760 millones de euros (alrededor del 33% de sus ingresos).
La revoluci¨®n medi¨¢tica de Sarkozy es seguida con especial atenci¨®n en Espa?a. Sobre todo porque el nuevo mecanismo de financiaci¨®n podr¨ªa ser importado al pie de la letra. "Es interesante. Las principales beneficiadas son las privadas, de modo que podr¨ªa estudiarse que la televisi¨®n privada compensara a la p¨²blica", comenta el dirigente socialista ?scar L¨®pez, portavoz en la comisi¨®n mixta de control parlamentario de RTVE. La corporaci¨®n estatal acapara en el mercado publicitario en torno a 700 millones de euros y completa su presupuesto con una subvenci¨®n de 500. La aportaci¨®n p¨²blica compensa, en parte, el recorte publicitario iniciado este a?o (ha pasado de 12 minutos de anuncios por hora de emisi¨®n a 11, y en 2009 bajar¨¢ a 10).
El Gobierno aspira a que, minuto a minuto, la publicidad pueda desaparecer completamente de TVE quiz¨¢ en la pr¨®xima d¨¦cada. Las privadas se quedar¨ªan entonces con todo el pastel. ?Estar¨ªan entonces dispuestas a financiar a la p¨²blica con una parte de sus ingresos? La Uni¨®n de Televisiones Comerciales Asociadas (Uteca), que agrupa a las entidades comerciales, no comulga con la f¨®rmula francesa, pero considera que en Espa?a se podr¨ªa adoptar un sistema similar si la prohibici¨®n de emitir anuncios incluyera a todas las televisiones (nacionales, auton¨®micas y municipales). Y, adem¨¢s, "si a cambio de un porcentaje sobre la publicidad se suprimieran otros impuestos, como el de destinar el 5% de los ingresos brutos a la inversi¨®n obligatoria en cine". Seg¨²n los datos de Uteca, el bocado que la p¨²blica dio el a?o pasado a la tarta publicitaria super¨® los 1.000 millones de euros (el 31% de la facturaci¨®n total). Adem¨¢s, recibi¨® 629 millones de euros de las arcas oficiales. Esta inyecci¨®n no evit¨® que acumulara 946 millones de p¨¦rdidas.
Echando n¨²meros, Uteca calcula que el coste por hogar de la televisi¨®n p¨²blica fue el pasado a?o de 102 euros. Es como si fuera un canon invisible. Pero ning¨²n dirigente pol¨ªtico quiere mencionar el canon. "Est¨¢ descartado. No se va pagar un impuesto directo por la televisi¨®n p¨²blica", afirma L¨®pez tajante. Igual de rotundo es Alejandro Echevarr¨ªa, presidente de Telecinco: "Tanto TVE como las auton¨®micas deben financiarse exclusivamente con recursos p¨²blicos" y emitir "producciones de calidad y de servicio".
El catedr¨¢tico de la Universidad Complutense de Madrid y vocal del Consejo Asesor de RTVE Manuel N¨²?ez Encabo tiene claro que los contenidos "diferenciados" son lo ¨²nico que justifica la existencia de entes p¨²blicos. Asegura que las cadenas comerciales tienen como obligaci¨®n la de "no traspasar los l¨ªmites jur¨ªdicos y ¨¦ticos en sus contenidos", mientras que las financiadas por los impuestos tienen la obligaci¨®n de fomentar contenidos que respondan a "las necesidades democr¨¢ticas, sociales y culturales". S¨®lo con sintonizar TVE-1 o cualquiera de los 13 canales auton¨®micos se puede hacer la prueba. "?Es una necesidad democr¨¢tica la misa o un partido de f¨²tbol?", se pregunta N¨²?ez Encabo. Se responde: "La televisi¨®n p¨²blica est¨¢ desfasada y no cumple la funci¨®n encomendada por el protocolo del Tratado de ?msterdam, que se refiere al desarrollo de los derechos fundamentales de la persona".
Otra de las patas de la reforma francesa que m¨¢s polvareda pol¨ªtica ha levantado pasa por agrupar todos los canales de titularidad estatal en un mismo holding, a imagen y semejanza -otra vez- de la brit¨¢nica BBC. Lo malo es que Sarkozy propone que el presidente de ese megagrupo sea nombrado por el Consejo de Ministros y no por el Consejo General de lo Audiovisual. "No vemos por qu¨¦ el accionista mayoritario de France T¨¦l¨¦visions, que es el Estado, no pueda nombrar a su presidente", argumentan desde el El¨ªseo.
Si hay algo que Espa?a tiene claro es que el presidente de RTVE no va a volver a ser nombrado por el Gobierno. "La propuesta francesa es un claro paso atr¨¢s", afirma el diputado socialista ?scar L¨®pez. "Nuestro modelo, que sea el Parlamento y no el Gobierno el que nombre al presidente de RTVE; me parece m¨¢s democr¨¢tico", a?ade.
Salvo en esta cuesti¨®n, Francia puede ser el espejo en el que se mire el Gobierno de Zapatero. Los socialistas han reactivado el viejo proyecto para sacar adelante una ley general audiovisual que agrupe la mara?a de normas y reglamentos, dispersos y obsoletos. Tanto el PP como el PSOE han eludido en los ¨²ltimos 15 a?os una reestructuraci¨®n a fondo del sector. Se han limitado a poner parches con leyes coyunturales.
Los socialistas presumen de haber reformado RTVE hace dos a?os. Ahora quieren exportar el modelo a las auton¨®micas a trav¨¦s de "un pacto de Estado" al que se adhiera no s¨®lo el PP, sino tambi¨¦n los nacionalistas. L¨®pez es consciente de que el asunto es "delicado" porque los grupos parlamentarios van a ser muy celosos de las competencias. "Las auton¨®micas copiaron a TVE para lo bueno y para lo malo. ?Por qu¨¦ no trasladar el nuevo modelo? Hasta ahora s¨®lo Andaluc¨ªa ha cambiado la ley para que el director general sea elegido por el Parlamento", comenta. El PSOE defiende "una televisi¨®n p¨²blica de calidad, con una audiencia considerable, que no tenga que batallar por la cuota de share".
Enfrente, el PP cree que el sector televisivo debe poner en marcha "un proceso de liberalizaci¨®n, como se hizo con las telecomunicaciones", y que sea el propio mercado el que decida la configuraci¨®n del sector. "Hay que garantizar que haya un n¨²mero de canales suficiente para asegurar la diversidad informativa y, al mismo tiempo, la sostenibilidad econ¨®mica", explica uno de los expertos en materia audiovisual del PP.
Si lo que est¨¢ en juego es la publicidad, ?qu¨¦ opinan los anunciantes? "No entramos en la guerra p¨²blico-privado ni en c¨®mo se administran las televisiones", advierte la Asociaci¨®n Espa?ola de Anunciantes (AEA). "S¨ª entramos en conseguir la sostenibilidad de nuestras empresas en contacto con nuestros clientes. Nuestra postura siempre ha sido defender los 12 minutos de publicidad por hora. Todo lo que sea superior a este l¨ªmite perjudica al consumidor".
Ese tope viene marcado por una directiva comunitaria. Pero Espa?a tiene un reloj que no est¨¢ sincronizado con Bruselas. Por arte de magia, ha convertido esos 12 minutos en 17. El milagro consiste en contabilizar dentro de los 12 minutos de l¨ªmite que impone Europa s¨®lo los anuncios estrictamente comerciales, dejando al margen otras f¨®rmulas de publicidad como las autopromociones o la televenta.
Esta falta de precisi¨®n horaria le ha costado cara a Espa?a. Despu¨¦s de m¨²ltiples avisos, la Comisi¨®n Europea ha cumplido su amenaza. A finales de noviembre decidi¨® llevar a Espa?a ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo por no haber tomado las medidas necesarias para impedir que las televisiones (todas, tanto p¨²blicas como privadas, nacionales o auton¨®micas) rebasen el l¨ªmite de los famosos 12 minutos. Bruselas ha constatado que en Espa?a se produce una "saturaci¨®n" publicitaria. "Adem¨¢s de los efectos negativos que esto puede tener en el gasto publicitario, este bombardeo sostenido es malo para los espectadores", justifica la comisaria responsable de la Sociedad de la Informaci¨®n, Viviane Reding.
La comisaria tiene una legi¨®n de detractores y defensores. Entre estos ¨²ltimos figura la AEA. "En estos 12 minutos debe quedar incluido lo que se cataloga como 'otras formas de publicidad", defiende la entidad. Manifiestamente contrario a la comisaria, el consejero delegado de Antena 3, Maurizio Carlotti, la semana pasada se preguntaba en este peri¨®dico: "?De verdad considera la se?ora Reading que los ciudadanos deben estar 'protegidos' de la publicidad? ?Es acaso la publicidad infecciosa? ?Da?ina? ?Peligrosa? ?Contaminante? No se debe negar que algunos la consideran aburrida, o tal vez molesta. Todos saben, sin embargo, que la publicidad permite que la televisi¨®n sea un regalo totalmente gratuito (al menos en el caso de las cadenas privadas)". Carlotti arremet¨ªa contra la competencia desleal de la TVE, que rebaja los precios de los anuncios "hasta un 40%" para captar m¨¢s y m¨¢s publicidad.
En tiempos de crisis, el PP cree que habr¨ªa que preguntar a los ciudadanos cu¨¢ntos canales est¨¢n dispuestos a financiar, entre estatales (ocho en TDT, a partir de 2010), auton¨®micos (hasta 12 en algunas comunidades) o locales (otra docena). "En ¨¦poca de vacas flacas alguien tendr¨ªa que decidir si el dinero de todos se gasta en televisi¨®n o en otras cosas", plantea el PP. En el PSOE, alguien (quiz¨¢ el ministro de Econom¨ªa, Pedro Solbes) debe estar buscando la respuesta. El contrato-programa de RTVE, donde fija el dinero que el Estado aporta en el trienio 2008-2010, sigue sin firmarse. Las cuentas no salen.
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