"Las canciones vienen como los buenos amigos, sin avisar"
Tras un a?o inmerso en el sorpresivo retorno de Tequila, Ariel Rot retom¨® anoche su carrera en solitario con un concierto en la sala Clamores
De no ser por la cabellera t¨ªmidamente entrecana o por esas gafas de pasta negra que s¨®lo desenfunda para leer los n¨²meros de tel¨¦fono, nadie dir¨ªa que Ariel Rot, el eterno ni?o bonito del rock argentino, se encuentra a un paso de las 49 primaveras. Tras un a?o inmerso en el sorpresivo retorno de Tequila, el autor de Rock'n'roll en la plaza del pueblo retom¨® anoche su carrera en solitario con un concierto en la sala Clamores y pasa las tardes atrincherado en su peque?o estudio de la calle de San Bernardo, puliendo el repertorio que ver¨¢ la luz durante 2009.
Un sol inopinado le incordia en esos ojos casi verdes que tanto Madrid han visto desde 1976, cuando huy¨® de la dictadura militar. Tres d¨¦cadas m¨¢s tarde, aquel rockero ani?ado reivindica a¨²n las canciones "directas y con historia", recela de los aderezos electr¨®nicos y selecciona un ring cl¨¢sico (nada de politonos) para el timbre de su m¨®vil. Ha vivido en el filo, incluso a un paso del descalabro, pero hoy conjuga la travesura de su guitarra el¨¦ctrica con el m¨¢s importante t¨ªtulo honor¨ªfico de su carrera: "Padrazo". Los enanos, de tres y seis a?os, dicen adorar sus buenas artes en la cocina.
"El sistema ha domesticado el rock como fagocit¨® el 'punk' o el 'hip-hop"
"Mi relaci¨®n con Alejo Stivel tiene algo de fraternal"
Pregunta. ?Ha descubierto ser m¨¢s amigo de Alejo Stivel, su socio en Tequila, de lo que imaginaba?
Respuesta. Ha sido un reencuentro amistoso tras muchos a?os sin convivencia. Quiz¨¢s sea m¨¢s lo que nos une que lo que nos separa. Nuestra relaci¨®n tiene algo de fraternal, y entre hermanos ya se sabe: existe al tiempo una tremenda competitividad y un cari?o profundo.
P. ?Era m¨¢s improbable reencontrarnos a Tequila en 2008 o a Los Rodr¨ªguez en 2007?
R. Lo de Tequila era impensable, al menos para m¨ª. Tanto Andr¨¦s Calamaro como yo segu¨ªamos en activo, pero esta vez cont¨¢bamos con un cantante que llevaba 25 a?os sin subirse a un escenario. ?Lo nunca visto!
P. ?Ahora se ha puesto las pilas para componer?
R. Ya estaba escribiendo, pero tras la llamada de Alejo me bloque¨¦. Han sido meses de estr¨¦s emocional. Hace dos o tres semanas, por fin, volvieron a surgir ideas. Vienen las canciones como vienen los buenos amigos: sin avisar. Y ¨¦se es un privilegio.
P. Pr¨®ximo ya a los 50, ?conserva a¨²n la fe en el rock?
R. No como acto de militancia, pero s¨ª como un modo de expresi¨®n, como el idioma que aprend¨ª. Claro que el sistema ha domesticado el rock, igual que termin¨® fagocitando el punk o el hip-hop. Hace mucho que dejamos de ser un movimiento de rebeld¨ªa revolucionaria, pero me sigue interesando tocar, cantar y componer mejor.
P. Con la pinta que se gastaba en sus a?os mozos, ?le sal¨ªan m¨¢s admiradoras o admiradores?
R. Ten¨ªamos nuestro club de admiradores porque ¨¦ramos lo bastante ambiguos, provocadores e irreverentes, pero las chicas ganaban por goleada.
P. Y usted, encantado.
R. Bah, ¨¦se es un mito. Al final manten¨ªamos con ellas una relaci¨®n casi paternal. En el rock, uno espera a que las fans se vayan a dormir para salir a ligar.
P. El disco anterior se titulaba D¨²os, tr¨ªos y otras perversiones. ?Ha ampliado su cat¨¢logo particular en estos tiempos?
R. Digamos que he realizado pr¨¢cticamente todas mis fantas¨ªas, pero no me pida que las cuente una por una. Ya ni siquiera las considero perversiones; los modositos suelen ser bastante m¨¢s perversos que gente como yo.
P. Hablemos, pues, de lo convencional. De la radio convencional. ?C¨®mo termin¨® de comentarista en La ventana?
R. Porque la radio me proporciona una rutina fascinante. De hecho, reemplac¨¦ mi cita semanal con el psicoanalista por esas charlas semanales con Jaime Urrutia en la cadena SER. Me dan mucha libertad, siempre que no corte el ritmo del programa; no es cuesti¨®n de poner un tema de ocho minutos de John Coltrane, ni siquiera una muy lenta de Tom Waits.
P. ?Prefiere la navidad porte?a o la malasa?era?
R. Los argentinos siempre hacemos las maletas con facilidad, pero este a?o me da mucha pereza volar hasta Buenos Aires. Y eso que all¨ª todo es mucho m¨¢s laico, y se agradece. En ausencia de una honda tradici¨®n cristiana, el trago de las navidades se hace m¨¢s liviano.
P. Estamos acabando y a¨²n no lo tengo claro. ?Lo suyo es la ternura o la visceralidad?
R. En mi caso son ingredientes compatibles. Lo m¨ªo es la ternura visceral. Apunte tambi¨¦n que me siento como un actor secundario que, a falta a¨²n de su gran papel protagonista, ha tenido la fortuna de participar en algunas buenas pel¨ªculas.
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