Antonio Llopis, el ¨²ltimo gran maldito del teatro espa?ol
El brillante director, profesor y actor desarroll¨® la t¨¦cnica de las 'transformaciones' iniciada por William Layton
El actor, profesor, core¨®grafo y director de escena madrile?o Antonio Llopis, una de las mentes m¨¢s l¨²cidas y brillantes del teatro espa?ol contempor¨¢neo, muri¨® ayer como hab¨ªa vivido. De manera radical y solitaria.
Llopis, de 65 a?os, era uno de esos personajes a mitad de camino entre un divino maldito y un anacoreta contempor¨¢neo que, tras fundar hace 30 a?os el Teatro de la Danza, con Luis Olmos y Leda Berriel, y participar activamente como actor, core¨®grafo y director en el mejor teatro espa?ol independiente y de la transici¨®n, decidi¨®, a partir de los a?os noventa, aislarse y desaparecer, como lo hacen otros grandes, sin dejar de estar presente.
Al igual que a otros profesionales como Jos¨¦ Carlos Plaza, Miguel Narros, Helio Pedregal, Berta Riaza, Ana Bel¨¦n, Eusebio Poncela y Paca Ojea, entre otros muchos, la trayectoria profesional de Llopis qued¨® marcada desde 1964 por el gran William Layton, introductor del m¨¦todo Stanislavsky en Espa?a y creador de una t¨¦cnica, conocida como Transformaciones. Fue precisamente Llopis el ¨²nico que desarroll¨® esta metodolog¨ªa tras la muerte de Layton en 1996, consistente en involucrar a todos los alumnos en torno a una situaci¨®n dram¨¢tica surgida de unos ejercicios en los que persegu¨ªa, como primer objetivo, la puesta a punto de la capacidad instintiva o intuitiva del actor con respecto a s¨ª mismo y al grupo, desarrollando la atenci¨®n, la responsabilidad y la respuesta emocional.
Luis Olmos: "Su labor docente ha sido impagable e inmensa"
Para ello les dec¨ªa que ensayaran el papel a interpretar como si hablaran en suajili de manera que se despojaran de la intencionalidad del texto y se adentraran en la emoci¨®n: "El trabajo debe nacer de la propia emoci¨®n del actor-persona", dec¨ªa Llopis que tambi¨¦n imparti¨® clases en compa?¨ªas de Mil¨¢n, R¨ªo de Janeiro, Brasilia y Buenos Aires.
"Los resultados eran excepcionales", comentaba ayer el tambi¨¦n director Pedro Carvajal con quien trabaj¨® como actor en alguna de sus pel¨ªculas y junto a algunos alumnos con los que pon¨ªa en pr¨¢ctica sus ense?anzas ensayando durante largas horas, en la explanada verde de la calle de Bail¨¦n, frente a la catedral de la Almudena. Un espacio que ayer se convirti¨® en el ¨²ltimo que quiso ver Llopis. "Aqu¨ª uno se deja envolver por el entorno, por las campanas de la catedral, el silencio absoluto de los espont¨¢neos espectadores y el atardecer ese de Madrid, tan excepcionalmente bello", dijo Llopis en una entrevista hace seis a?os.
Trabaj¨® de actor bajo las ¨®rdenes de directores teatrales como Jos¨¦ Carlos Plaza, Layton, Renzo Casali, Jos¨¦ Struch, Jos¨¦ Luis G¨®mez, Gerardo Malla, Emilio Guti¨¦rrez Caba, as¨ª como de realizadores como Francisco Montoliu, Alfonso Hungr¨ªa, Carlos Serrano y Pedro Carvajal.
Form¨® parte del equipo que fund¨® el Centro Dram¨¢tico de Buenos Aires, donde estudi¨® con Lee Strasberg, y colabor¨® en varios montajes del Teatro Experimental Independiente (TEI) junto a Layton, Roy Hart, Miguel Narros, Arnold Tarraborelli, Ana Bel¨¦n y Paca Ojea, entre otros. Tambi¨¦n fund¨® el Centro de Investigaciones Teatrales, donde afront¨® varios montajes. En el teatro de la Plaza, dirigido por Jos¨¦ Luis G¨®mez, interpret¨® Woyzeck, de B¨¹chner, y, a lo largo de 10 a?os, en el Teatro de la Danza, desarroll¨® una important¨ªsima labor docente y de investigaci¨®n. En dicha compa?¨ªa dirigi¨® obras de Gog¨®l, Goethe, Smocek e Historia de un Soldado, de Ramuz-Stravinsky, que mont¨® con ¨¦xito varias veces.
"Si su talento como actor era admirable, su labor docente ha sido impagable e inmensa, de las m¨¢s importantes que haya dado este pa¨ªs en el ¨¢rea teatral y han sido muchos e importantes los actores y docentes que han pasado por sus atractivas y divertidas clases", coment¨® ayer Luis Olmos, actual director del teatro Nacional de la Zarzuela.
El malditismo en la cultura europea del siglo XX ha dado grandes figuras a la literatura, al teatro, a la pl¨¢stica, a la m¨²sica... Espa?a ha estado escasa en grandes malditos y ¨¦stos se han ce?ido de manera especial al mundo de las letras y la pl¨¢stica. Con Llopis desaparece el ¨²ltimo maldito del teatro espa?ol contempor¨¢neo y con ¨¦l se va una forma de trabajar la escena fusionando el esp¨ªritu de Ch¨¦jov, Kolt¨¦s, Jean Genet, Tennesse Williams, Jean-Luc Lagarce, Edgard Albee, Andr¨¦ Gide, Antonin Artaud y tantos otros que, como Llopis, penetraban en el interior del alma humana a trav¨¦s de sus propias heridas. Las de Llopis dejan sobre la memoria un brillante recuerdo: "Kolt¨¦s dec¨ªa que el teatro no es la vida, pero es el ¨²nico sitio donde se dice que esto tampoco lo es", espetaba este brillante profesional que hoy ser¨¢ incinerado a las cuatro de la tarde en el crematorio del cementerio de la Almudena.
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