Inagotable Hamlet
Un Hamlet artificiosamente gordo suelta el famoso mon¨®logo del Ser o no ser de entrada para volver a ¨¦l un par de veces m¨¢s en la funci¨®n. El montaje que Thomas Ostermeier (1968), director art¨ªstico de la Schaub¨¹hne am Lehniner Platz de Berl¨ªn, acaba de presentar fugazmente en el Lliure refuerza la locura del protagonista, en aquello de "la conciencia nos hace cobardes a todos", uno de los versos del mon¨®logo, y en c¨®mo la toma de conciencia de la complejidad de los hechos inhibe la acci¨®n.
Estrenado el pasado verano en el Festival de Avi?¨®n, este Hamlet reduce al m¨¢ximo los int¨¦rpretes (s¨®lo seis presentes siempre en el escenario se reparten la docena de personajes que se han salvado de las tijeras del dramaturgo) para invertir en una sofisticada puesta en escena, atractiva y eficaz, basada en una estructura deslizante que representa una sala del castillo de Elsinor y que cubre a ratos el cementerio en el que descansa el difunto rey de Dinamarca, cuyo entierro recoge tantos percances que parece de comedia negra. Sobre las cortinas de la sala se proyectan sugestivas im¨¢genes de los personajes grabadas en directo que, a menudo, se solapan con otras que forman parte del inconsciente colectivo derivado del cine de terror y que acercan la pieza a las leyendas de vampiros.
HAMLET
De William Shakespeare. Direcci¨®n: Thomas Ostermeier. Int¨¦rpretes: Robert Beyer, Lars Eidinger, Urs Jucker. Teatre Lliure, sala Fabi¨¤ Puigserver, Barcelona, 19 de diciembre.
Las m¨¢scaras, discernir lo real de lo fingido: en eso radica la apuesta de Ostermeier. Y el trastorno del pr¨ªncipe dan¨¦s. "Fragilidad, tu nombre es mujer", le espeta a Gertrudis, su madre, y ¨¦sta, en una preciosa mutaci¨®n, se saca la peluca rubia y las gafas de sol para convertirse en un ¨²nico gesto en la joven Ofelia, quien le traicionar¨¢ por su incapacidad a oponerse a Polonio, su padre, es decir, por fragilidad.
Todos los int¨¦rpretes, a excepci¨®n del de Hamlet, duplican papeles para fomentar la demencia del protagonista. Y Lars Eidinger (Hamlet), se desdobla en ¨¦l y en su locura tal como se excusa ante Laertes duplicando su talla con una pr¨®tesis que le engorda y que nos muestra tras la obra que representa para Claudio y Gertrudis, performance con la que Ostermeier ironiza sobre propuestas de la escena alemana actual como el Macbeth de J¨¹rgen Gosch. Y despu¨¦s est¨¢ la lograd¨ªsima lucha a espadas y la apasionada escena entre Hamlet y Ofelia; y todas las palabras palabras palabras que se superponen antes del silencio final. Estupendo. Inagotable.
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