Cultura de diccionario
La Real Academia Espa?ola redefine el concepto y valora nuevas acepciones. Las referidas a costumbres generan las mayores discusiones entre los acad¨¦micos
La lengua muta. Crece, decrece, se ampl¨ªa. El habla es como el cuerpo y ciertos conceptos se transforman con el paso del tiempo. El de "cultura" es uno de ellos. Tan din¨¢mico como manido, tan solemne como callejero; tan unido a la excelencia como rebajado por usos demasiado comunes.
La Real Academia Espa?ola (RAE) no es ajena a ninguna de sus transformaciones, aunque no por eso tiene la obligaci¨®n de contemplarlas todas. Unas quedan, otras las volatiliza el tiempo. Pero el hecho es que las actuales definiciones de la palabra est¨¢n siendo matizadas en largos debates dentro de sus comisiones, muy concurridos y activos en lo que se refiere a un t¨¦rmino sobre el que caben muchos colores.
No parece haber desacuerdo en incorporar otra definici¨®n
A veces se incluyen acepciones que nadie entiende porque no se usan
"Debemos recoger las variantes y registrar sus usos", dice P¨¦rez Reverte
"Ahora se usa la cultura del 'botell¨®n', y desaparecer¨¢", seg¨²n Goytisolo
Incluso, ganar¨¢ una nueva acepci¨®n la palabra en el pr¨®ximo Diccionario. La que tiene que ver con toda aquella actividad que gira en torno a un elemento: "cultura del vino", "cultura de la violencia"...
?sa es la aportaci¨®n que m¨¢s discusiones genera. En los dem¨¢s hay gran acuerdo, aunque seg¨²n V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, director de la RAE, "cambiar¨¢n bastante". Ganar¨¢n matices. "Se enriquecer¨¢n porque trataremos de recoger nuevos usos actuales", anuncia.
El nuevo concepto est¨¢ en plena ebullici¨®n. Quedan sesiones en la sede de Madrid y luego su posterior traslado a las 22 academias del espa?ol en el mundo para sus pertinentes discusiones y sugerencias. No s¨®lo est¨¢n reinventando la definici¨®n de "cultura". "Tambi¨¦n estamos discutiendo el t¨¦rmino 'civilizaci¨®n", asegura Garc¨ªa de la Concha.
La definici¨®n fijada en la 22? edici¨®n del Diccionario de la Real Academia Espa?ola dice: "Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio cr¨ªtico". En su segunda acepci¨®n: "Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo art¨ªstico, cient¨ªfico, industrial, en una ¨¦poca, grupo social, etc¨¦tera". Son las m¨¢s amplias y a ellas, probablemente se incorporen otras de acuerdo con un debate que quiso introducir Claudio Guill¨¦n antes de morir en enero de 2007. "Hemos retomado el trabajo que ¨¦l mismo empez¨® y que era interesant¨ªsimo", comenta Garc¨ªa de la Concha, no sin nostalgia de su compa?ero.
Definir los nuevos campos est¨¢ resultando un proceso m¨¢s complejo de lo esperado. El acad¨¦mico y psiquiatra Carlos Castilla del Pino ha redactado una propuesta para explicar el significado de la palabra cuando va referida a las costumbres y caracter¨ªsticas de un colectivo. "En este caso no hablamos del conocimiento, sino del conjunto del sistema de conductas que caracterizan a un grupo", explica el acad¨¦mico.
Castilla del Pino lo ilustra con ejemplos: cultura del alcohol, cultura de la droga, cultura de Hollywood o cultura andaluza. "Cuando se habla de la cultura andaluza no se refiere al conocimiento que tienen los andaluces sobre los libros, sino si el flamenco o el vino forman parte de sus costumbres, es en un sentido de antropolog¨ªa cultural".
Hay un libro que inspir¨® al acad¨¦mico, cuyo t¨ªtulo usa la palabra con esta vertiente antropol¨®gica. Fue publicado a comienzos del siglo XX, lo que da idea de las ra¨ªces que tiene este uso del t¨¦rmino cultura. Se trata de la obra Cultura femenina, escrita por el fil¨®sofo y soci¨®logo alem¨¢n Georg Simmel (1858-1918). "Es una colecci¨®n de ensayos en los que se abordan las costumbres que caracterizaban a las mujeres, no se refiere al conocimiento que pudieran tener", aclara.
La definici¨®n redactada por Castilla del Pino, consensuada con Salvador Guti¨¦rrez y Jos¨¦ Antonio Pascual, y tambi¨¦n asumida posteriormente por Emilio Lled¨® y el arquitecto Antonio Fern¨¢ndez Alba, est¨¢ pendiente de discutirse en un pr¨®ximo pleno. En la primera ocasi¨®n que se abord¨® el debate sobre la palabra, los acad¨¦micos se enzarzaron a prop¨®sito del significado de distintas acepciones. Incluida la principal. La que se define en el Diccionario como conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio cr¨ªtico. Castilla del Pino cree que obedeci¨® a un "equ¨ªvoco". "Unos hablaban del caballo como sin¨®nimo de hero¨ªna y otros del animal", compar¨®.
No parece haber desacuerdo sobre la necesidad de incorporar una nueva definici¨®n, que est¨¢ en muchas bocas por m¨²ltiples razones. Se habla de "cultura de la prevenci¨®n o cultura de la empresa", cita el acad¨¦mico Francisco Rico, como "una l¨ªnea de conducta". Pero s¨ª hay m¨¢s controversia sobre los ejemplos que podr¨ªan acompa?arla. El escritor Luis Goytisolo, por ejemplo, defiende la restricci¨®n de los mismos a los que tengan una vocaci¨®n m¨¢s duradera: "A veces se le reprocha a la RAE que no recoja con demasiada rapidez, pero hay acepciones que a los cinco a?os se pierden". La cautela a la hora de incorporar novedades, a?ade, impedir¨ªa que ocurra algo que a veces sorprende a los propios acad¨¦micos: "A veces revisamos en comisi¨®n acepciones que nadie entiende, y esto ocurre porque fueron incluidas con rapidez y luego cayeron en desuso".
Goytisolo plante¨® una definici¨®n para la nueva acepci¨®n de cultura hace unos meses, consciente de que circula por doquier. "Tiene muchas acepciones, unas positivas y otras negativas; aunque sea un sinsentido en la mayor parte de los casos, es un hecho que est¨¢ en la calle". Dicho lo cual, distingue entre "cultura del vino", que se refiere a una tradici¨®n mediterr¨¢nea arraigada, frente a otras como "cultura de la droga", que no deber¨ªa incorporarse a su juicio porque corresponde a una actividad marginal. "Hace a?os se hablaba mucho de filosof¨ªa de la empresa y ahora se usa mucho menos. Con cultura pasa algo similar, ahora se usa a veces de forma disparatada para decir cultura del botell¨®n, que no tiene nada de cultura y que probablemente desaparecer¨¢ en unos a?os", reflexiona. Precisamente para distinguir entre unos usos y otros, el escritor, que ocupa el sill¨®n C, considera "fundamental" que la nueva acepci¨®n vaya acompa?ada de ejemplos: "No creo que se puedan listar todos los casos donde se usa esta palabra, tendr¨ªamos que buscar los que van a pervivir".
Pero nunca a espaldas de la sociedad. Del hablante com¨²n y creativo, que es quien en definitiva reinventa e inventa la lengua, guste o no. Arturo P¨¦rez-Reverte hace hincapi¨¦ en esto: "La RAE debe hacer compatibles los usos", comenta el creador de Alatriste. "Aunque la palabra haya sido mal utilizada en los ¨²ltimos tiempos. Hasta ahora, decir 'cultura de la violencia' o 'de la droga' es una incorrecci¨®n, pero la Academia acepta los usos generales, por eso hay que compatibilizar. Estamos para aceptar realidades y que congenien las acepciones nobles con usos bastardos", comenta P¨¦rez-Reverte.
Un deber de la Academia para ¨¦l es conciliar. "Debemos recoger las variantes nuevas, registrar sus usos, es lo que estamos haciendo, ni m¨¢s ni menos", a?ade el autor.
Aunque a veces se corra el riesgo de abaratar, de vulgarizar demasiado ciertos t¨¦rminos relacionados con la excelencia. "Usar una palabra as¨ª como comod¨ªn tiene sus riesgos", advierte Antonio Mu?oz Molina, que antes que nada, avisa, no ha sido muy activo en los debates. Para el autor de Plenilunio, los conceptos de cultura m¨¢s v¨¢lidos son a su vez antit¨¦ticos: "Uno se refiere a la educaci¨®n, a la formaci¨®n y a algo que nos construye y otro tiene que ver con el punto de vista antropol¨®gico".
S¨ª se ha metido a fondo en el meollo el novelista ?lvaro Pombo, por ejemplo. Aunque comienza a explayarse regateando: "Mi posici¨®n en esto es nula. Para m¨ª es un asunto anticuado que ha acabado en una cuesti¨®n l¨¦xica". M¨¢s le hubiese gustado participar en los debates que hubo sobre el t¨¦rmino en Europa en la etapa de entreguerras. Aunque lo de ahora, en plena ¨¦poca de la posmodernidad, tambi¨¦n requiere una m¨¢s que necesaria discusi¨®n. "Aunque s¨®lo sea porque el Diccionario... es un acta notarial", asegura el autor de Entre las mujeres.
En ese sentido, a Pombo le parece muy interesante la nueva acepci¨®n que quiere incorporar la cultura como algo que gira en torno a un elemento determinado. "En ese aspecto, m¨¢s que un concepto, pasa a ser un campo sem¨¢ntico, algo que curiosamente traspasa el lema de la propia Academia. Ya no debemos sujetarnos a limpiar, fijar y dar esplendor, sino a ampliar la lengua y sus usos".
Como tal, dentro del debate, algunos sabios de la lengua quieren aprovechar para introducir m¨¢s matices. Es el caso del fil¨®sofo Emilio Lled¨®. "Para m¨ª, una idea muy fecunda en este caso es la que aplicaban al t¨¦rmino los griegos. Ten¨ªa que ver con la actividad, con el movimiento, con la acci¨®n. S¨¦ que es dif¨ªcil encerrar eso en una definici¨®n, pero deber¨ªamos encontrar la forma de destacarlo. M¨¢s en estos tiempos, cuando necesitamos como nunca dejar de deambular y buscar derroteros".
La palabra, en muchas lenguas
? Espa?ol. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio cr¨ªtico. / Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo art¨ªstico, cient¨ªfico, industrial, en una ¨¦poca, grupo social, etc¨¦tera. (Diccionario de la Real Academia Espa?ola).
? Ingl¨¦s. Las artes y otras manifestaciones del logro intelectual humano considerado colectivamente. Un entendimiento refinado o apreciaci¨®n de ello. / Las ideas, costumbres y comportamiento social de una gente o sociedad particular. Las actividades y comportamiento caracter¨ªstico de un grupo social particular. (Oxford English Dictionary).
? Franc¨¦s. Conjunto de conocimientos que enriquecen el esp¨ªritu, afinan el gusto y el esp¨ªritu cr¨ªtico. / Conocimientos en un campo particular. Por ejemplo: Ella tiene una vasta cultura m¨¦dica. / Conjunto de fen¨®menos materiales e ideol¨®gicos que caracterizan a un grupo ¨¦tnico o una naci¨®n, una civilizaci¨®n por oposici¨®n a otro grupo a otra naci¨®n. Por ejemplo, la cultura occidental. / En un grupo social, conjunto de signos caracter¨ªsticos (lenguaje, gestos, indumentaria) que le diferencian de otro grupo social. Por ejemplo, cultura obrera, cultura burguesa. (Larousse).
? Ruso. Nivel de desarrollo de la sociedad, de las fuerzas creativas y las capacidades del hombre, expresado en los tipos y formas de organizaci¨®n de la vida y las actividades de las personas, de sus relaciones y tambi¨¦n expresado en los valores materiales y espirituales creados por ellas. (Gran diccionario enciclop¨¦dico).
? Italiano. Conjunto de conocimientos, tradiciones, procedimientos t¨¦cnicos, tipo de comportamiento y similares, transmitidos y usados sistem¨¢ticamente, caracter¨ªstico de determinado grupo social, de un pueblo, de un grupo de pueblos o de toda la humanidad. / Patrimonio de conocimientos del que es culto: tener, no tener cultura; una persona de escasa, de gran cultura; hacerse, formarse una cultura; propio de la cultura es provocar nuevas ideas..., formar una clase de ciudadanos m¨¢s educada y c¨ªvica. (Diccionario Zingaretti).
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