"Los jugadores estaban confusos"
Juande atribuye la falta de precisi¨®n madridista al miedo a recibir un gol
La derrota en el Camp Nou, ante el Barcelona, s¨®lo sirvi¨® para estimular la propaganda y a cierto sector del vestuario, famoso por su tendencia al oportunismo populista. El efecto sobre la hinchada fue distinto. Ayer, Chamart¨ªn estaba apagado como en un partido de la pretemporada. La distancia respecto al equipo azulgrana (12 puntos) y la posici¨®n en la tabla clasificatoria (la sexta) aplacaron al p¨²blico, que acudi¨® al estadio en actitud contemplativa. Por momentos, rein¨® un silencio extra?o. La gente estaba un poco de vuelta de todo. Como quien, tras descubrir lo que hay, se siente seguro para emitir un juicio. Ni los tres puntos conseguidos reprimieron al grader¨ªo cuando Juande Ramos, el t¨¦cnico, sustituy¨® a Miguel Torres por Marcelo. Los aficionados pitaron. Juande interpret¨® que la parroquia lo hac¨ªa porque su cambio, ante un Valencia en inferioridad num¨¦rica por la expulsi¨®n de Marchena, era demasiado conservador. Marcelo crey¨® que le pitaban a ¨¦l. Todo es posible. Cualquier cosa puede suceder en los alrededores de este Madrid en busca de rumbo.
"Favorecimos los contraataques del rival", reconoce el t¨¦cnico blanco
"Fuimos superiores hasta la expulsi¨®n de Marchena", resalta Emery
Los jugadores blancos no se quitan el miedo del cuerpo. El ¨²ltimo mes ha propagado la inseguridad en el grupo, que ahora busca asideros. Seg¨²n Juande, esta situaci¨®n les llev¨® a cometer errores, fallos que aumentaron la angustia del equipo ante la imposibilidad de matar el partido. "La responsabilidad era muy grande", explic¨® el sustituto de Bernd Schuster; "recibir un gol y perder dos puntos habr¨ªa sido un contratiempo muy grande. Cada vez que atac¨¢bamos, en nuestra cabeza daba la impresi¨®n de que hab¨ªa m¨¢s preocupaci¨®n por no ceder un gol que por meter el del 2-0. Los jugadores estaban confusos. Oscilaban entre atacar y prevenirse ante un contragolpe del Valencia que les cogiera mal colocados. As¨ª es dif¨ªcil concretar las ocasiones que surgen. Pensando en no llevarnos un gol en contra, no pudimos liquidar el duelo".
Ante la aparente indiferencia de Chamart¨ªn, los madridistas debieron redoblar sus esfuerzos por meterse en la pelea. Ah¨ª estaban otra vez, solos. As¨ª exige la hinchada. Hay silencios que son m¨¢s elocuentes que los cantos y los pitos. Esta atm¨®sfera enrareci¨® el partido y dio m¨¢s valor al coraje de los jugadores, que, sin embargo, se atenazaron ante un Valencia mermado por la expulsi¨®n de Marchena. Las ocasiones se suced¨ªan, pero el pie no respond¨ªa con frialdad. "Se han visto pocos goles para las oportunidades que ha habido", dijo Juande; "el campo tampoco ha ayudado mucho. Perd¨ªamos demasiado pronto la pelota. Nos faltaba precisi¨®n y favorec¨ªamos los contraataques del rival".
Unai Emery, el entrenador del Valencia, fue optimista. A pesar de la derrota, dijo, su equipo supo tomar la iniciativa alrededor de la pelota. "Excepto en los primeros 15 minutos, cuando nos han metido el gol y nos han rematado a un palo, el dominio de la pelota ha sido nuestro", coment¨®. "Hemos sido superiores hasta la expulsi¨®n de Marchena. Hasta ese momento, he tenido la sensaci¨®n de que remontar¨ªamos con la entrada de Silva. El Madrid ha jugado al contragolpe porque tiene gente r¨¢pida, como Robben o Higua¨ªn, capaces de generar peligro sin que el equipo generase mucho f¨²tbol".
El vasco elogi¨® al extremo holand¨¦s. "Contra el Zenit y el Sevilla, Robben volvi¨® a ser el jugador m¨¢s desequilibrante del Madrid. Hoy, lo mismo. Ha estado magn¨ªfico. Ha sido el que m¨¢s ha hecho, el que m¨¢s llegadas de su equipo ha propiciado y el que m¨¢s oportunidades ha generado".
A su vez, Juande disculp¨® el individualismo de su estrella: "Robben disfruta m¨¢s del bal¨®n que el resto. Para poder disfrutar de su f¨²tbol le tenemos que conceder esta libertad".
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