Cuando fuimos paganos
En estas fechas en que ni el camino nos lleva a Bel¨¦n, ni bajamos hasta el valle que nunca cubri¨® ninguna nieve, porropop¨®n, pon, pon, siento nostalgia de paganos tiempos que no vivimos. En tiempos de crisis, de infecci¨®n del esp¨ªritu navide?o, de llamada de vuelta a casa, dan ganas de huir al paganismo. Creer en la loter¨ªa. Llenarse de bondad y pedir justicia cristiana para los pobres ricos. Tambi¨¦n ellos deben tener su oportunidad y poder pasar por el ojo de una aguja, al menos con la misma facilidad que un orgulloso, fam¨¦lico, sediento y pobre camello. Los ricos est¨¢n alarmados por las rebajas de sus riquezas, aturdidos ante sus pir¨¢mides ca¨ªdas y preocupados por sus bolsas caprichosas. Tanto que pueden volver a sus antiguos ritos. A la adoraci¨®n m¨¢gica por el oro, el incienso, la mirra, el petrod¨®lar o el poderoso caballero don dinero. Vieja y renovada fe, con adoradores paganos, precristianos, cat¨®licos o posmodernos.
Los ricos est¨¢n alarmados por las rebajas de sus riquezas, aturdidos ante sus pir¨¢mides ca¨ªdas
Uno de los padres del nuevo paganismo, Andy Warhol, lo tuvo muy claro desde el principio de su carrera. Una amiga le hizo la pregunta clave: "?Qu¨¦ es lo que m¨¢s te gusta?". Y ese d¨ªa empez¨® a pintar dinero. Falsos d¨®lares, pintura pop, para conseguir d¨®lares verdaderos. Comenzaba el regreso de un paganismo feliz, provocador, sin inhibiciones, con exhibiciones, sexo, rock y demasiadas drogas. Renovado paganismo que nos hizo creer que nuestros villancicos eran las canciones de Beatles y Rolling. Despu¨¦s llegaron aquellos malditos que hab¨ªan sido cerdos de la piara del nuevo Epicuro: Warhol, el inclasificable l¨ªder de la Velvet. De aquellos paganismos, de los inicios del pop, habla en sus diarios, hasta ahora in¨¦ditos, y rescatados por la editorial Alfabia, gozosamente pagana.
Una de las sorpresas que guardan esos cotilleos paganos de los felices sesenta es el recuerdo de un joven Mick Jagger, estudiante en la London School of Economics, que acudi¨® a un anuncio donde se ped¨ªa una se?ora de la limpieza. Y encontr¨® trabajo en la casa de la hermana de Jean Shrimpton, conocida por La Gamba, que se enamor¨® de aquel sirviente que le parec¨ªa feo a todos sus amigos. Warhol se encuentra un poco despu¨¦s al "chico feo", en compa?¨ªa de otros modernos londinenses, en uno de los centros del paganismo de anta?o, Manhattan. Eran los principios de los a?os sesenta. Todav¨ªa no hab¨ªan llegado los d¨ªas en que nuestro mejor villancico se llam¨® Satisfaction.
De esos paganismos modernos a los cl¨¢sicos. Luis Antonio de Villena los recupera con su biblioteca de cl¨¢sicos para uso de modernos. Muchos ritos paganos nos recuerdan a las religiosas fiestas navide?as. Dice Ovidio: "En las mesas de los festines, adem¨¢s de vino pueden buscarse otras cosas... Y Venus, despu¨¦s de beber, fue como fuego a?adido al fuego". Feliz Navidad.
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