El rostro del nuevo comunismo
Cayo Lara, l¨ªder de IU, cree que la crisis dar¨¢ otra oportunidad a los valores marxistas
El sol del mediod¨ªa ilumina con luz dura las calles de Argamasilla de Alba, 7.500 habitantes, en el coraz¨®n de La Mancha. Una furgoneta ofrece, a trav¨¦s de potente megafon¨ªa, bolsas de mandarinas a tres euros. El veh¨ªculo circula despacio por el d¨¦dalo de calles de la localidad: Rocinante, Cervantes, Alonso Quijano, Jornaleros, Libertad, Le¨®n Felipe, Rafael Alberti. El callejero de Argamasilla es un homenaje a El Quijote, como cab¨ªa esperarse del lugar donde Miguel de Cervantes situ¨® el domicilio de su personaje universal. Pero conserva tambi¨¦n la huella de sus gobiernos municipales desde los primeros a?os de la transici¨®n: PCE primero, Izquierda Unida despu¨¦s, hasta la llegada del PSOE en 1999. A?os dorados para el comunismo que encontr¨® apoyo en esta localidad manchega de peque?os propietarios agrarios, como explica Cayo Lara, nuevo l¨ªder estatal de Izquierda Unida.
Lara se hizo popular por su batalla frontal contra el desarrollo urban¨ªstico promovido en Sese?a por El Pocero
"Ha cortado carreteras, ha organizado protestas, ha luchado por los trabajadores", dice un amigo de infancia
Lara, nacido en este pueblo hace 56 a?os, fue miembro de los sucesivos gobiernos municipales, que ¨¦l mismo encabez¨® como alcalde entre 1987 y 1999. Las calles y plazas nuevas, producto de la expansi¨®n de las ¨²ltimas d¨¦cadas, se cruzan con las de toda la vida, como la de La Solana, o la calle Ancha, que estuvieron consagradas a figuras franquistas durante los a?os de la dictadura. "Nosotros les devolvimos los nombres que llevaban en la Rep¨²blica en cuanto tuvimos mayor¨ªa absoluta, porque los socialistas se opon¨ªan", comenta el ex alcalde y nuevo rostro de la coalici¨®n.
Nombres nuevos o viejos, el discurso est¨¦tico no var¨ªa mucho en el trazado urbano de Argamasilla. La plaza de la Constituci¨®n, atravesada por la antigua carretera nacional, es un peque?o caos, al que se asoma la Inmobiliaria Lara, cuyo propietario, Antonio Lara, pasa por ser uno de los grandes amigos del l¨ªder. "Crecimos juntos en la calle de ?ngel Doctor. ?ramos un grupo grande, de 10 amigos, y nos seguimos viendo todos los a?os por Navidad desde hace m¨¢s de 40 a?os", cuenta Lara, que, pese al apellido, no tiene parentesco alguno con el l¨ªder de IU. Tampoco le ha seguido en la carrera pol¨ªtica, aunque hay afinidad entre ambos. "De aquel grupo hay gente de izquierdas, de centro y de derechas, y seguimos siendo muy amigos. Ahora, que siempre terminamos las comidas discutiendo de pol¨ªtica", admite. Fotograf¨ªas de grandes promociones de chal¨¦s adosados y del vecino pantano de Pe?arroya decoran las paredes de la inmobiliaria. Un negocio golpeado de lleno por la crisis. "Pens¨¢bamos que Argamasilla iba a ser como una ciudad dormitorio de Tomelloso
[la localidad m¨¢s pujante de la zona, a s¨®lo ocho kil¨®metros de distancia]. Pero los tomelloseros son muy suyos. Aunque un piso aqu¨ª cuesta 30.000 euros menos, no compran nada fuera de su pueblo", se queja el promotor.
Antonio Lara admira a Cayo sin fisuras. Y no es el ¨²nico. En toda la regi¨®n, Cayo es conocido por la batalla frontal que ha dado contra el desarrollo urban¨ªstico de Sese?a, impulsado por Francisco Hernando, El Pocero. Sese?a es, adem¨¢s, uno de los pocos municipios con un alcalde de IU, Manuel Fuentes, que lleg¨® al Consistorio en 2003. Su amigo Antonio valora m¨¢s otras actividades suyas: "Ha cortado carreteras, ha organizado manifestaciones cuando estaba en la COAG [Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos], ha luchado siempre por los trabajadores y por su pueblo. El partido era lo primero; su familia, lo segundo".
Cayo Lara, hijo ¨²nico de Cayo Lara y Carmen Moya, fue un chaval prometedor desde que dej¨® la escuela, a los 13 a?os, para ayudar a su padre, que transportaba alfalfa y garbanzos de una punta a otra de la regi¨®n. Del cami¨®n pas¨® a ayudar en una ferreter¨ªa, en un banco despu¨¦s, fue contable y, finalmente, al volver de la mili, a los 23 a?os, se hizo agricultor. "Cultivaba remolacha y melones en una finca arrendada, pero, vamos, que de eso hace ya much¨ªsimo tiempo, aunque ¨¦l se siga presentando como agricultor". Lo dice un vecino del pueblo que aparenta poca estima por el nuevo l¨ªder de la izquierda.
Cayo es un personaje archiconocido en Argamasilla de Alba, donde naci¨® el 29 de enero de 1952, y en cuyo Ayuntamiento lo ha sido todo: desde concejal en dos legislaturas hasta alcalde entre 1987 y 1999. "Claro, las cosas municipales las conoce al dedillo y por eso, a veces, les da lecciones a los socialistas que gobiernan ahora", dice Cristina Seco, vecina del pueblo y concejal del PP, en estos momentos el primer partido de la oposici¨®n. ?Qu¨¦ tal era como alcalde? "Se pavimentaron las calles, se puso el alumbrado p¨²blico".
Fueron a?os relativamente tranquilos para Lara, padre de dos hijos. Al mayor, nacido un 23-F de hace 25 a?os, licenciado en Empresariales, le llam¨® Olmo. "Es el nombre de un ¨¢rbol y del protagonista de Novecento, una pel¨ªcula que me encanta". Para la hija peque?a, de 21 a?os, estudiante de Historia en Madrid, alguien le sugiri¨® el nombre de Cintia, en honor de una luchadora africana por la igualdad. Dicho y hecho. Cayo Lara admite que la decisi¨®n de aceptar el cargo para el que fue elegido el domingo 14 de diciembre se debati¨® en familia. "Era algo que les deb¨ªa. De mi hijo mayor se ocup¨® sobre todo mi mujer, Juani. Yo estaba en la COAG, en Madrid, la mayor parte del tiempo. Pero cuando naci¨® mi hija peque?a ya era alcalde y estaba mucho m¨¢s tiempo en Argamasilla, y pude reincorporarme a la unidad familiar".
Sab¨ªa que su vida iba a cambiar de la noche a la ma?ana. ?l, que se ha apa?ado durante d¨¦cadas con un viejo Citro?n, tendr¨¢ a su disposici¨®n coche con ch¨®fer de la organizaci¨®n. Adem¨¢s de secretaria y jefe de prensa. Los periodistas le reclaman. Y los ojos de los 50.000 militantes y el mill¨®n escaso de votantes de Izquierda Unida est¨¢n pendientes de ¨¦l. ?Ser¨¢ capaz de cortar la sangr¨ªa de votos que amenaza con borrar del mapa a IU? ?Acabar¨¢ con las feroces guerras internas entre sensibilidades
enfrentadas en la coalici¨®n? De momento, Lara ha pedido austeridad y est¨¢ dispuesto a dar ejemplo. "Vivir¨¦ parte de la semana en Madrid, en un piso que me ha ofrecido un viejo amigo, sabiendo que IU tiene problemas econ¨®micos", cuenta el interesado, sentado en el sof¨¢ de escay de su nuevo despacho de la sede federal en la calle del Olimpo, en Madrid.
Lara, un hombre de estatura media, buena planta, pese al prominente abdomen que la chaqueta de pana beis no logra camuflar, viste zapatos del mismo color, polo azul y pantalones de pana azul marino. Tiene la mirada avispada del cazador que es -"cada vez cazo menos, por falta de tiempo y por la evoluci¨®n personal propia", explica-, el pelo blanco, cortado de forma juvenil, un poco a trasquilones, y ese aire de proximidad que dan casi tres d¨¦cadas de actividad pol¨ªtica en contacto directo con la gente. Habla el lenguaje del sindicalista, pero el timbre de su voz es apacible, y sus soflamas est¨¢n tapizadas de palabras que inducen a la tranquilidad. "Proceso pac¨ªfico", "cambio sereno", "lucha moderada", son los t¨¦rminos habituales de su conversaci¨®n.
"Lo que est¨¢ claro es que el capitalismo no puede resolver los problemas de la humanidad", dice. Por eso, esta crisis, que "es una desgracia", quiz¨¢ ofrezca una salida a la gente. "Puede que nos muestre el camino hacia el socialismo del siglo XXI, un modelo inspirado en el consenso y en las libertades". Porque la ausencia de libertades, reconoce, puede haber sido uno de los grandes fallos del comunismo hist¨®rico. Le asombra lo que est¨¢ pasando. "Hace dos d¨ªas se publicaba que los bancos espa?oles hab¨ªan tenido 19.000 millones de euros de beneficios, y ahora, con la crisis, el Gobierno tiene que meterles 50.000 millones de euros, de tu dinero y del m¨ªo".
Cifras que le parecen escandalosas a un hombre como ¨¦l, acostumbrado a las estrecheces de los 1.500 euros que cobraba como coordinador de Izquierda Unida de Castilla-La Mancha. En este cargo, que ha ocupado desde 2000, Cayo Lara ha vivido en directo un ¨¢spero enfrentamiento con los socialistas regionales. Culpa a Jos¨¦ Bono, factotum de Castilla-La Mancha durante d¨¦cadas, de que IU haya ido cediendo terreno institucional en la comunidad. "Tuvimos la crisis de Nueva Izquierda en 1996. Bono se llev¨® a un mont¨®n de l¨ªderes nuestros y se fueron muchos militantes". El resultado se dej¨® notar en las urnas y en las leyes. "La ley electoral de la comunidad nos penaliza mucho. Tendr¨ªamos que tener el 10% de los votos para lograr un esca?o". Con algo menos de 40.000 votos, en una Castilla-La Mancha con dos millones de habitantes, IU no tiene un solo diputado regional y muy pocos alcaldes. Lara cree que los socialistas mantienen deliberadamente bajo el n¨²mero de esca?os regionales. "Con dos millones de habitantes y cinco provincias, nuestras Cortes s¨®lo tienen 47 esca?os. Los socialistas no quieren m¨¢s partidos en el Parlamento".
La situaci¨®n no es mucho mejor a escala estatal. Izquierda Unida se ha ido desangrando en cada cita electoral. Hasta quedar reducida a dos diputados nacionales. Uno de ellos es Gaspar Llamazares, anterior l¨ªder y due?o todav¨ªa de considerable poder dentro de la coalici¨®n. ?C¨®mo ser¨¢ la relaci¨®n entre ambos? "Cordial, normal. Cayo no es hombre de confrontaci¨®n ni de debate bronco", dice Llamazares en conversaci¨®n telef¨®nica. "Le conozco de sus a?os en la COAG. Tenemos sensibilidades pol¨ªticas diferentes, pero no veo dificultades. Mi disposici¨®n a colaborar es total". No s¨®lo son distintas las sensibilidades, sino las pasiones. Llamazares ama el senderismo; Cayo, la caza en campo abierto. "Desde luego, no me gustar¨ªa ponerme en el punto de mira de su escopeta", bromea el ex coordinador de IU.
Cayo Lara representa el regreso del PCE a la cabina de mando de la coalici¨®n que el propio partido cre¨® en 1986. Aunque el nuevo l¨ªder tiene fama de no ser dogm¨¢tico, sino un comunista moderado. "Eso no lo entiendo. Es un comunista sin m¨¢s. Punto", argumenta Francisco Frutos, secretario general del PCE. "Es un hombre profundamente democr¨¢tico, que ha tenido buena relaci¨®n con Gaspar Llamazares. Y tiene mi total confianza".
"Cayo no tiene enemigos en el partido", confirma Esther Trujillo, concejal de IU en Argamasilla, amiga e hija de amigos del l¨ªder de IU. "Con ¨¦l no se puede uno enemistar. No es fogoso en el debate. Es consecuente. Se cas¨® por lo civil en 1980 y tiene una familia muy normal". Esther le acompa?¨® de regreso a Argamasilla el domingo de su elecci¨®n, agotado pero contento. En el c¨ªrculo familiar fue una fiesta.
"Para nosotros es un orgullo", reconoce Paco, que regenta el bar El Gallo, en el centro del pueblo, donde recala con frecuencia el nuevo l¨ªder de IU. Un local modesto, con puerta de aluminio y cristal, techos bajos y aspecto poco confortable. "De aqu¨ª le gustan los callos y tomarse su ca?ita", dice. El ¨²nico parroquiano presente est¨¢ de acuerdo con el due?o en que su convecino "es un tipo estupendo". "Aunque de chaval estuvo en la OJE [Organizaci¨®n Juvenil Espa?ola], y anda que no ha hecho guardias en el monumento a los ca¨ªdos que tenemos en el pueblo", cuenta el mismo cliente.
Cierto o no, el relato de la conversaci¨®n atraviesa Argamasilla de punta a punta. Horas despu¨¦s, Esther Trujillo, la concejal de IU, llama a la periodista. "Cayo no ha tenido nada que ver nunca con la Falange. Otros, s¨ª". Que conste en acta.
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