Keynes y el cambio clim¨¢tico
La Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE) ha publicado la actualizaci¨®n anual de su estudio de prospectiva energ¨¦tica a 2030, incorporando ya los efectos de la crisis de la econom¨ªa mundial. Para ese a?o estima un crecimiento de la demanda energ¨¦tica mundial del 45% respecto a 2006, siendo los pa¨ªses no-OCDE responsables del 87% de dicho incremento. Este dato, hace no mucho tiempo, se hubiera visto como un s¨ªntoma del crecimiento econ¨®mico mundial y el desarrollo de estos pa¨ªses. Hoy, sin embargo, es una llamada de atenci¨®n sobre los enormes retos y oportunidades que lo acompa?an: las decisiones que se tomen marcar¨¢n el perfil energ¨¦tico y ambiental de los pr¨®ximos 50 a?os y movilizar¨¢n m¨¢s de 26 billones de d¨®lares entre 2007 y 2030 en infraestructuras energ¨¦ticas.
"Las decisiones que se tomen marcar¨¢n el perfil energ¨¦tico y ambiental de los pr¨®ximos 50 a?os"
La cobertura de esta nueva demanda de los pa¨ªses emergentes con arreglo al patr¨®n t¨¦rmico convencional amenazar¨ªa gravemente al sistema clim¨¢tico, con independencia del intenso esfuerzo que debamos hacer los pa¨ªses desarrollados, y supondr¨ªa una notable presi¨®n adicional sobre los precios de las materias primas energ¨¦ticas. Resulta por ello capital fortalecer una acci¨®n global responsable que apueste por un perfil tecnol¨®gico bajo en carbono, donde el ahorro y la eficiencia y las energ¨ªas renovables jueguen un papel protagonista.
Y en este contexto de crisis, la pregunta es si en una situaci¨®n de dificultad econ¨®mica como la actual es prioritario invertir en medidas contra el cambio clim¨¢tico. La respuesta es: s¨ª, imprescindible. Las recetas del G-20 reclaman orden y control en los sistemas financieros; seguridad para bancos y cajas tras una inyecci¨®n de liquidez que garantice su fortaleza; y redescubren a Keynes y el positivo efecto en cadena que pueden tener las inversiones p¨²blicas en infraestructuras, generando empleo y riqueza, y movilizando capacidad de innovaci¨®n.
Pero en la inversi¨®n p¨²blica de hoy el modelo energ¨¦tico es un elemento fundamental del diagn¨®stico del problema y del ¨¦xito en la soluci¨®n. El ahorro, la eficiencia y el cambio de modelo tecnol¨®gico son claves para superar la crisis. Tradicionalmente consideradas estrategias en el medio y largo plazo, hace ya tiempo que se vienen se?alando como prioridades urgentes. Hoy, adem¨¢s, pueden y deben formar parte de las medidas de coyuntura que alimenten la correcci¨®n adecuada para encarrilar un nuevo modelo de desarrollo. Los tres grandes focos de atenci¨®n al respecto son: un cambio de modelo en el transporte, la reinvenci¨®n de nuestros hogares para promover el ahorro de energ¨ªa y un mayor peso de las renovables en edificaci¨®n y, por ¨²ltimo, las infraestructuras energ¨¦ticas.
As¨ª lo ha entendido el reci¨¦n electo presidente de EE UU Barack Obama, quien reitera una y otra vez su firme compromiso en la lucha contra el cambio clim¨¢tico y el cambio de modelo energ¨¦tico. Destaca la promesa de invertir 15.000 millones de d¨®lares al a?o durante la pr¨®xima d¨¦cada en energ¨ªas renovables. Esto permitir¨¢ a la industria estadounidense desarrollarse considerablemente y, m¨¢s pronto que tarde, adelantar a quienes contaron con un marco jur¨ªdico, econ¨®mico y sociopol¨ªtico mucho m¨¢s adecuado los ocho a?os anteriores en el continente europeo.
En Espa?a, una pol¨ªtica energ¨¦tica que impulsa el ahorro y la eficiencia energ¨¦tica y que da un fuerte apoyo a las renovables ha servido para cambiar la tendencia hist¨®rica de nuestra intensidad energ¨¦tica -por primera vez, en los ¨²ltimos tres a?os se ha mejorado en un 7%-, as¨ª como para situarnos entre los l¨ªderes mundiales en e¨®lica y fotovoltaica. Hoy disponemos de una industria potente que se beneficiar¨ªa de la ampliaci¨®n de la demanda mundial de este tipo de soluciones. Sin embargo, existen todav¨ªa barreras que dificultan su pleno aprovechamiento. Probablemente, la m¨¢s relevante es la limitada capacidad de la mayor¨ªa de los pa¨ªses en desarrollo para acoger estas nuevas tecnolog¨ªas con requerimientos de gesti¨®n espec¨ªficos.
Eso hace que cobre especial inter¨¦s el fomento de la cooperaci¨®n internacional. Una cooperaci¨®n que se ha dado en otros frentes: en el nuclear y, m¨¢s recientemente, en las incipientes tecnolog¨ªas de carb¨®n limpio. ?Por qu¨¦ no entonces promover una agencia internacional de cooperaci¨®n en energ¨ªa renovable que, de manera complementaria a la Agencia Internacional de la Energ¨ªa, promueva la capacitaci¨®n, estudio y divulgaci¨®n de estas tecnolog¨ªas? Esta es la intenci¨®n de los promotores de IRENA, la agencia internacional de energ¨ªas renovables, promovida con el firme liderazgo de Espa?a, Alemania y Dinamarca. La agencia se convertir¨¢ en un elemento fundamental que ayudar¨¢ a superar las barreras proporcionando asesor¨ªa para el fomento de las renovables, facilitando la transferencia tecnol¨®gica y promoviendo el desarrollo local de capacidades y asesoramiento en materia de financiaci¨®n.
Nada peor que permanecer ciegos a la evidencia o retrasar aquellas medidas clave para albergar soluciones pr¨®speras a medio plazo y generadoras de inversi¨®n, empleo y riqueza en el corto.
Teresa Ribera es secretaria de Estado de Cambio Clim¨¢tico del Ministerio de Medio Ambiente.
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