Las vidas del mar
4.000 fotograf¨ªas recrean la vida en los puertos a lo largo del siglo XX
Aquella jornada fue como eran todas las faenas en el puerto de Cambados hacia 1950: dur¨ªsima. Las peixeiras se levantaban de madrugada para recibir el pescado fresco de la bajura. Cargadas con hasta 30 kilos de peso en sus patelas, todav¨ªa era de noche cuando echaban a andar para venderlo por la villa, las parroquias y los municipios vecinos. Incluso llegaban hasta O Mosteiro, en Meis, a unos diez kil¨®metros de distancia. El camino de retorno era m¨¢s de lo mismo, porque, mediante el trueque, a cambio de jureles y vieiras recib¨ªan patatas, huevos y verduras que, en muchos casos, revend¨ªan de vuelta a Cambados. No hab¨ªa descanso para las mujeres, quienes ayudaban a sus maridos, casi todos marineros, a poner a punto redes y aparejos y manten¨ªan a su cargo hijos y hogares. Las m¨¢s afortunadas, aqu¨¦llas que pose¨ªan un pedazo de tierra, tambi¨¦n ten¨ªan que trabajar en el campo. El autob¨²s con paradas en O Mosteiro y Barrantes en los 60, cuando el marisco empez¨® a ser un producto apreciado, alivi¨® un poco tanta esclavitud.
Un libro recoge 140 fotos del marinero Jos¨¦ Rodr¨ªguez en Terranova
De ah¨ª que Xenxa, su hermana Lola y su amiga Delfina no recuerden qui¨¦n fue el fot¨®grafo que las retrat¨® en el puerto aquel d¨ªa. Y, sin embargo, sus rostros de veintea?eras sorprendidas y sus patelas bajadas en actitud de espera se han convertido en el s¨ªmbolo de uno de los proyectos m¨¢s importantes para los responsables del Museo do Mar de Galicia, ubicado en Vigo: contar la epopeya de las gentes del mar a trav¨¦s de sus recuerdos fotogr¨¢ficos. Despu¨¦s de recorrer los p¨®sitos de punta a punta durante seis meses, dos t¨¦cnicos del museo han logrado reunir 4.000 instant¨¢neas, ofrecidas por 200 protagonistas y sus familiares en 25 puertos. All¨ª mismo fueron escaneadas antes de ser devueltas a sus due?os, con lo que ese patrimonio ¨ªntimo se convirti¨® en propiedad com¨²n que hasta podr¨¢ dar pie a investigaciones futuras, ya que con cada foto se ha seguido un minucioso proceso de documentaci¨®n referido a nombres, lugares, fechas y actividades. Todas est¨¢n disponibles en la web www.memoriadomar.com.
Las Conseller¨ªas de Pesca y Cultura y la Federaci¨®n Galega de Confrar¨ªas de Pescadores tambi¨¦n se volcaron con la iniciativa que recalar¨¢ tambi¨¦n en varios municipios gallegos. Para A memoria do Mar se seleccionaron unas 40 im¨¢genes. La de las mozas de O Saln¨¦s es la primera, ya en la entrada de la nave. Xenxa todav¨ªa no se lo cre¨ªa, cuando se vio ayer en Vigo "ah¨ª colgada, menos mal que parece firme". Ahora que pasa de los 80, se siente reconfortada por este homenaje que comenz¨® su hijo, el catedr¨¢tico de la Universidade de Santiago de Compostela, Francisco Fern¨¢ndez Rei, quien facilit¨® la famosa foto, repetida por sus protagonistas 60 a?os despu¨¦s en el mismo lugar. Especialista en lengua gallega y en patrimonio mar¨ªtimo, Fern¨¢ndez Rei remarca la dignidad de las gentes del mar: "?ramos pobres, pero honrados".
"La mar fue el campo de batalla del pobre", contaba tambi¨¦n ayer el nigranense Jos¨¦ Rodr¨ªguez, maquinista y barbero en uno de los barcos que faenaban en el caladero de Terranova. Entre 1959 y 1963 hizo 140 instant¨¢neas que reflejan su vida cotidiana en alta mar. Jos¨¦ las tomaba con una sencilla c¨¢mara fotogr¨¢fica que compr¨® en Canad¨¢; para los tiempos presentes es un tesoro que ahora ve la luz en libro, O futuro era inmenso. Es el tercer fruto de un proyecto que continuar¨¢ en el futuro.
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