La apertura a China, entonces y hoy
La apertura de Estados Unidos a China por parte de Richard Nixon y Henry Kissinger en 1971-72 fue un hito hist¨®rico. Menos famoso, pero igual de importante, fue el siguiente paso: el dado por Jimmy Carter hace exactamente 30 a?os al establecer relaciones diplom¨¢ticas plenas entre China y Estados Unidos. Sin esta acci¨®n, anunciada el 15 de diciembre de 1978, las relaciones entre China y Estados Unidos no habr¨ªan pasado de ser una conexi¨®n peque?a y de alto nivel con un plan de acci¨®n limitado.
Cuando dejaron sus cargos en 1977, el presidente Gerald Ford y Kissinger dejaron tras ellos una relaci¨®n incompleta y, por ende, inestable con China. Estados Unidos todav¨ªa reconoc¨ªa a Taiw¨¢n, bajo el nombre de Rep¨²blica de China, como el ¨²nico y leg¨ªtimo Gobierno de China. A partir de 1972, Estados Unidos y China mantuvieron una peque?a "oficina de v¨ªnculos" en sus respectivas capitales, sin reconocimiento diplom¨¢tico completo. Las comunicaciones oficiales eran muy limitadas, y el comercio bilateral anual llegaba a menos de 1.000 millones de d¨®lares anuales (hoy alcanza unos impresionantes 387.000 millones de d¨®lares).
Se cumplen 30 a?os del establecimiento de relaciones, en ¨¦poca de Carter, entre Washington y Pek¨ªn
Deng Xiaoping alumbr¨® la principal relaci¨®n bilateral del mundo
Carter asumi¨® el cargo esperando normalizar las relaciones con China, lo que exig¨ªa hacer que el reconocimiento estadounidense pasara desde Taiw¨¢n al continente. Algunos vieron esto como un simple reconocimiento de la realidad, pero de hecho era un inmenso paso que exigi¨® habilidad diplom¨¢tica y valent¨ªa pol¨ªtica.
Hab¨ªa que encontrar una manera de que Estados Unidos, al tiempo que reconoc¨ªa a China, siguiera tratando con el Gobierno de Taiw¨¢n sin aceptar su pretensi¨®n de representar a China. Y lo que es m¨¢s importante, Estados Unidos ten¨ªa que preservar su derecho a vender armas a Taiw¨¢n. Desde un punto de vista pol¨ªtico, estaba el famoso lobby taiwan¨¦s, uno de los m¨¢s poderosos en Estados Unidos, dominado a¨²n por el ala conservadora de la pol¨ªtica estadounidense.
Encabezado por Barry Goldwater, el Se?or Conservador por antonomasia y aspirante a la nominaci¨®n republicana de 1980, el lobby taiwan¨¦s luch¨® hasta el ¨²ltimo momento contra la normalizaci¨®n de las relaciones entre Washington y Pek¨ªn. Goldwater llev¨® sin ¨¦xito al Gobierno estadounidense ante el Tribunal Supremo para cuestionar la legalidad de la medida adoptada por Carter. En las elecciones presidenciales de 1980, Reagan prometi¨® a medias deshacer la normalizaci¨®n, s¨®lo para abandonar esa postura una vez proclamado ganador.
La saga se desarroll¨® a lo largo de los primeros dos a?os de la Administraci¨®n Carter, completamente fuera de la vista del p¨²blico, excepto por dos importantes viajes a China, uno del secretario de Estado, Cyrus Vance, y el otro del Asesor de Seguridad Nacional, Zbigniew Brzezinski. Incre¨ªblemente, quienes participamos en el proceso (en ese entonces yo era secretario de Estado adjunto para Asuntos de Asia del Este y el Pac¨ªfico) pudimos manejar nuestras intensas negociaciones absolutamente en secreto.Los chinos exig¨ªan una completa interrupci¨®n de todos los v¨ªnculos oficiales entre Taiw¨¢n y Estados Unidos, incluidas la venta de armas. Sabiendo que un paso as¨ª ser¨ªa tremendamente contraproducente en Estados Unidos, buscamos una f¨®rmula para proseguir con los contactos oficiales y las ventas de armas a Taiw¨¢n incluso despu¨¦s de quitarles el reconocimiento y poner fin al tratado de seguridad mutua ratificado durante los a?os de Eisenhower.
No hay precedentes de esto en las leyes estadounidenses ni internacionales. Bajo la asesor¨ªa del ex fiscal general de Eisenhower, Herbert Brownell, los abogados del Departamento de Estado redactaron la Ley de Relaciones con Taiw¨¢n, una ley como ninguna otra en la historia de Estados Unidos, que permiti¨® a Estados Unidos hacer negocios con Taiw¨¢n, incluidas las ventas de armas, sin reconocimiento diplom¨¢tico.
Pero cuando explicamos a Pek¨ªn por qu¨¦ esto era necesario para reconocerlos, sus dirigentes dieron marcha atr¨¢s. Quer¨ªan el comercio y los dem¨¢s beneficios del reconocimiento, lo que habr¨ªa beneficiado a ambas naciones en aquellos d¨ªas de la Guerra Fr¨ªa, cuando China era notablemente hostil a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, con la que casi hab¨ªa entrado en guerra hac¨ªa unos cuantos a?os. Sin embargo, Taiw¨¢n segu¨ªa siendo un obst¨¢culo enorme y aparentemente imposible de superar.
El paso adelante ocurri¨® a fines de 1978 y su momento fue cuidadosamente elegido por Carter para que fuera posterior a las elecciones legislativas de mitad del mandato presidencial. El factor m¨¢s importante de este hito fue probablemente el surgimiento de Deng Xiaoping como nuevo l¨ªder chino. (Mao hab¨ªa muerto en 1976).
Deng, que hab¨ªa sido obligado a usar un gorro de burro y hacerse p¨²blica autocr¨ªtica durante la locura de la Revoluci¨®n Cultural, hab¨ªa logrado el mejor retorno posible al poder y en 1978 logr¨® finalmente acumular suficiente poder como para llegar a un acuerdo con Estados Unidos: China no "aceptar¨ªa" las ventas de armas estadounidenses u otras actividades relacionadas con Taiw¨¢n, pero de todos modos seguir¨ªa adelante con la normalizaci¨®n. Fue un ejemplo cl¨¢sico del estilo negociador chino: firmes en cuanto a principios, flexibles en aspectos espec¨ªficos.
Dejo mucho afuera, ya que se trat¨® de una negociaci¨®n muy complicada, pero esto fue lo esencial. En enero de 1979, Deng hizo su hist¨®rico viaje a Estados Unidos, que comenz¨® con una cena privada en la casa de Brze-zinski y tuvo su punto m¨¢s alto en la cena de Estado m¨¢s codiciada de los a?os Carter (tambi¨¦n fue notable por ser la primera visita de Richard Nixon a Washington despu¨¦s de su renuncia; me sent¨¦ en la mesa de Nixon y conservo un men¨² que todos firmaron esa noche).
En la casa de Brzezinski, Deng habl¨® de sus sue?os de una China que sab¨ªa que no iba a poder ver en lo que le restaba de vida. Cre¨ªa que China pod¨ªa superar de golpe los a?os que hab¨ªa perdido, pero s¨®lo con apoyo estadounidense. Estaba preparado para contener a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, e incluso dispuesto a acceder a instalar en territorio chino puestos secretos de seguimiento de las trayectorias de los misiles rusos.
Deng previ¨® con precisi¨®n un vasto intercambio de estudiantes, tecnolog¨ªa moderna y comercio entre ambos pa¨ªses. M¨¢s que ninguna autoridad estadounidense, anticip¨® lo que se lograr¨ªa con una apertura de China a Estados Unidos. Pero ni siquiera ¨¦l podr¨ªa haber imaginado por completo lo que se desencaden¨® con el anuncio del 15 de diciembre de 1978: nada menos que la m¨¢s importante relaci¨®n bilateral del mundo actual.
? Project Syndicate, 2008.
Traducci¨®n de David Mel¨¦ndez Tormen.
Richard Holbrooke era secretario de Estado adjunto para Asuntos del Este Asi¨¢tico y el Pac¨ªfico en tiempos de la normalizaci¨®n de relaciones entre EE UU y China.
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