Los ni?os perdidos del franquismo
La Acci¨®n Social de la Falange y la Iglesia desempe?aron un papel muy importante en una poco conocida 'depuraci¨®n' de la raza por la que se robaron miles de ni?os, hijos de padres asesinados y madres 'rojas'
Una de las sorpresas que me encontr¨¦ a la vuelta de un largo exilio fue el ver que mis estudiantes (gente joven, despierta y curiosa intelectualmente, horrorizados por las barbaridades realizadas por las dictaduras chilenas y argentinas -tales como el robo de ni?os de padres asesinados por aquellas dictaduras-) desconoc¨ªan que todos aquellos horrores hab¨ªan ocurrido tambi¨¦n en Espa?a durante la dictadura franquista, incluyendo el robo de ni?os de madres republicanas asesinadas por el Ej¨¦rcito golpista. Recordar¨¦ siempre su respuesta al excelente documental de la televisi¨®n catalana Els nens perduts del franquisme, de Montse Armengou y Ricard Belis, que documentaba tales robos durante la dictadura. Al entrar en el aula al d¨ªa siguiente de haberse proyectado tal documental, not¨¦ un silencio ensordecedor. Los estudiantes estaban sorprendidos, avergonzados e indignados de que se les hubiera ocultado parte de la historia de su pa¨ªs. Sab¨ªan lo que hab¨ªa ocurrido en Argentina y Chile, pero desconoc¨ªan lo que hab¨ªa ocurrido en Espa?a.
En contra de lo que se ha dicho y escrito, el r¨¦gimen militar de Franco era racista
Se requiri¨® que a las madres 'rojas' se les quitaran los infantes para evitar su degeneraci¨®n
Fue as¨ª como pude explicarles que no s¨®lo lo que hab¨ªa ocurrido en aquellos pa¨ªses, sino incluso muchas de las cosas que hab¨ªan ocurrido en la Alemania nazi, se hab¨ªan dado tambi¨¦n en Espa?a. En realidad, parte de los experimentos realizados por la Gestapo en los campos de concentraci¨®n nazis se hab¨ªan iniciado en Espa?a bajo la supervisi¨®n de la misma Gestapo. (Ver Michael Edwards A time of silence. Civil War and the Culture of Repression in Franco's Spain. 1936-1945. Cambridge University Press, 1998). No se lo pod¨ªan creer. ?C¨®mo es que nadie se lo hab¨ªa contado? Y as¨ª se lo expliqu¨¦.
En contra de lo que se ha dicho y escrito, el r¨¦gimen militar liderado por el general Franco era racista. Los militares golpistas se consideraban parte de una raza hisp¨¢nica superior (el d¨ªa nacional se llamaba el d¨ªa de la Raza), superioridad que le otorgaba el derecho de conquista y sometimiento sobre otras razas inferiores, entre las cuales inclu¨ªan la raza de los republicanos rojos (t¨¦rmino utilizado por la dictadura hacia aquellas poblaciones que se opusieron al golpe militar y a la dictadura). El ide¨®logo de tal doctrina era el militar psiquiatra Vallejo N¨¢jera, que dirig¨ªa los Servicios Psiqui¨¢tricos del Ej¨¦rcito. Parte de su formaci¨®n hab¨ªa tenido lugar en Alemania, habiendo estudiado las teor¨ªas racistas nazis de las cuales era un ferviente admirador. Su interpretaci¨®n de la raza, sin embargo, conten¨ªa un fuerte componente pol¨ªtico-cultural y psicol¨®gico m¨¢s que ¨¦tnico, aunque inclu¨ªa elementos antisem¨ªticos en su definici¨®n. Fue nombrado por el dictador director del Gabinete de Investigaciones Psicol¨®gicas con el objetivo de estudiar la raza espa?ola y su superioridad, con la intenci¨®n de purificarla eliminando cualquier forma de contaminaci¨®n que diluyera su pureza. Sus teor¨ªas quedaban reflejadas en sus libros, incluyendo Eugenesia de la Hispanidad y regeneraci¨®n de la raza, en el que defin¨ªa raza como esp¨ªritu. "La raza es esp¨ªritu. Espa?a es esp¨ªritu. La Hispanidad es esp¨ªritu... Por eso hemos de impregnarnos de Hispanidad... para comprender nuestras esencias raciales y diferenciar nuestra raza de las extra?as". Este esp¨ªritu lo defin¨ªa como "militarismo social, que quiere decir orden, disciplina, sacrificio personal, puntualidad en el servicio, porque la redoma militar encierra esencias puras de virtudes sociales, fortaleza corporal y espiritual". Y para mejorar la raza era necesaria "la militarizaci¨®n de la escuela, de la Universidad, del taller, del caf¨¦, del teatro, de todos los ¨¢mbitos sociales". Su purificaci¨®n de la raza inclu¨ªa el resurgimiento de la Santa Inquisici¨®n en contra de las personas que consideraba antipatri¨®ticas, anticat¨®licas y antimilitares que corromp¨ªan la raza espa?ola. Afirm¨® que parte del problema racial de Espa?a era que hab¨ªa demasiados Sanchos Panzas (f¨ªsico redondeado, ventrudo, sensual y arribista), y pocos Don Quijotes (casto, austero, sobrio e idealista), personajes imbuidos en un militarismo, identificando la cultura militar como la m¨¢xima expresi¨®n de raza superior. (Para expansi¨®n de este an¨¢lisis, ver el excelente libro de Enrique Gonz¨¢lez Duro Los Psiquiatras de Franco. Los rojos no estaban locos. Pen¨ªnsula, 2008).
Vallejo N¨¢jera ten¨ªa un gran desprecio para las personas corrientes y cre¨ªa que la sociedad moderna necesitaba de una "minor¨ªa selecta... con esp¨ªritu aristocr¨¢tico... imbuido en una misi¨®n especial de salvar al pa¨ªs y a la raza". Era tambi¨¦n profundamente anti-mujer, considerando que "las hembras no estaban facultadas para la lectura de libros". Desaconsejaba a las ni?as que leyeran libros excepto los de car¨¢cter religioso, y alertaba que la debilidad mental de las mujeres las hac¨ªa especialmente vulnerables al marxismo, el m¨¢ximo exponente del deterioro de la sociedad. Hablaba del marxismo como de una peste transmitida a partir de los centros urbanos, los centros industriales de la costa de Espa?a.
Vallejo N¨¢jera estableci¨® un campo de experimentaci¨®n en M¨¢laga, "M¨¢laga que ha importado toda clase de ideas", ciudad costera que ¨¦l consideraba proclive a tal enfermedad. En aquel campo hizo todo tipo de experimentos, asesorado por agentes de la Gestapo, incluyendo un estudio de 40 malague?as, milicianas republicanas, consideradas todas ellas como "casos de anormalidad ps¨ªquica, exaltadas por sentimientos pasionales... que se sumaron al saqueo para satisfacer impunemente rencores y venganzas personales". Dentro del campo de concentraci¨®n agrupaba a los rojos en varias categor¨ªas, siendo una de ellas (considerada de las m¨¢s degeneradas) las mujeres marxistas y catalanas. Fue en estos campos de concentraci¨®n donde se realizaron tales estudios que generaron la informaci¨®n de la que Vallejo- N¨¢gera conclu¨ªa que el marxismo era la m¨¢xima forma de patolog¨ªa mental, siendo "el marxismo espa?ol una mezcla judeo-mas¨®nica que la distingue del marxista extranjero, semita puro".
Tal se?or no era una figura menor en el edificio ideol¨®gico del Ej¨¦rcito franquista y del r¨¦gimen militar que estableci¨®. Sus teor¨ªas se transformaron en la ideolog¨ªa del r¨¦gimen. Eran profundamente racistas, contraponiendo la raza espa?ola (que se caracterizaba por su masculinismo, canto a la fuerza f¨ªsica, nacionalismo extremo y un profundo catolicismo) a la raza roja inferior, compuesta de subdesarrollados mentales, psic¨®patas y degenerados, contaminados por un marxismo, juda¨ªsmo y masonismo al cual eran vulnerables las clases populares por su subdesarrollo mental.
Tal inferioridad de raza pod¨ªa corregirse, sin embargo, a la temprana edad de la infancia. De ah¨ª que se requiriese que a las madres rojas se les quitaran los infantes para evitar su contaminaci¨®n y degeneraci¨®n. La Acci¨®n Social de La Falange y la Iglesia jugaron un papel muy importante en esta depuraci¨®n de la raza "salvando" a los infantes de tal patolog¨ªa que pod¨ªa transmitirse de madres a hijos. Tales robos eran frecuentemente hechos para el beneficio de parejas afines al r¨¦gimen que deseaban tener ni?os. Miles de ni?os fueron sustra¨ªdos de sus madres rojas.
Esta pol¨ªtica de robos era, tal como escribe Enrique Gonz¨¢lez Duro, pol¨ªtica del Estado. El Ministerio de Justicia ten¨ªa como responsabilidad robar (el t¨¦rmino que se utilizaba era recoger) a todos los hijos de los asesinados, encarcelados o desaparecidos, a fin de "liberarles de la miseria material y moral que supon¨ªa su distanciamiento del nuevo Estado espa?ol". En 1943 los hijos de presos bajo tutela del Estado eran 12.043.
Estos hechos se han ocultado al pueblo espa?ol. El documental Els nens perduts del franquisme, ampliamente galardonado internacionalmente, ha sido mostrado en la televisi¨®n s¨®lo en Catalu?a, en el Pa¨ªs Vasco y en Andaluc¨ªa (a la 1 de la madrugada). Recientemente se hizo una presentaci¨®n de una versi¨®n abreviada en TV2. Por lo dem¨¢s no se ha presentado en ninguna otra televisi¨®n, sea p¨²blica o privada, contribuyendo al olvido de los horrores de aquella dictadura cuyo conocimiento es muy escaso en nuestro pa¨ªs, y que el auto del juez Garz¨®n hubiera podido ayudar a remediar. Su retiro del caso ha aumentado las posibilidades de que aquel horror contin¨²e desconoci¨¦ndose.
Vicen? Navarro es catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad Pompeu Fabra.
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