El golpe triunfa en Guinea Conakry
El Gobierno en pleno jura fidelidad al capit¨¢n Moussa Dadis Camara, que se autoproclama presidente
El golpe de Estado puesto en marcha en Guinea Conakry hace cinco d¨ªas culmin¨® ayer con el juramento de fidelidad del Gobierno en pleno al nuevo hombre fuerte del pa¨ªs: el capit¨¢n Moussa Dadis Camara, autoproclamado presidente y sucesor de Lassana Cont¨¦, que muri¨® el pasado lunes por enfermedad tras 24 a?os en el poder. El primer ministro, Ahmed Tidiane Souar¨¦, se reuni¨® con el jefe de la Junta, quien le hab¨ªa solicitado su ayuda. "Estamos a su entera disposici¨®n", le dijo. "Le damos las gracias por su sabidur¨ªa, se?or presidente". El nuevo presidente ha asegurado que el golpe es "una transici¨®n hacia unas elecciones libres y transparentes", despu¨¦s de las cuales regresar¨¢n "a los cuarteles".
Poco se conoc¨ªa hasta ahora del capit¨¢n Camara, en la cuarentena, que pas¨® brevemente por la universidad antes de integrarse en el Ej¨¦rcito, donde lleg¨® a encargarse de la intendencia de hidrocarburos. Ahora est¨¢ al frente del autodenominado Consejo Nacional para la Democracia y el Desarrollo, en el que figuran 26 militares y seis civiles.
El golpe en Guinea Conakry, primer productor mundial de bauxita (mineral esencial en el aluminio), ha generado mucha inquietud, por tratarse de un pa¨ªs en el que las tres etnias mayoritarias se disputan el poder. La ONU, la Uni¨®n Africana, la UE y EE UU exigen a los golpistas el respeto de la legalidad, mientras que grupos de soldados patrullan por las calles. Los golpistas se han acantonado en la principal base del pa¨ªs, la Yaya Diallo de Conakry. Guinea ha tenido dos presidentes en su historia: Seku Tur¨¦, que falleci¨® en 1984, y Lassana Cont¨¦.
Tres etnias mayoritarias pugnan ahora por el poder. Los fula, que representan el 40%, originalmente n¨®madas y pastores, controlan gran parte de la econom¨ªa; los malinkas, un 30%, mayoritarios en las Fuerzas Armadas, y los susu, un 20%, granjeros y comerciantes. El primer presidente, el que independiz¨® Guinea de Francia en 1958 (la primera colonia africana que se separ¨® de Par¨ªs de forma traum¨¢tica: en un refer¨¦ndum que Charles De Gaulle no esperaba perder) era malinka; Cont¨¦, era susu. Ser¨ªa pues el turno de un fula, pero la divisi¨®n interna en esta etnia que se extiende por ?frica occidental, impide su acceso al poder. Hay una sima que los divide: los que descienden de esclavos y los que no.
Los analistas africanos llevan a?os prediciendo que, tras la muerte del aut¨®crata Cont¨¦, enfermo de diabetes, habr¨ªa un golpe de Estado o una guerra civil ¨¦tnica, como la de Liberia de Charles Taylor en los a?os noventa. El futuro inmediato de sus vecinos, Sierra Leona, Liberia y Costa de Marfil dependen en gran parte de la senda que escoja Guinea. Son cuatro pa¨ªses unidos por su destino.
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