Bolonia: es el dinero, est¨²pido
La financiaci¨®n de las universidades no llega para poner en marcha en Espa?a la reforma europea - El endeudamiento total es bajo, aunque 10 centros tienen d¨¦ficit
No tienen suficientes recursos para el cambio que se les pide, algunas comunidades aut¨®nomas les han recortado o congelado su presupuesto, deben poner en marcha numerosos m¨¢steres que les cuestan caros, los alumnos pagan el 12% de media de lo que cuestan realmente sus estudios y tienen muchos t¨ªtulos con pocos alumnos que les cuesta una millonada mantener. La escasez de la financiaci¨®n para docencia e investigaci¨®n tiene much¨ªsimo que ver con los problemas que est¨¢n sufriendo las universidades p¨²blicas y con el conflicto por la puesta en marcha de la reforma de Bolonia. "Es la econom¨ªa, est¨²pido", se dec¨ªa en el seno de la campa?a electoral de Bill Clinton de 1992, en la que se enfrent¨® a George H. W. Bush (padre), que le llev¨® a convertirse en presidente de Estados Unidos. La frase se ha popularizado para remarcar un aspecto que se considera esencial. Es cierto que en el caso de la aplicaci¨®n de Bolonia el problema no es s¨®lo el dinero, pero s¨ª es el primer escollo.
La plantilla de profesorado no est¨¢ ajustada a las necesidades
La inversi¨®n p¨²blica respecto al PIB apenas ha crecido en una d¨¦cada
?ste es el panorama: la plantilla de profesorado no est¨¢ ajustada a la demanda en muchas titulaciones, no hay suficiente flexibilidad legal para la movilidad de docentes entre ramas de conocimiento y universidades, y el dinero que se da para proyectos de investigaci¨®n no cubre los gastos complementarios para ejecutarlos. Esto hace, parad¨®jicamente, que las universidades que m¨¢s investigan est¨¦n expuestas a un mayor d¨¦ficit.
Ante esta situaci¨®n, los expertos en econom¨ªa de la educaci¨®n advierten que malamente se pueden poner en marcha los principales objetivos de modernizaci¨®n que incluye la Declaraci¨®n de Bolonia, como el cambio a un modelo de aprendizaje (en el que los docentes deben hacer mayor seguimiento del alumno en horas de tutor¨ªa) y establecer nuevos m¨¢steres, que son caros. Y tampoco el objetivo del Gobierno (para lo que se cre¨® el nuevo Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n, al que pertenecen las universidades) de fomentar la investigaci¨®n y la transferencia de sus resultados a las empresas con el fin ¨²ltimo de cambiar el modelo econ¨®mico de Espa?a del ladrillo y el turismo por la inversi¨®n en investigaci¨®n.
Las cifras hablan en contra de todo esto. En primer lugar, el esfuerzo inversor realizado por Espa?a en la ¨²ltima d¨¦cada no se corresponde con el de los Quince, que es el modelo. Espa?a destina a la Universidad el 1,03% de su PIB, de los que la financiaci¨®n p¨²blica representa la inmensa mayor¨ªa, el 0,91%, seg¨²n el informe de la Conferencia de Rectores La Universidad en cifras. Sin embargo, la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) eleva la cifra total que destina el pa¨ªs a todas las instituciones de educaci¨®n superior al 1,1% del PIB.
En la UE de los 15, la media de inversi¨®n, p¨²blica y privada, se sit¨²a en el 1,3% del PIB. Suecia o Finlandia ya invert¨ªan en 1996 m¨¢s del 1,5% de su PIB.
Pero lo que refleja que Espa?a no est¨¢ haciendo una apuesta por la Universidad son los datos sobre el esfuerzo p¨²blico. Revelan que en los ¨²ltimos diez a?os, ¨¦ste no ha crecido apenas. En 1995, se destinaba el 0,8% del PIB al sistema p¨²blico de universidades, diez a?os despu¨¦s, el 0,9%, seg¨²n la OCDE.
"Hay que apostar por el cambio de modelo de aprendizaje que exige Bolonia, para lo que hay que aumentar la inversi¨®n. Para reducir la diferencia con la UE de los 15 no se puede seguir haciendo el mismo esfuerzo que hace una d¨¦cada. Si se quiere cambiar el modelo es necesario poner m¨¢s dinero p¨²blico", advierte el profesor de Econom¨ªa de la Universidad de Ja¨¦n, Juan Hern¨¢ndez Armenteros, que ha sido gerente de este centro durante 14 a?os y director de los informes La universidad espa?ola en cifras para la Conferencia de Rectores.
Las universidades p¨²blicas tienen el 88% de peso en el sistema educativo (en n¨²mero de t¨ªtulos que ofrecen, de demanda, de titulados y de financiaci¨®n). Los ¨²ltimos datos cerrados son del curso 2006-2007, pero apenas hay variaci¨®n desde entonces. Estos centros ofrecen 2.790 t¨ªtulos de Grado, hay 1,27 millones de estudiantes y se titulan cada curso alrededor de 165.000 estudiantes. Para todo ellos disponen de una financiaci¨®n de 8.927 millones de euros (de los cuales 8.369 son de las p¨²blicas presenciales), seg¨²n los ¨²ltimos datos cerrados, de 2006. Las privadas representan el 11,8% de la financiaci¨®n de la universidad espa?ola, con 1.194 millones. Juntando ambas, Espa?a invierte en sus universidades el 1,03% de su PIB.
Seg¨²n concluy¨® ese informe elaborado por el Consejo de Universidades, hace falta incrementar la financiaci¨®n 2.733 millones de euros, de los que el 80% deber¨ªa provenir de las administraciones p¨²blicas y el resto de financiaci¨®n privada (como, por ejemplo, mediante el aumento de los contratos de investigaci¨®n). Este estudio tambi¨¦n sugiere una distribuci¨®n de los recursos de forma que el 1% del PIB vaya para docencia y el 0,5% para investigaci¨®n. De los 2.733 millones, 1.000 estar¨ªan relacionados con la adaptaci¨®n del Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior.
"El principal problema es que no se saben exactamente los costes. Hay que redefinir el modelo docente, los gastos de los m¨¢steres y los complementarios de la investigaci¨®n. Entonces se sabr¨¢ lo que necesitamos exactamente", dice el catedr¨¢tico de Bioqu¨ªmica y Biolog¨ªa Molecular de la Universidad de Barcelona Enric Canela, quien fue uno de los miembros de la comisi¨®n del Consejo de Universidades que analiz¨® la situaci¨®n financiera del sistema. ?sta es la prioridad en la que todos coinciden.
Aparte est¨¢ la falta de flexibilidad en la movilidad del profesorado. Esto es complejo, coinciden todos los expertos. Mover a los docentes y al alumnado para racionalizar el sistema seg¨²n la demanda y seg¨²n el n¨²mero de profesores con los que se cuenta es casi un imposible. Requerir¨ªa tantas becas, pagar alojamientos, traslados, y que, adem¨¢s, las universidades y los departamentos, sobre todo, accedieran a compartir t¨ªtulos. Lo que no quiere decir que no se pueda hacer en algunos casos, entre campus situados en grandes ciudades, por ejemplo. Esa flexibilidad ayudar¨ªa mucho a mejorar el sistema. El Gobierno planea, de hecho, permitir la movilidad del profesorado entre universidades durante cinco a?os, algo que ya se ver¨¢ si tiene adeptos.
Adem¨¢s, el profesorado en Espa?a est¨¢ muy especializado, lo que hace dif¨ªcil que se mueva a otras titulaciones. Bolonia introduce otro concepto de ense?anza en la que el alumno es el que manda. Es decir, hasta ahora el profesor trabaja 1.500 horas al a?o de media, incluidas tutor¨ªas a las que a veces no va nadie. Con Bolonia, esas tutor¨ªas son obligatorias, forman parte de los cr¨¦ditos del alumno. Esto impide a los docentes usar esas horas (las mismas que ahora en total, m¨¢s o menos) para otros fines, como preparar clases o incluso para investigar, como hacen algunos.
Volviendo a los datos, aunque la inversi¨®n respecto al PIB deja mucho que desear, otra cosa es el endeudamiento de los centros superiores p¨²blicos. De acuerdo con los datos de 2006, las universidades deben en total 1.396 millones, lo que representa un endeudamiento respecto a su presupuesto de un 16,6% (en 1996 era del 13%). "No hay un endeudamiento preocupante del sistema en general; otra cosa es que algunas universidades o comunidades s¨ª tengan dificultades", explica Hern¨¢ndez Armenteros. S¨®lo como referencia: el endeudamiento de Espa?a ronda el 34% del PIB y el Tratado de Maastricht permit¨ªa hasta el 60%.
Las universidades que est¨¢n en n¨²meros rojos (es decir, con d¨¦ficit en sus operaciones no financieras por variados motivos) son 10. De ellas, est¨¢n en una situaci¨®n menos dr¨¢stica las de Valladolid (1,85%), Barcelona (3,82%), Girona (3,07%), Polit¨¦cnica de Catalu?a (3,00%), Alcal¨¢ de Henares (7,53%) y UNED (0,89%). Pero hay cuatro -Zaragoza (2,73%), Burgos (2,45%), Le¨®n (2,67%) y Salamanca (0,22%)- que se encuentran en una situaci¨®n de d¨¦ficit "preocupante", ya que tienen lo que se llama "ahorro negativo". Esto quiere decir que los recursos que generan ni siquiera cubren sus gastos de personal y funcionamiento. Algunos centros (como la Polit¨¦cnica de Catalu?a o la de Barcelona) tienen d¨¦ficit, sobre todo, porque hacen m¨¢s investigaci¨®n para la que no reciben suficientes recursos.
En este ¨²ltimo aspecto es en el que m¨¢s financiaci¨®n hace falta, sobre todo para el mantenimiento de los proyectos. Las universidades p¨²blicas ingresan 1.100 millones de euros (seg¨²n datos de 2006) por la actividad investigadora que realizan.
Tambi¨¦n hay muchas diferencias entre comunidades en el gasto por alumno. Pero en este an¨¢lisis hay que tener en cuenta que hay autonom¨ªas con muchas universidades (como Madrid o Catalu?a) y otras con una. La media de Espa?a es de 5.709 euros por estudiante. La que m¨¢s se gasta es Navarra (8.200 euros por estudiante) en 2006, seguida de Cantabria (6.800), Catalu?a, Arag¨®n y Pa¨ªs Vasco (6.700, todas ellas). Las que menos, Extremadura (4.300), Baleares (4.800), Andaluc¨ªa (4.900) y Galicia (4.900).
Si la racionalizaci¨®n de la oferta de carreras deber¨ªa ir acompa?ada de un considerable aumento de las becas de movilidad, qu¨¦ decir de los m¨¢steres. Si adem¨¢s tienen que ser a precios p¨²blicos, como demandan los alumnos para que no se discrimine a los que tengan menos recursos econ¨®micos, (esto es, que cueste como un curso de un Grado), dif¨ªcilmente el sistema podr¨¢ asumir una oferta elevada. Tambi¨¦n hay que tener en cuenta que en los Grados puede haber un centenar de alumnos, pero los m¨¢steres no contar¨¢n con m¨¢s de 40 o 50, lo que hace a¨²n menos rentable su mantenimiento.
Los datos que maneja Hern¨¢ndez Armenteros revelan que se tiende a ofrecer un m¨¢ster por cada dos t¨ªtulos de Grado, lo que es insostenible en el tiempo, apuntan todos los expertos consultados, y los propios datos. Calero expone un razonable an¨¢lisis de la situaci¨®n que se avecina: "No pueden costar lo mismo todos. Hay tres tipos: los que se necesita realizar para hacer luego un doctorado, que ya pr¨¢cticamente no se pagan (porque los alumnos est¨¢n becados y tienen contratos con la universidad que les eximen de ello); luego est¨¢n los que son obligatorios para ejercer una profesi¨®n (el de profesor de instituto, las ingenier¨ªas que se denominaban superiores que pasan a ser m¨¢steres o el necesario para ejercer como abogado), que deben tener precios p¨²blicos, como el de un curso de Grado, y finalmente est¨¢n los de adquisici¨®n de conocimientos. "Es absurdo hacer estos ¨²ltimos antes de ejercer una profesi¨®n, y pueden tener precios muy diferentes, seg¨²n de qu¨¦ se trate".
Este experto concluye echando abajo un mito: que no se va a encontrar trabajo sin un m¨¢ster. "No es verdad. El t¨ªtulo de Grado es suficiente para salir al mercado. S¨®lo hay que hacer un m¨¢ster cuando tiene sentido ampliar conocimientos cuando se tiene muy claro en qu¨¦ se necesitan m¨¢s conocimientos".
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