Al estilo de las viejas casas de comidas
CASA NARCISA, un nuevo establecimiento, en el paseo de la Castellana de Madrid, de una cadena que apuesta por las recetas sencillas y tradicionales
Antes de que se acentuara la declinante situaci¨®n econ¨®mica, la familia Tejedor hab¨ªa consolidado un modelo de negocio ideal para tiempos de crisis: recetas sencillas de corte tradicional, elaboradas con productos de calidad a precios razonablemente sensatos. A los seis establecimientos que el grupo mantiene abiertos en Madrid se acaba de sumar uno nuevo que potencia, en versi¨®n contempor¨¢nea, el estilo de las viejas casas de comidas.
Se trata de un restaurante distribuido en dos plantas, con capacidad para 225 comensales, aislado ac¨²sticamente del bullicio de La Castellana, que casi desde su inauguraci¨®n llena en todos los turnos ajeno a los problemas de baja ocupaci¨®n que afectan a la hosteler¨ªa. Y eso a pesar de que ni las atenciones a los clientes ni la propia cocina dan la talla como en el resto de sus locales, como si sus responsables contemplaran con indiferencia el rodillo de un ¨¦xito al que ya est¨¢n acostumbrados. Lo acusa el personal de servicio, que, bajo la direcci¨®n de Juan Carlos Camu?as, se trastabilla con frecuencia desbordado por el frenes¨ª de la sala, vierte los vinos y el agua con energ¨ªas desmesuradas o se olvida de retirar en su momento cubiertos y copas. Y lo reflejan los platos, pr¨®digos en grasas, en los que abundan los rebordes de aceite como si semejante hip¨¦rbole cal¨®rica los hiciese a¨²n m¨¢s aut¨¦nticos. Ni siquiera la carta, est¨¦ticamente desfasada, resulta aceptable: recoge 68 especialidades numeradas al estilo de los restaurantes chinos, ilustradas con fotograf¨ªas bastante malas y vi?etas de Mingote.
CASA NARCISA
PUNTUACI?N: 5,5
Direcci¨®n: Castellana, 254. Madrid. Tel¨¦fono: 913 23 80 72. Web: www.grupolamaquina.es. Cierra: domingos por la noche. Precios: entre 50 y 60 euros por persona. Especialidades: Salpic¨®n de marisco, 16,90 euros. Fabada asturiana, 15 euros, Cochinillo asado, 19,50 euros. Torrijas, 5,50 euros.
Casa Narcisa recuerda m¨¢s a un bar con mesas bien puestas que a un restaurante. Es l¨®gico que en un contexto tan confuso se prodiguen los dientes de sierra. Resulta discreta la ensaladilla rusa, mucho menos acertada que en otros puntos de la cadena; algo ins¨ªpido el pulpo a la brasa y delicado el salpic¨®n de marisco, al que ennoblece un gran vinagre. L¨¢stima que la morcilla de Burgos frita con pimientos se vea perjudicada por un aceite reutilizado en exceso, pecado impropio de la casa. De lunes a viernes se ofrece un plato de cuchara, lentejas, cocido o alubias con perdiz, entre otros. Est¨¢ muy conseguido el marmitako de bonito, a pesar de elaborarse fuera de temporada, y desluce la fabada, correcta, que llega a la mesa cubierta por un espejo de grasa. Defecto que se repite en los callos a la asturiana y al que no escapan los calamares en su tinta ni las alb¨®ndigas guisadas. ?Acaso ignora su jefe de cocina que ya no se perdonan las digestiones pesadas?
Las medias raciones
Otro apartado rese?able son los asados a la parrilla, incluidas carnes rojas y grandes pescados. Espl¨¦ndido el entrec¨®, con un punto acertado, y muy jugoso el rape, que, de nuevo otra vez, se roc¨ªa con m¨¢s aceite del deseable. Una buena opci¨®n es solicitar medias raciones e incluso compartir platos importantes, actitud casi preceptiva con los postres, pensados para ocupar el centro de las mesas. Suscitan alabanzas la torrija y la compota de manzana; pasa sin pena ni gloria la tarta Sacher, y son vulgares los helados y el brazo de gitano. La bodega, escueta y sin muchas pretensiones, contiene algunas marcas relevantes. Del p¨¦simo caf¨¦ es mejor olvidarse.
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