...Y los futbolistas dijeron 's¨ª'
Yo estuve en Viena el 29 de junio, el d¨ªa en el que Espa?a bat¨ªa a Alemania y permit¨ªa a Casillas levantar el trofeo de campe¨®n de Europa. Mezclado con los seguidores de la selecci¨®n que tifaban desde la curva del estadio Happel, recordaba otro momento de mi vida igual de emocionante, pero menos productivo. Recordaba el 27 de junio de 1984, cuando, tambi¨¦n sentado, aunque en el banquillo de los suplentes del Parque de los Pr¨ªncipes, en Par¨ªs, asist¨ªa a un partido hist¨®rico sin que yo lo supiera. Acababa de ganar la Liga y la Copa con el Athletic y, adem¨¢s, ven¨ªamos de disputar la final de la Eurocopa sub 21, que perdimos ante Inglaterra. Me parec¨ªa que todas las temporadas deber¨ªan de ser parecidas y sent¨ªa que batir a Francia en aquella final no s¨®lo era posible, sino que, teniendo en cuenta que todo lo logrado en mi carrera hab¨ªa acontecido contra la l¨®gica y los pron¨®sticos f¨¢ciles, cre¨ªa que el imposible de vencer era lo que suceder¨ªa. Como saben el final, me ahorro lo del gol de Platini y dem¨¢s detalles para quedarme con la sensaci¨®n de que en Viena estaban los hijos de los que hab¨ªan estado en las gradas de Par¨ªs y que los que acudieron a la Ciudad de la Luz hab¨ªan hecho bien los deberes, ya que por cada uno de los que animaron al equipo de Miguel Mu?oz hubo diez apoyando al de Luis Aragon¨¦s.
Cuando en el aeropuerto de Barajas me ense?aban la camiseta que Arconada llev¨® en la final de Par¨ªs y me contaban que Palop quer¨ªa homenajear al gran Luis llev¨¢ndola en el podio que acoge a los vencedores, pensaba que era un hermoso prop¨®sito que ayudaba a redimir y recordar, en la persona de su capit¨¢n, a esa generaci¨®n desaparecida en los libros de la historia del f¨²tbol espa?ol que nace en el 12-1 a Malta y desaparece en los penaltis contra B¨¦lgica del Mundial de M¨¦xico 1986. Tambi¨¦n cre¨ªa que se iba a quedar en un querer y no poder, ya que las normas de los patrocinadores oficiales y de la UEFA suelen ser muy estrictas, pero tal vez Platini sinti¨® que nos hab¨ªa dejado algo a deber tras los 90 minutos parisienses. Y all¨ª apareci¨® el bueno de Palop para conectar este presente maravilloso con aquel pasado grande y olvidado.
Y lo bueno del presente maravilloso es que se ha quedado a vivir con nosotros para convertirse en un presente continuo, de tal forma que la selecci¨®n espa?ola se ha convertido en un referente mundial de juego, de jugadores, de estilo, de un modo de afrontar la cuestiones desde la pelota sin olvidarse de que 90 minutos obligan a los mejores a saber jugar con el bal¨®n y sin ¨¦l, en largo y en corto, a defenderse y atacar hasta convertirse en la unidad de medida, de referencia, en el f¨²tbol, que, de tan simple, se convierte en extremadamente complejo y en el que nuestros clubes hab¨ªan sido hasta ahora los que manten¨ªan el valor del alto nivel competitivo.
Que esto suceda en unos tiempos en los que los deportistas espa?oles compiten sin complejo en los deportes cl¨¢sicos y los m¨¢s modernos, en las pistas de tenis y los circuitos de velocidad, sobre dos o cuatro ruedas, en asfalto o tierra, en el agua de las piscinas o la de los mares m¨¢s ventosos (creo que s¨®lo nos falta ganar en globos aerost¨¢ticos y no me atrever¨ªa a jurarlo, que seguro que me sale alg¨²n intr¨¦pido piloto ganador del ¨²ltimo campeonato), no debe de ser una casualidad. Hay quien dice que esta generaci¨®n no tiene miedo a medirse con los mejores porque en las categor¨ªas inferiores ya les ha ganado y, adem¨¢s, nutre sus sue?os de haza?as y logros que, de tan habituales, han pasado a parecernos normales. Y supongo que es cierto, pero, como todo lo que es verdad, lo es s¨®lo en parte. No creo que el Ibex de los sue?os estuviera m¨¢s alto en el vestuario de Viena que en el de Par¨ªs. Si ¨¦stos est¨¢n habituados a las glorias deportivas, aqu¨¦llos sab¨ªan vestir el traje de francotirador deportivo que tan hermosos ¨¦xitos ha logrado para el deporte espa?ol; si ¨¦stos saben jugar de maravilla, aqu¨¦llos ten¨ªan una vena competitiva innata. Lo mejor de todo es que el ¨¦xito de los de hoy ha puesto en valor los logros de los de ayer y, de pronto, nos hemos convertido en un pa¨ªs con dos Eurocopas y otra final disputada, lo que nos coloca en la alta aristocracia del f¨²tbol. Y que los de ayer disfrutamos, con sana envidia, del ¨¦xito de los de hoy pensando en que, como dijo Edison de sus mil intentos para conseguir la bombilla, de cada intento fracasado nuestro sacamos una experiencia que nos ha servido esta vez para subir a Casillas a lo m¨¢s alto del podio.
Y que nos quiten lo bailao...
Consulta el ranking de los jugadores que ganaron la Eurocopa (lalistaWIP)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.