El esfuerzo conjunto del G-20 contra la crisis se desinfla en mes y medio
El FMI revisar¨¢ a la baja sus previsiones por la insuficiente intervenci¨®n p¨²blica
Mes y medio ha bastado para dejar en entredicho al G-20 como puesto de mando ante la crisis econ¨®mica. Los l¨ªderes de pa¨ªses ricos y emergentes plasmaron en un amplio paquete de medidas su voluntad de afrontar juntos el temporal que se ven¨ªa encima tras la tormenta financiera. Lo que dieron en llamar "plan de acci¨®n" inclu¨ªa iniciativas de muy diverso pelaje y calado, pero todas ten¨ªan el sello de urgente y el mismo punto de partida: la coordinaci¨®n. El balance, hasta ahora, es muy poco alentador.
El gasto de los Gobiernos para reactivar la econom¨ªa es insuficiente, seg¨²n los organismos internacionales. La nueva regulaci¨®n financiera sigue en fase embrionaria. La negociaci¨®n para liberalizar el comercio internacional ha cosechado un fracaso rotundo. De las reformas de los grandes centros de decisi¨®n mundial no hay noticias. Y los hechos se empe?an en agrietar los fr¨¢giles compromisos conjuntos urdidos tras maratonianas cumbres.
Estados Unidos y la zona euro tienen serias diferencias en pol¨ªtica monetaria
La ampliaci¨®n del Foro de Estabilidad Financiera est¨¢ a¨²n en mantillas
A tres meses de la pr¨®xima cumbre mundial, en Londres, el mejor term¨®metro de la ineficacia de la medicina del G-20 es que expertos y organismos internacionales alejan cada vez m¨¢s el horizonte de la recuperaci¨®n. "La reacci¨®n de los Gobiernos est¨¢ siendo peque?a, mal inspirada en cuanto a su dise?o y dudosa en cuanto a su implantaci¨®n", advirti¨® hace unos d¨ªas el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn.
Con las econom¨ªas avanzadas ya en retroceso, el FMI ultima otra revisi¨®n a la baja de sus previsiones para 2009, un nuevo escenario en el que la recesi¨®n mundial es ya una seria amenaza. "Nuestro pron¨®stico es sombr¨ªo, pero lo ser¨¢ a¨²n m¨¢s si no se aplica ya el est¨ªmulo fiscal necesario", a?adi¨® Strauss-Kahn.
El llamamiento a una intervenci¨®n p¨²blica masiva y urgente para reanimar la econom¨ªa fue el acuerdo m¨¢s llamativo de la cumbre del G-20, a la que tambi¨¦n fueron invitados Espa?a, Holanda y Rep¨²blica Checa. El FMI consider¨® entonces que era imprescindible un gasto p¨²blico cercano al 2% del PIB mundial (unos 900.000 millones de euros).
De forma muy trabajosa, la UE ha sacado adelante un pacto para aprobar medidas de gasto p¨²blico equivalente a 200.000 millones de euros, tan s¨®lo un 1,5% del PIB de los Veintisiete. El FMI aconsej¨® que ese dinero se destinara a grandes proyectos de infraestructuras, a rebajas de impuestos selectivas para las familias con menos ingresos y a ampliar el subsidio de paro y otras ayudas sociales.
Pero cada Gobierno europeo ha hecho de su capa un sayo. S¨®lo Espa?a (deducci¨®n de los 400 euros en el IRPF) y Reino Unido (rebaja en el IVA) han aplicado recortes fiscales de entidad, aunque no selectivos. La mayor parte del dinero se lo llevan los planes de inversi¨®n, aunque aqu¨ª la disparidad tambi¨¦n es norma: Espa?a, por ejemplo, concentra 8.000 de los 11.000 millones previstos en peque?as obras municipales para absorber el empleo perdido en la construcci¨®n. La ayuda al sector del autom¨®vil se ha convertido en una competici¨®n de subsidios para retener las f¨¢bricas. Y Alemania responde a c¨¢mara lenta a la exigencia del resto de la UE para que abandere nuevos est¨ªmulos fiscales.
En EE UU la disposici¨®n a actuar es m¨¢s n¨ªtida, pero el cambio de Gobierno juega en contra. El presidente electo, Barack Obama, ha anunciado un plan de inversiones valorado en medio bill¨®n de euros. Pero no podr¨¢ iniciar su tramitaci¨®n hasta el 20 de enero, cuando tome posesi¨®n del cargo. La divergencia en pol¨ªtica monetaria a ambos lados del Atl¨¢ntico es incuestionable: la Reserva Federal estadounidense, con tipos de inter¨¦s cercanos al 0% y aumento del dinero en circulaci¨®n, es mucho m¨¢s agresiva que el Banco Central Europeo.
Si la intervenci¨®n p¨²blica fue la decisi¨®n m¨¢s llamativa del G-20, la promesa de desbloquear la negociaci¨®n sobre comercio internacional fue el compromiso m¨¢s preciso. "Si avanzamos en la Ronda de Doha, el impulso para la econom¨ªa ser¨¢ tan importante o m¨¢s que el que logren los est¨ªmulos fiscales", asegur¨® en Washington la canciller alemana, Angela Merkel. Aqu¨ª hay que apuntar un fiasco sin paliativos: los ministros de Comercio han sido incapaces de alcanzar un acuerdo antes de fin de a?o, como se fij¨® en la cumbre.
El G-20 se propuso tambi¨¦n iniciar una amplia reforma de la regulaci¨®n para tapar los numerosos agujeros negros que ha dejado al descubierto la crisis financiera. A¨²n queda tiempo por delante (los ministros de Econom¨ªa tienen hasta finales de marzo), pero por ahora la discusi¨®n deja poco m¨¢s que un contraste de opiniones en ¨¢mbitos t¨¦cnicos y alguna iniciativa del comit¨¦ internacional de normas contables (sobre la valoraci¨®n de activos financieros) o de la Comisi¨®n Europea (plantear¨¢ medidas de supervisi¨®n de los fondos de capital riesgo antes de febrero).
Sobre la ampliaci¨®n del Foro de Estabilidad Financiera (creado por el G-7 y que incluye a Australia, Hong Kong, Pa¨ªses Bajos, Suiza o Singapur) no hay novedad alguna. El G-20 ha encargado a este organismo, en el que tambi¨¦n participan los principales bancos centrales, que revise la supervisi¨®n financiera. Pero quiere que abra su composici¨®n a los pa¨ªses emergentes; un movimiento a¨²n pendiente y que Espa?a quiere aprovechar para incorporarse a este organismo.
Los acuerdos de Washington, a examen
- Acci¨®n coordinada de gasto p¨²blico para reactivar la econom¨ªa. Los pa¨ªses emergentes y avanzados coincidieron en la necesidad urgente de medidas fiscales para acelerar la inversi¨®n en infraestructuras y rebajar impuestos a las familias con menos ingresos. El FMI estim¨® que el gasto conjunto de los Gobiernos deb¨ªa llegar como m¨ªnimo al 2% del PIB mundial. Los pa¨ªses de la UE acordaron llegar al 1,5% del PIB. El Congreso de EE UU ha rechazado los intentos dem¨®cratas por aprobar nuevas medidas antes de que Barack Obama tome posesi¨®n de la presidencia, el 20 de enero.
- Compromiso para desbloquear las negociaciones de comercio internacional antes de fin de a?o. La promesa del G-20, que re¨²ne en su seno a pa¨ªses con intereses contrapuestos en la Ronda de Doha, no fue suficiente. El director de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio, Pascal Lamy, decidi¨® hace dos semanas que no iba a forzar una cita al m¨¢s alto nivel ante los escasos avances que se hab¨ªan producido.
- Reforma de la regulaci¨®n del sector financiero. El G-2o enfatiz¨® la necesidad de cambiar las normas para supervisar los riesgos que asumen los bancos y los mercados de productos derivados. El debate, a¨²n en una fase muy inicial, debe llevar a recomendaciones de aplicaci¨®n general antes del 31 de marzo.
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