Sangre entre gremios argentinos
Los sindicatos pugnan violentamente por el control de los principales sectores
Los gordos son los dirigentes sindicales de los gremios m¨¢s importantes de Argentina que apoyan al secretario general de CGT, Hugo Moyano. La gran central argentina, considerada siempre como la columna vertebral del peronismo, act¨²a pr¨¢cticamente como central ¨²nica, porque es la ¨²nica a la que se reconoce el derecho a negociar convenios y acuerdos salariales, pero eso no quiere decir que no existan luchas con la segunda central, CTA, por conseguir afiliados. O, incluso, que no se produzcan ri?as internas en un mismo gremio, para saber qui¨¦n controla la organizaci¨®n.
Las peleas no se dirimen siempre en asambleas o en votaciones, sino, muy a menudo, a palos y a cadenazos en plena calle y, a veces, incluso, a tiro limpio. Eso es precisamente lo que viene pasando desde hace unas semanas en La Pampa, donde se pelea, y se mata, por el control de los trabajadores del sector petrolero. O en Rosario (Santa Fe) donde se intenta evitar a puro tiro que el gremio local de trabajadores de la industrial lechera se independice de la CGT. El resultado de las dos batallas, por ahora, es un muerto en cada lado y varias decenas de heridos, algunos de bala.
A tiros en el petr¨®leo
El sector petrolero es uno de los m¨¢s apetecibles desde el punto de vista gremial. Los sueldos que se pagan en los yacimientos de hidrocarburos son muy superiores a la media del pa¨ªs: entre tres y cuatro veces m¨¢s que el de un empleado p¨²blico, por ejemplo.
En la provincia de La Pampa las cosas est¨¢n que arden para ver quien se hace con el control de unos 1.100 trabajadores, operarios del yacimiento de El Corcovo. El pasado 20 de noviembre, en la localidad de 25 de Mayo se enfrentaron por un lado los dirigentes del sindicato del petr¨®leo de Bah¨ªa Blanca y la Uni¨®n Obrera de la Construcci¨®n de Mendoza (que enrola a los alba?iles que trabajan en los yacimientos) y que en teor¨ªa tienen "jurisdicci¨®n" en la zona y por otro, el Sindicato del Petr¨®leo de R¨ªo Negro, Neuqu¨¦n y La Pampa, que quiere entrar en el Corcovo, sea como sea.
La cuesti¨®n es que los primeros se plantaron al amanecer en una carretera para cortar el tr¨¢fico e impedir que los segundos ocuparan el lugar. Los petroleros de R¨ªo Negro y Neuqu¨¦n arremetieron con fuerza y empezaron a sonar los tiros. Ariel Quiroga, de 31 a?os, con tres ni?os de 5, 6 y 7 a?os, miembro del sindicato de la construcci¨®n, huy¨® en medio de la balacera y cay¨® a un canal. Unos dicen que se ahog¨®, sin m¨¢s. Otros, que le estuvieron golpeando hasta que se solt¨® de los matorrales en los que hab¨ªa conseguido agarrarse. Hubo un n¨²mero indeterminado de heridos, alguno de bala.
En Rosario las cosas no est¨¢n mucho mejor. All¨ª fue asesinado hace un a?o el tesorero de la Federaci¨®n de Camioneros, Abel Beroiz. Ahora el problema se plantea con los lecheros. El sindicato local, con ¨ªnfulas independentistas, celebraba una reuni¨®n cuando apareci¨® un nutrido grupo de sindicalistas con las t¨ªpicas camisetas amarillas que identifican a los seguidores de Moyano, de la CGT, bien provistos de palos y barras de hierro. A unos 200 metros del local cay¨® fulminado de un tiro en el pecho H¨¦ctor del Valle, de 50 a?os, del sector nacional. Los locales aseguran que no fueron ellos sino la barra brava del equipo de f¨²tbol local que se mezcl¨® en la pelea. Resultado final, quince heridos.
Lo m¨¢s grave parece ser lo de la Pampa, en concreto lo de Colonia 25 de Mayo, donde los diarios locales dan cuenta de la llegada de cientos de trabajadores que buscan los altos sueldos del sector petrolero y donde proliferan los incidentes a tiros. Tiene 12.000 habitantes, casas bajas y un viento que no para, seg¨²n la describe el periodista Sergio Romano en Diario textual.com. "Los sindicalistas se pavonean por la calle, con pistolas en la cintura, pero en 25 de Mayo, un pueblo del Far West, los polic¨ªas no encontraron nunca una pistola".
La semana sindical argentina termin¨® con otra noticia: la C¨¢mara de Casaci¨®n ha decidido cerrar la causa abierta por el desv¨ªo entre 1996 y 2000 de un cr¨¦dito del Banco Mundial de 285 millones de d¨®lares destinado a modernizar y sanear las obras sociales sindicales. La decisi¨®n judicial no dice nada de donde est¨¢ el dinero. Simplemente advierte que los posibles delitos habr¨ªan prescrito ya seg¨²n la ley. Entre los involucrados inicialmente en el expediente figuraban 350 sindicalistas, entre ellos varios gordos.
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