Los muertos que s¨ª se olvidan

Hay una madre en Beni Mellal, en el centro de Marruecos, que lleva casi un a?o sin su hijo. Le dicen que ya saben d¨®nde est¨¢, que la patera en la que trat¨® de cruzar el Estrecho volc¨® y que su cuerpo descansa en un tanatorio al sur de Espa?a. Le piden que autorice la repatriaci¨®n para enterrarlo, pero ella se niega. Un a?o despu¨¦s no quiere firmar nada hasta que no vea la cara de su hijo. Pero sin permiso materno no habr¨¢ viaje de vuelta. En el tanatorio de Los Barrios (C¨¢diz) est¨¢n acostumbrados a dificultades como ¨¦stas. Nueve cuerpos de inmigrantes clandestinos cumplir¨¢n en enero un a?o resistiendo al olvido en sus c¨¢maras frigor¨ªficas.

En los primeros d¨ªas de 2008 las olas de las costas de C¨¢diz fueron arrojando hasta 13 cad¨¢veres procedentes de tres pateras que o bien se hundieron o bien volcaron escasos metros antes de llegar a la orilla. Todos ellos eran marroqu¨ªes. A mediados de enero, las primeras identificaciones, auspiciadas por los propios parientes, hicieron pensar que todos los cuerpos ser¨ªan f¨¢cilmente reconocidos. Pero esos buenos augurios no se cumplieron.

Hab¨ªa sido una familia de Beni Mellal la que hab¨ªa denunciado la desaparici¨®n de dos primos hermanos que viajaban juntos en la misma patera. Hac¨ªa demasiados d¨ªas que no sab¨ªan nada de ellos y tem¨ªan lo peor. Los tr¨¢mites iniciados tras la denuncia de esta familia permitieron que varios parientes viajaran a Los Barrios e identificaran a ambos. Tambi¨¦n fue reconocido un tercer ocupante, vecino de los dos primos.

Como en otros naufragios, la participaci¨®n de la Guardia Civil fue fundamental para cotejar en Marruecos las pruebas de ADN realizadas a los cuerpos con familiares directos. Es lo que ha permitido repatriar algunos de los cad¨¢veres e ir desalojando muy paulatinamente las c¨¢maras del tanatorio gaditano.

Los Servicios Funerarios de Los Barrios llevan funcionando desde 2001. Es el ¨²nico tanatorio con suficiente n¨²mero de c¨¢maras para estancias prolongadas, de ah¨ª que todos los cuerpos de inmigrantes ahogados en estas costas acaben all¨ª. Su gerente, Mart¨ªn Zamora, est¨¢ acostumbrado a esperar. Lo aprendi¨® de la mayor tragedia de la inmigraci¨®n que se recuerda en C¨¢diz, el naufragio de una patera en Rota que en 2004 se llev¨® la vida de 37 personas. Trece de ellas no pudieron ser identificadas y el tanatorio los acogi¨® durante un a?o hasta que un juez autoriz¨® su entierro an¨®nimo en Los Barrios.

La experiencia acumulada del gerente del tanatorio le dice que el pr¨®ximo mes de enero los jueces encargados de investigar los naufragios de este a?o autorizar¨¢n los entierros an¨®nimos de esos nueve cuerpos que aguardan en el tanatorio. "A veces no los podemos trasladar porque no podemos identificarlos o porque, aunque los identifiquemos, sus familiares no quieren autorizarlo", detalla Zamora.

Las pruebas de ADN han resultado negativas para siete de ellos. A otros dos les han puesto ya nombres y apellidos. Pero la familia de uno no aparece y la madre del otro se aferra a ver a su hijo antes de firmar el viaje de vuelta que nunca quiso.