"Sin pasi¨®n resulta imposible dedicarse a la arqueolog¨ªa"
Enrique Baquedano es un hombre de elevada estatura. Sus allegados le definen como buen escuchante, conversador ameno y entusiasta convicto. Casado, padre de una ni?a a la que confiesa adorar, es amante de la monta?a y, en el plano cient¨ªfico, apasionado del estudio sobre el origen de la estirpe humana. A sus 50 a?os reci¨¦n cumplidos sigue vistiendo vaqueros, incluso en actos p¨²blicos m¨¢s o menos solemnes. Su constante trato con j¨®venes, casi siempre disc¨ªpulos o subordinados, confiere a su personalidad esa lozan¨ªa de los a?os mozos que parece resistirse a abandonarle. ?l lo atribuye a "la alegr¨ªa que produce hacer lo que a uno le gusta", en su caso, la arqueolog¨ªa, en la que le adentr¨® una t¨ªa suya, de nombre Engracia. "En Soria, donde nac¨ª, a edad temprana o jugabas al f¨²tbol o te met¨ªas en el museo", explica. ?l hizo ambas cosas, "pero a los 11 a?os ya estaba excavando por mi cuenta en Numancia", reconoce.
Dirige el Museo Arqueol¨®gico regional que ¨¦l cre¨® hace diez a?os
"Lo m¨¢s dif¨ªcil es repartir medallas, nadie debe sentirse agraviado"
Su cabello blanco le otorga ahora ese aspecto de distinci¨®n que acompa?a a las gentes familiarizadas con el saber. Enrique Baquedano, al frente del Museo Arqueol¨®gico Regional de la Comunidad de Madrid, por ¨¦l creado, desde hace 10 a?os, genera, organiza y estimula la sabidur¨ªa de un colectivo profesional, el de los arque¨®logos, que ha contribuido a fortalecer desde hace d¨¦cadas.
Ese museo, situado en la plaza de las Bernardas de Alcal¨¢ de Henares, est¨¢ hoy en la primera l¨ªnea del pensamiento cient¨ªfico en la Comunidad de Madrid. All¨ª Baquedano dirige un colectivo de 30 personas -facultativos, investigadores y estudiosos de la arqueolog¨ªa, m¨¢s administrativos y muse¨®logos- que ha convertido el palacio alcala¨ªno en uno de los principales focos del territorio de la Comunidad de Madrid desde donde irradia ciencia y cultura en estado puro.
"Gracias al museo, y parad¨®jicamente al desarrollo de las infraestructuras que legalmente exige catas y an¨¢lisis previos a las actuaciones, la arqueolog¨ªa ha cobrado en Madrid un impulso inusitado", dice un joven arque¨®logo.
Exposiciones temporales, coloquios, conferencias y simposios se a?aden a programas de divulgaci¨®n orientados a popularizar la arqueolog¨ªa entre los m¨¢s j¨®venes, seduciendo simult¨¢neamente a los veteranos que ahora, en la jubilaci¨®n, tienen tiempo para dedicarlo a su propia formaci¨®n y a gozar de los saberes que el museo alcala¨ªno atesora.
Enrique Baquedano codirige casi una cincuentena de profesionales, que excavan en Pinilla del Valle, sobre el Lozoya, y en Santorcaz, junto con Juan Luis Arsuaga -con quien comparte escaladas a Pe?alara- , Alfredo Gonz¨¢lez y Gonzalo Ruiz.
Su jefatura la ejerce sobre el terreno excavado, pero su estado mayor se halla en la ciudad complutense, Patrimonio de la Humanidad desde 2001. Precisamente Complutum, la urbe romana precursora de la Alcal¨¢ de Henares de nuestros d¨ªas, es una de las razones de m¨¢s fundamento para asentar en sus lares el Museo Arqueol¨®gico. Su enclave entre las calzadas que un¨ªan Augusta Emerita (M¨¦rida), con Siguntia (Sig¨¹enza) y Cesar Augusta (Zaragoza), as¨ª como Tolentulum (Toledo), con Astorga, confiri¨® a la villa complutense una importancia extraordinaria en el coraz¨®n de la Hispania romana.
Baquedano se muestra orgulloso del pasado romano de Alcal¨¢ y hace todo cuanto est¨¢ a su alcance para divulgar su fama. Pero ¨¦l, como cient¨ªfico, es un especialista en la prehistoria (de la tercera promoci¨®n espa?ola de prehistoriadores): "Me fascina todo aquello que tiene que ver con el origen de la especie humana", reconoce. Domina, entre otras disciplinas, la ciencia que estudia la vida de los grandes animales antediluvianos, cuyo para¨ªso estuvo en lo que hoy ser¨ªa el norte de la provincia de Soria (Siria seg¨²n los ¨¢rabes de la islamizaci¨®n peninsular).
Baquedano, nacido en la capital soriana en 1958, tiene dotes de mando y su secreto para mandar bien -"sabe mandar porque su empat¨ªa le permite ponerse en tu lugar", dice una administrativa a sus ¨®rdenes- se basa, seg¨²n sus allegados, en una "rara astucia para asignar correctamente cometidos y responsabilidades a cada cual". "Es respetuoso y deja cuerda larga para que cada cual desarrolle su propia iniciativa", subraya un colaborador. Pero, lo que m¨¢s destaca de su actividad como jefe, es "su capacidad para entusiasmar a sus colaboradores", a?ade.
Para conseguir tal contagio, se muestra persuasivo, tesonero, buscador de respuestas en los dem¨¢s, de las cuales, tambi¨¦n, extrae pautas para corregir su propio rumbo en caso de saberse equivocado. ?El momento m¨¢s delicado para un jefe? "El reparto de medallas, hay que tener mucha delicadeza para que nadie puede sentirse agraviado o postergado", explica Baquedano.
Fugitivo de dogmas, progresista en su esgrima de la ciudadan¨ªa, ecologista ac¨¦rrimo, se considera un negociador en b¨²squeda incesante de la positividad. Su tal¨®n de Aquiles, reconoce, es "una tendencia pu?etera a abarcar demasiado". En su mente coexisten desde el frenes¨ª por los hallazgos neandertalienses del yacimiento arqueol¨®gico de Pinilla del Valle, junto al Lozoya, a la precisi¨®n por la dataci¨®n precisa a base de an¨¢lisis de ADN del colmillo fosilizado de 3,50 metros procedente del yacimiento de Ciempozuelos, o la minuciosidad en la apertura del sarc¨®fago de un infante reci¨¦n extra¨ªdo del enclave tardorromano de Arroyomolinos. Toda esa inquietud, que alimenta su entusiasmo, a veces le mortifica. Ahora se duele de una lesi¨®n en la clav¨ªcula que le fastidia sobremanera: "Es que necesito estar sano para seguir enamor¨¢ndome cada ma?ana de mi trabajo", se queja. "Sin pasi¨®n es imposible dedicarse a la arqueolog¨ªa", asegura. "Quien se consagra a ella tiene por compa?era a la intemperie: es preciso mucho estudio, esfuerzo y paciencia infinita para lograr un hallazgo", sentencia.
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