Contra los proxenetas
El plan del Gobierno da un paso adelante en la lucha para erradicar el tr¨¢fico de mujeres
El plan contra la trata de seres humanos para su explotaci¨®n sexual, aprobado recientemente por el Gobierno, supone un paso importante en la lucha contra el tr¨¢fico de mujeres. El plan es, de hecho, el resultado hasta ahora m¨¢s visible del trabajo de la comisi¨®n Congreso-Senado, que se disolvi¨® en 2007 sin decantarse por ninguna de las dos opciones que se barajaban, la reguladora y la abolicionista, en relaci¨®n con la prostituci¨®n. Perseguir a los proxenetas y proteger a las v¨ªctimas del negocio ileg¨ªtimo fue la recomendaci¨®n parlamentaria que ahora atiende este plan.
Entre las medidas previstas destaca la posibilidad de decomisar y subastar los bienes de los proxenetas en el inicio de la instrucci¨®n, y la creaci¨®n de un fondo con el dinero que se obtenga, una vez dictada sentencia, destinado a reforzar la lucha policial y judicial contra las mafias. En el apartado de la protecci¨®n de las v¨ªctimas, destaca la concesi¨®n de ayudas socio-laborales a las mujeres que denuncien a sus proxenetas. Hasta ahora, si lo hac¨ªan, pod¨ªan beneficiarse de la concesi¨®n autom¨¢tica de un permiso de residencia. Pero la trama de terror en la que frecuentemente se encuentran atrapadas hac¨ªa que muy pocas lo hicieran. En adelante, tendr¨¢n un mes para presentar la denuncia, y durante ese tiempo ser¨¢n arropadas con la ayuda necesaria.
Hay que considerar que muchas de las mujeres que han ca¨ªdo en las redes del proxenetismo han sido conducidas a esa situaci¨®n con enga?o o por la fuerza, con amenazas que alcanzan a su familia directa en sus pa¨ªses de origen y a veces incluso con torturas.
La Organizaci¨®n Internacional de Migraciones estima que las redes mafiosas introducen cada a?o en Europa a 500.000 mujeres, una cifra formidable. De las 300.000 que se estima ejercen la prostituci¨®n en Espa?a, alrededor del 90% son ya extranjeras, lo que da una idea de la fuerza y penetraci¨®n de estas madejas delictivas transnacionales. El fuerte aumento de la oferta en el mundo de la prostituci¨®n ha producido una mayor demanda y la exacerbaci¨®n de las condiciones de explotaci¨®n de lo que puede considerarse una de las nuevas formas de esclavitud del siglo XXI.
La erradicaci¨®n de este tentacular mercado ilegal, que proporciona a sus cabecillas ping¨¹es beneficios, es compleja y dilatada en el tiempo. Exige, sin duda, perseguir sin tregua a las mafias; pero el negocio obviamente no funcionar¨ªa sin clientes. Tal vez sea necesario ampliar el foco y considerar la posibilidad de sancionar a quienes se benefician de esas ilegalidades de forma consciente, como sucede en otros pa¨ªses europeos. Porque no es lo mismo tener relaciones sexuales con una mujer que ejerce libremente la prostituci¨®n -aunque el hecho de que medie un precio pueda considerarse un atentado a su dignidad- que mantenerlas con una persona aterrorizada y sometida en r¨¦gimen de esclavitud, por una red criminal.
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