Siria revoluciona las series ¨¢rabes
El aborto y el islamismo consiguen colarse en una televisi¨®n llena de tab¨²es
Las teleseries sirias han conquistado las peque?as pantallas del mundo ¨¢rabe y han conseguido incluso hacer sombra a las producciones egipcias, hasta hace poco dominantes en esta zona del mundo. Lo han logrado en parte gracias a la apertura del pa¨ªs a los inversores extranjeros y al dineral que han puesto las cadenas privadas del Golfo a disposici¨®n de los creadores sirios. Pero tambi¨¦n gracias a que poco a poco se han atrevido con nuevos temas m¨¢s modernos, m¨¢s sociales y tambi¨¦n m¨¢s pol¨ªticos que las tradicionales tramas con h¨¦roe, belleza local y trasfondo hist¨®rico que acostumbran a desfilar por las televisiones del mundo ¨¢rabe.
El aborto, el sida, el islamismo y hasta la disidencia pol¨ªtica han conseguido colarse en las teleseries en Siria; un pa¨ªs repleto de tab¨²es y sometido a un f¨¦rreo control social y pol¨ªtico.
Es imposible lograr lo mismo en la prensa, mucho m¨¢s controlada
Estos programas viven su apogeo durante el mes de Ramad¨¢n
Cuenta Khaled Khalifa, novelista sirio y guionista de televisi¨®n, que a trav¨¦s de las telenovelas tratan de establecer "un di¨¢logo con la sociedad", imposible a trav¨¦s de otros canales mucho m¨¢s controlados como la prensa escrita. "Esto es un trabajo paso a paso. En el ¨²ltimo a?o hemos conseguido mover las l¨ªneas rojas dentro de las que nos movemos. Ahora tocamos temas que hasta hace poco eran intocables", sostiene Khalifa en un moderno caf¨¦ de Damasco que frecuentan los artistas. La guerra del L¨ªbano o los partidos isl¨¢micos son algunos de los temas que le han servido a este autor para hilvanar historias repletas de sentimientos.
A pesar de que Khalifa es un fen¨®meno literario en el mundo ¨¢rabe y de que su novela Elogio al odio fue finalista de la versi¨®n ¨¢rabe del premio Booker, y pronto ser¨¢ traducida al menos a cuatro idiomas, incluido el espa?ol, son los guiones televisivos los que le dan de comer. Porque la factor¨ªa siria, con 1.000 horas de teleseries al a?o, se ha convertido en la gallina de los huevos de oro en una econom¨ªa que atraviesa horas bajas. Y la gallina no s¨®lo emplea a fot¨®grafos, guionistas, actores, traductores y toda suerte de creadores, sino que adem¨¢s atrae a riadas de turistas ¨¢rabes que dedican parte de sus vacaciones a visitar los exteriores y las casas de la ciudad vieja de Damasco en las que se rodaron sus series favoritas.
Estos programas, que suelen durar cerca de un mes, viven su mayor apogeo durante el Ramad¨¢n, y son capaces de vaciar calles y sentar a toda la familia frente al televisor. Se han convertido en un s¨ªmbolo del orgullo nacional y en un escaparate a trav¨¦s del cual Siria se muestra a los pa¨ªses vecinos. Este soft power en forma de teleserie le conviene a un Gobierno deseoso de abrirse al mundo y a la vez incapaz de controlar los contenidos de la mara?a de canales privados ¨¢rabes que se sirven de las producciones sirias para nutrir sus parrillas.
Yihad Abdo, uno de los actores de teleserie m¨¢s conocidos en Siria y al que polic¨ªas, camareros y viandantes se paran para pedirle aut¨®grafos en las calles de Damasco, no se deja cegar, sin embargo, por el triunfo de las producciones sirias. S¨ª tiene claro que "el ¨¦xito es enorme", pero piensa que el fen¨®meno s¨®lo es posible gracias al enorme talento de los profesionales de un sector muy atrasado y al que le quedan muchos deberes por hacer.
"Necesitamos estudios, agentes para los actores. Aqu¨ª la industria est¨¢ en pa?ales", se queja Abdo, uno de los actores de Bab el Hara, la teleserie que arras¨® el pasado Ramad¨¢n y que consigui¨® incluso hacer sombra a un mal programado discurso del venerado l¨ªder de Hezbol¨¢, Hassan Nasrallah.
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