A la conquista de los lectores perdidos
Una veintea?era se acerca a Jordi Sierra i Fabra para que le firme un ejemplar de Campos de fresas (SM), uno de los 500.000 que ha vendido desde que public¨® la novela en 1997. "Cuando era m¨¢s peque?a me le¨ªa todos sus libros", le dice. "?Y ahora?", pregunta el escritor. "Ahora casi no leo", responde un poco avergonzada. Como ella, muchos ¨¢vidos lectores dejan de serlo cuando llega la adolescencia. Algunos se reconcilian con la literatura pasado el tiempo, pero otros nunca vuelven a ella con la misma voracidad. No hay un ant¨ªdoto infalible para evitar que la pasi¨®n por los libros desaparezca. Pero algunos de los escritores que m¨¢s gustan a los j¨®venes espa?oles, como el propio Sierra i Fabra, Cornelia Funke, Laura Gallego, Elvira Lindo o Maite Carranza, recomiendan algunos t¨ªtulos para pasar la edad del pavo lectora y unas cuantas ideas a tener en cuenta. Por ejemplo, recordar que el principal fin de la lectura no debe ser el did¨¢ctico sino el propio placer de leer. Parece obvio, pero no lo es tanto.
La lectura, que requiere paciencia y no reporta una gratificaci¨®n inmediata, no encaja con la educaci¨®n de muchos j¨®venes, afirma Elvira Lindo
Seg¨²n el ¨²ltimo informe de h¨¢bitos de lectura realizado para la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a (FGEE), correspondiente a 2007, los ni?os de 13 a?os consumen una media de ocho libros al a?o; los j¨®venes de 25, de uno a cuatro. Hablan los datos pero tambi¨¦n la experiencia. Cornelia Funke, la autora de Mundo de Tinta (Siruela), asegura que es algo tan antiguo como la vida misma. Algo que pasa incluso en la familia de esta alemana que ha vendido m¨¢s de 13 millones de libros. "Much¨ªsimos chicos se desenganchan de la lectura sobre los 16 a?os. Le pas¨® a mi propio hermano. Es un momento muy trascendente porque los t¨ªtulos que van a leer en esta ¨¦poca determinar¨¢n su paso a la madurez lectora", explica.
Sierra i Fabra, que lleva m¨¢s de 40 a?os escribiendo para j¨®venes, tambi¨¦n ha visto mil veces c¨®mo muchos se atascan en el paso a los llamados libros para adultos. "Recorren tres fases: primero les gusta la narrativa fant¨¢stica, despu¨¦s les parece un poco infantil y optan por obras un poco m¨¢s realistas y, finalmente, las encuentran demasiado adolescentes y no saben ad¨®nde ir. Se produce como un vac¨ªo, pero hay libros de sobra para llenarlo aunque, a veces, ellos no los conozcan". T¨ªtulos que pueden servir de puente entre la lectura juvenil y la adulta, y que Maite Carranza, que fue profesora en un instituto antes de escribir su trilog¨ªa La guerra de las brujas (Edeb¨¦), tiene muy claro c¨®mo deben ser: "Es importante que tengan altas dosis de entretenimiento y una buena armadura argumental, como en las novelas policiacas, porque la curiosidad es lo que m¨¢s ayuda a no poder soltar un libro". El realismo m¨¢gico posee, para la autora, todo eso y mucho m¨¢s: "Fantas¨ªa, ¨¦pica y algo de viaje inici¨¢tico". Cien a?os de soledad, de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, o Pantale¨®n y las visitadoras, de Mario Vargas Llosa, son t¨ªtulos que suele recomendar. Elvira Lindo cree que en una ¨¦poca "tan egoc¨¦ntrica" los libros que hablan del enfrentamiento entre el joven y el mundo pueden resultar especialmente atractivos. El guardi¨¢n entre el centeno, de J. D. Salinger, o las novelas de Mark Twain lo fueron para ella. Alfaguara reedita ahora la serie completa de su personaje Manolito Gafotas, una de las primeras novelas actuales en ser le¨ªdas al mismo tiempo por padres e hijos.
"Un libro bueno es siempre un libro bueno, pero hay que tener en cuenta el nivel lector del joven. Si presenta dificultades de comprensi¨®n puede desmotivar a los chicos", dice Carranza.
Pero no s¨®lo la complejidad de las novelas es lo que convierte a feroces lectores juveniles en adultos que apenas tocan un libro. "Con la adolescencia muchos dejan tambi¨¦n de dibujar y pierden la creatividad abrumadora de la infancia. El cuerpo est¨¢ demasiado ocupado en otras cosas, como su propia transformaci¨®n", apunta Lindo. Para Carranza, el ni?o encuentra en los libros la puerta a la realidad, pero cuando llega a la pubertad se produce en ¨¦l una fascinaci¨®n por la vida social, que relega una pr¨¢ctica tan individual como la lectura. "Es algo normal: yo no me preocupar¨ªa si un adolescente dejase de interesarse por la lectura uno o dos a?os", concluye Lindo. Salir, hacer amigos y formar parte de un grupo pasa a ser lo m¨¢s importante. Pero los libros no tienen por qu¨¦ ser sin¨®nimo de aislamiento ni refugio para solitarios.
Laura Gallego lo sabe bien. En su p¨¢gina web (www.lauragallego.com) informa a sus fans sobre presentaciones y lanzamientos pero tambi¨¦n les permite ponerse en contacto a trav¨¦s de un foro. "Enseguida nos dimos cuenta de que no s¨®lo quer¨ªan hablar sobre Memorias de Idh¨²n o Dos velas para el diablo (SM) sino quedar entre ellos para conocerse. As¨ª que creamos un subforo para que organizasen encuentros. De esta iniciativa han surgido grupos de amigos e, incluso, alguna pareja", cuenta Gallego.
A la explosi¨®n hormonal se une la falta de tiempo de los estudiantes, seg¨²n apunta el catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Educaci¨®n Rafael Feito. Si a las horas lectivas, dice, se les suma las de estudio y las actividades extraescolares, apenas queda tiempo de ocio. Aunque, seg¨²n los datos recogidos en el Anuario sobre el libro infantil y juvenil de SM, siempre hay un rato para la televisi¨®n, a la que dedican cuatro veces m¨¢s horas que a la lectura. Y a¨²n m¨¢s para internet, como se?ala un estudio de la Asociaci¨®n Europea de Publicidad.
Lindo habla de que la propia naturaleza de la lectura, que requiere paciencia y no reporta una gratificaci¨®n inmediata, no encaja con la educaci¨®n que han recibido muchos j¨®venes: "Los padres, a menudo, les estimulan en la necesidad de actividades novedosas todo el tiempo. Una receta para volverlos insatisfechos y neur¨®ticos permanentemente".
Pero el gran obst¨¢culo para que los chicos sigan enganchados a la lectura est¨¢, para estos autores, en la escuela y en sus lecturas obligatorias. Carranza reconoce que en su ¨¦poca de profesora de literatura resultaba pr¨¢cticamente imposible captar adeptos con el temario oficial. "A veces, las asignaturas que deber¨ªan trabajar en favor de la literatura consiguen el efecto contrario y crean arque¨®logos de la lectura en vez de lectores", confiesa. Rafael Feito est¨¢ seguro de que algunos t¨ªtulos son, definitivamente, bromuro literario. "Es muy posible que las obras de Quevedo, con todo mi respeto, se les caigan de las manos a los adolescentes. Pero si los acercas a esta figura a trav¨¦s de Alatriste, de Arturo P¨¦rez-Reverte, puede que la cosa sea distinta".
Funke est¨¢ de acuerdo. Para ella, el pedag¨®gico no debe ser el ¨²nico criterio a la hora de seleccionar los libros recomendados: "Tal vez habr¨ªa que dejar los cl¨¢sicos llenos de polvo y centrarse en ense?arles la lectura como placer". Porque, adem¨¢s, y como apostilla Carranza, la falta de vocaci¨®n did¨¢ctica es lo que diferencia precisamente la literatura juvenil de la adulta.
Para hacer el paso de una a otra sin tirar la toalla, la autora alemana tiene una lista de "infalibles": Las Cr¨®nicas de Narnia, de C. S. Lewis; Jim Bot¨®n, de Michael Ende, y Los hermanos coraz¨®n de Le¨®n, de Astrid Lindgren. Libros divertidos, para disfrutar, sin m¨¢s pretensiones. Frente a los que dicen que estas obras no ayudan al lector a crecer, Funke responde con una cita de J. R. R. Tolkien, creador de El se?or de los anillos: "?Pero qui¨¦n puede tener algo en contra de la evasi¨®n salvo el carcelero?".
Elvira Lindo y Sierra i Fabra s¨ª reconocen que ciertos cl¨¢sicos son imprescindibles. El autor catal¨¢n propone combinarlos con t¨ªtulos modernos, no tener miedo a que dejen un libro si no les gusta y olvidar por unos a?os los prejuicios sobre lo que es buena literatura. "A un joven no se le exige que est¨¦ viendo constantemente cine de autor. Puede gustarle Van Damme. Y en la literatura deber¨ªa ser exactamente igual: para apreciar lo bueno tambi¨¦n hay que leer lo malo". Y buscar, probar, equivocarse. "Encontrar el libro que cambie tu vida, tu autor favorito o el g¨¦nero que te gusta es como encontrar el amor. Es dif¨ªcil y cada uno tiene que buscar cosas distintas", argumenta Sierra i Fabra. ?l comenz¨® su camino con Flash Gordon, sigui¨® con las obras de Julio Verne ("que nunca falla") y finalmente encontr¨® Al filo de la navaja, de W. Somerset Maugham: "Fue el libro que me marc¨® porque el protagonista era la clase de hombre en la que yo me quer¨ªa convertir: un buen tipo".
Lo que Laura Gallego quer¨ªa ser de mayor era escritora. Y con s¨®lo 17 a?os, despu¨¦s de mandar sus textos a decenas de editoriales, sent¨ªa que no lo conseguir¨ªa nunca. Por eso la historia de sue?os cumplidos que narra El Alquimista, de Paulo Coelho, marc¨® un antes y un despu¨¦s en su relaci¨®n con la literatura. Reconoce que no todas sus lecturas de adolescencia fueron "las mejores". "No hay que estar buscando siempre libros con moralina. La lectura es un valor en s¨ª". Gallego considera que, durante mucho tiempo, gran parte de la literatura juvenil fue escrita para gustar a los profesores y no a los lectores. Eran, dice, libros que buscaban casi exclusivamente representar valores. Pero el ¨¦xito de novelas como su trilog¨ªa Memorias de Idh¨²n, que ha vendido m¨¢s de 400.000 ejemplares, y realidades como que un 60% de los j¨®venes lee los libros que ellos mismos han elegido, est¨¢n volviendo la vista hacia los verdaderos protagonistas que, en el paso a la madurez, cuando ya han dejado de ser ni?os, buscan, como los adultos, placer y no aprendizaje. -
Mundo de Tinta. Cornelia Funke. Traducci¨®n de Rosa Pilar Blanco. Siruela. 704 p¨¢ginas. 24,90 euros. La guerra de las brujas III. La maldici¨®n de Odi. Maite Carranza. Edeb¨¦. 479 p¨¢ginas. 19 euros. Manolito Gafotas. Manolito tiene un secreto. C¨®mo molo. Pobre Manolito. Los trapos sucios. Manolito tiene un secreto. Yo y el imb¨¦cil. Manolito on the road. Elvira Lindo. Alfaguara Infantil. 12,50 euros. Dos velas para el diablo. Laura Gallego. SM. 416 p¨¢ginas. 16,95 euros. Las cr¨®nicas de Narnia. Obra completa. C. S. Lewis. Traducci¨®n de Salustiano Mas¨®. Destino Infantil & Juvenil. 528 p¨¢ginas. 60 euros. El se?or de los anillos. Ilustrado. J. R. R. Tolkien. Traducci¨®n de Luis Dom¨¨nech y Matilde Horne. Minotauro. 1.369 p¨¢ginas. 53,50 euros.

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